El MERECUMBÉ es un estilo musical colombiano creado
por Francisco
"Pacho" Galán que combina la cumbia y el merengue colombiano. El término es un portamanteo de
las palabras merengue y cumbia. El patrón rítmico fue creado por el percusionista
Pompilio Rodríguez.
En la década de 1950, después de
invenciones cubanas como el mambo, el batanga y el chachachá, apareció el
merecumbé acogiendo la cumbia y el merengue típicos de Colombia.
Si bien la forma original del merengue es el de las Antillas cuando se extendió
a Haití y a República Dominicana, en Colombia ya
existía una tradición merenguera. Los merengones o fiestas de merengue eran
especies de parrandas en Colombia, a las que asistían los mejores merengueros
de la Región Caribe y se realizaban en las vegas del Magdalena,
las sabanas de Bolívar y
otras localidades. En los merengones, los merengueros improvisaban cantos
enfrentando a sus rivales con jerga de bebedores, sátiras y versos picarescos, acompañados
por una danza circular donde las mujeres llevaban velas encendidas.
El mismo inventor del merecumbé, Pacho Galán,
aclara la confusión, cuando expresa las raíces de este género: "El
merecumbé es una síntesis, una mezcla de la cumbia autóctona con el merengue
del departamento del Magdalena, y no del merengue dominicano. Claro está que las
melodías del merecumbé están basadas en manifestaciones folclóricas musicales
de la Región Caribe. Cosita
Linda, el primer merecumbé que lancé al mercado fonográfico, es
original, no tiene antecedentes melódicos conocidos, sin duda lleva el mensaje
del pueblo".
El merengue dominicano se escribe en compás de dos por dos, el merengue
colombiano en compás de seis por ocho, predominado el elemento ternario sobre
el elemento binario propio del antillano, que es más lento. La mezcla de
merengue dominicano con cumbia no produce merecumbé. Su creador, el músico soledeño Francisco
"Pacho" Galán, hizo una mixtura de merengue colombiano con cumbia.
Para 1957, el
merecumbé se había propagado en Venezuela y el Caribe. Muchos de los merecumbés eran
instrumentales, pero en Venezuela se les ponía letra e inclusive se les
cambiaba el título. Tal es el caso de “El Monito” que se rebautizó como “El
Merecumbé”.
Juan Rodríguez le adaptó unos versos, constituyendo un gran éxito
en la voz de Víctor Piñero como guarachero de planta de la Orquesta de Pedro J.
Belisario. Poco después, Piñero al grabar con el fondo de la orquesta de Pacho
Galán interpreta en tan buena forma al ritmo, que se gana el apodo de “El rey
del Merecumbé”. En “Muñequita linda” de Juan Sedes, se demuestra claramente lo justo de ese apodo.
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