domingo, 3 de julio de 2016

ORGANILLERO



El ORGANILLERO es el ejecutante o manejador del organillo, instrumento reproductor de melodías, las cuales son grabadas en cintas o cilindros de papel o metal por medio de perforaciones, difundido inicialmente por el norte de Europa es actualmente un componente nostálgico de la cultura y sociedad del siglo XIX en varios países, como Alemania, Francia, Suiza, Argentina, Chile y México.

Hacia 1880 son llevados de Alemania los primeros organillos a Latinoamérica, en el caso de México es de mano de la casa de instrumentos musicales “Wagner y Levien”, que fuera fundada por inmigrantes alemanes los cuales los rentaban a personas, para que estos ganaran algún dinero al hacer sonar el instrumento en las zonas públicas o en algunas ocasiones en sesiones privadas, como era el caso de las tradicionales Serenatas o Gallo, los primeros instrumentos eran llevaban la marca de la misma casa de instrumentos pero luego fueron importados por otras casa de instrumentos musicales, siendo los más comunes los fabricados por “Frati & Company” quien los fabrico hasta 1912
En México esta tradición persistió en base a particulares que se hicieron de grandes números de instrumentos, los cuales rentaban a particulares para que hicieran algún dinero, de estos el caso de ‘’'Pomposo Ganoa’’ quien llegó a adquirir hasta 250 organillos alrededor de la década de 1930, cuando se dejaron de fabricar en Alemania, con el paso del tiempo varios de estos instrumentos se usaron como fuente de refacciones, se vendieron a coleccionistas o fueron robados, por lo que ahora su nieta Silvia Hernández solo dispone de 13 para rentar.
Es en 1975 que se organiza el sindicato de organilleros con el nombre de ‘’'Unión de Organilleros del Distrito Federal y la República Mexicana’’ el cual cuenta con 120 miembros, este grupo se distingue por su uniforme café tomado de los uniformes del ejército del general Francisco Villa, en México existe otra organización llamada ‘’'Unión Libre’’' la cual se distingue por su uniforme gris.
En ambos casos vistiendo su uniforme y cargando el pesado instrumento con su monopié, que puede llegar a pesar 50 Kg. suelen caminar hasta encontrar el lugar donde se establece temporalmente para dar vuelta al manubrio del organillo, y así hacer sonar el instrumento musical. Este es un oficio es actualmente un trabajo secundario ya que sus ingresos se han reducido, por lo que es difícil vivir de este, en la actualidad es usual que mujeres se unan a los grupos de organilleros que recorren toda la república mexicana.
Usado inicialmente en circos y teatros la imagen del organillero acompañado por un mono fue de lo más habitual, ya que imitaba la forma europea de explotación; este mono era comúnmente un mono araña. En el caso de Sudamérica esta imagen fue más común principalmente en Chile y la Argentina.
El oficio de organillero es ya muy escaso, siendo Argentina, Chile y México, los países donde se conserva aun el oficio. Aunque es en México donde más predomina la tradición del organillero, es en Santiago de Chile, con Héctor Lizana y sus descendientes, la familia Castillo de Valparaíso, y Alfonso Rodríguez en Guatemala, que la fabricación y reparación de estos instrumentos continúa, los cuales tienen como principal mercado el mexicano.
En Argentina, el último organillero de la ciudad de Buenos Aires fue Héctor Manuel Salvo, conocido artísticamente como "Manu Balero"

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