sábado, 5 de diciembre de 2015

GAITA



La GAITA, también llamada cornamusa, no confundir con la cornamuse francesa, diferente a la cornemuse, gaita, es un instrumento musical de viento que, en su forma más simple, consiste en un tubo perforado puntero provisto de una lengüeta sonora e insertado en un odre que contiene una reserva de aire. El aire entra en la bolsa u odre fuelle o fol a través de un segundo tubo porta viento o soplete, por donde ha sido insuflado generalmente desde los pulmones del propio tañedor gaitero. Éste comprime con su brazo el fuelle para obligar al aire a salir a través del puntero y de los demás tubos accesorios al fol bordones, caso de que los haya, y así mantener estable el tempero, es decir, la tensión del flujo de aire saliente, de manera que se obtenga un sonido constantemente afinado. En la mayoría de las gaitas, el soplete está cerrado por una válvula que impide al aire escapar de nuevo hacia la fuente de donde proviene, aunque no así en todas: el chiboni georgiano, por ejemplo, carece de ella, teniendo que ser obstruido el porta viento mediante la lengua del propio gaitero. También existen gaitas insufladas mecánicamente mediante otro fuelle accesorio en lugar de usar el gaitero directamente sus pulmones; de todo esto se ha de tratar más adelante en este artículo.
Según Joan Corominas, la palabra "gaita" procede del gótico concretamente suevo gaits aunque el término aún no está muy demostrado, término que también utilizan las lenguas del oriente europeo gida en Hungría, gainda en Hungría, Creta o gayda en serbocroata y macedonio, que significa "cabra", ya que de la piel de este animal se realiza el fuelle de la misma. Por otro lado, algunos autores sostienen que proviene del nombre de un oboe de África, especie de dulzaina, llamada al-ghaita, ghaita o gheita. El término latino cornamusa es preferido por los aragoneses, mallorquines, franceses en francés "cornemuse" o italianos.
Aunque existen posibles referencias literarias en textos latinos, las primeras representaciones europeas de la gaita se remontan a la Baja Edad Media. Se trata de un instrumento popular que a lo largo de la historia se ha ido introduciendo en todos los ámbitos sociales, tanto de carácter civil (fiestas, celebraciones) como religioso (misas, funerales) e incluso militar (desfiles, etc.). Como instrumento tradicional, la gaita se encuentra distribuida por numerosos países, incluyendo la península de Escandinavia, las islas británicas, los Países Bajos, Francia, la península ibérica, la península itálica, los Balcanes, el norte de África, Turquía y Oriente Medio. Las regiones de España con más tradición y difusión de este instrumento son Galicia, Asturias y Cantabria.
En el País Vasco se denomina gaita al instrumento musical de viento que consiste en un cilindro de madera perforada con forma acampanada en su extremo y provisto de una doble lengüeta de caña, de la misma familia que la dulzaina y el oboe, pero desprovista de llaves. En la provincia de Salamanca y Extremadura se denomina gaita a las variantes locales de la flauta de tres agujeros (gaita charra y gaita extremeña). Existen también por la geografía peninsular instrumentos llamados gaita que pertenecerían a la familia de los albogues, como la gaita serrana madrileña o la gaita gastoreña, en el Gastor, en la sierra de Cádiz.
A pesar de su enorme diversidad regional, las gaitas suelen dividirse en dos grandes grupos, según la morfología básica del puntero melódico, cilíndrico o cónico, y el tipo de caña o lengüeta vibrante que produce el sonido, que puede ser simple o doble.3 Estas diferencias son realmente importantes pues representan dos maneras muy distintas de la producción y modulación del sonido.
También llamados de "tipo clarinete", el sonido que producen es menos potente que en el siguiente tipo, aunque más dulce. Es el tipo que aparece en las gaitas de Europa oriental (Bulgaria, Macedonia, Croacia, Hungría, Estonia, etc.), en Suecia y en Gascuña (Francia). Algunas gaitas balcánicas poseen punteros de estos tipos realmente complejos, dobles e incluso triples, es decir, con dos o tres cañas sonoras. También llevan punteros cilíndricos las llamadas gaitas primitivas (Creta, Turquía, Túnez, Malta, Georgia, etc.), que suelen estar hechos de caña. En este caso se habla de punteros de "tipo albogue". Suelen ser dobles.
Las gaitas de estos tipos suelen tener una procedencia rural o pastoril.
No se sabe exactamente cuándo apareció la gaita, aunque se conservan pinturas y grabados del Antiguo Egipto en las que se representan a músicos tocando un instrumento muy semejante a la gaita actual. Los antiguos griegos conocían la gaita (askaulos) y entre los antiguos romanos la gaita (tibia utricularis) era el instrumento de la infantería romana, que también tocaba el emperador Nerón.
En Europa no se vuelven a tener referencias de la gaita hasta los siglos IX y X d. C., y fue en la Baja Edad Media cuando la gaita obtuvo gran popularidad en todo el continente, entrando en decadencia a partir del siglo XVIII, aunque sobrevive en el ámbito de la música popular y en zonas tan dispersas, como Aragón, Galicia,Asturias, León, Cantabria, Escocia, Irlanda, Bretaña, Hungría, Italia, Suiza, Suecia, Alemania, Irán, Pakistán, India, etc.
Parece que la gaita con puntero de caña doble fue desarrollada a partir de un instrumento similar a la chirimía y coexistió con ella. De hecho existen varias tradiciones musicales que combinaron y combinan la gaita con chirimías e instrumentos similares en Bretaña, Galicia, Italia e Istria. Se desconoce el momento exacto en que se añadió el fuelle y el roncón a la chirimía. Según algunos autores, las cornamusas con puntero de caña doble (tipo oboe) aparecieron probablemente por primera vez en las regiones provenzales durante la Alta Edad Media. Su extensión al resto del continente y las islas británicas fue aparentemente muy rápida, propiciada por los juglares y músicos occitanos. La iconografía sobre este tipo de instrumentos aparece por primera vez en diferentes áreas de Europa occidental de manera casi simultánea hacia el s. XIII. Su introducción en el norte peninsular se produjo probablemente a través del Camino de Santiago, hacia occidente, y por el norte de Aragón y Cataluña, y de aquí a Mallorca y Valencia. El primer gaitero gallego sobre el que existe documentación escrita fue el orensano Gómes Mouro que, según consta, fue contratado en diciembre de 1458 por el Ayuntamiento de Orense para amenizar diversos actos.
Las gaitas con punteros de caña simple (tipo clarinete y tipo albogue, especialmente estas últimas) son indudablemente más antiguas. Existe un término arameo sum·pon·yah´ que aparece en la Biblia en Daniel 3:5, 10 y 15, y que aunque fue traducido como "dulcémele (un instrumento de cuerda) y "sinfonía", en las traducciones modernas también aparece recogido como "gaita"
Aparte de varios dibujos y relieves antiguos, grabados en el palacio faraónico de Amarna en Egipto, la referencia escrita más antigua de un instrumento considerado como gaita se produce posiblemente hacia el 400 a. C. cuando Aristófanes, un poeta ateniense, menciona a los gaiteros de Tebas, ciudad enemiga de Atenas en aquella época, y señala que tocaban gaitas (askaulos) hechas con piel de perro y punteros de hueso.
Varios siglos después, Suetonio en su "Vida de los Doce Césares" describe que el emperador Nerón tocó la tibia utricularis en público como castigo autoimpuesto por no ganar un concurso de poesía. Dión Crisóstomo, un poeta romano del siglo I d. C., describió en sus "Oraciones" que el gobernante de su época, posiblemente también Nerón, podía tocar la gaita ("aulein") con su boca y con la axila. De estos testimonios se ha deducido que Nerón podía tocar la gaita de fuelle. Asimismo, también existe una moneda de la época de Nerón que muestra una gaita de acuerdo con la edición de 1927 del Grove Dictionary of Music and Musicians.
En la península ibérica, se han documentado representaciones de gaitas, como en la ciudad hispanorromana de Bracara Augusta, Braga, Portugal.
Antes del siglo XII sólo sobreviven unos pocos grabados de pictos, irlandeses y célticos que muestran que durante la Alta Edad Media se siguieron utilizando las gaitas como instrumentos musicales.
Se debate sobre el momento en que las gaitas aparecieron entre los pueblos célticos de las culturas atlánticas, aunque las estatuillas de gaiteros en varios yacimientos arqueológicos de época romana sugieren que posiblemente fueran los romanos quienes las introdujeron. En Irlanda no aparecen referencias escritas hasta entrada la Edad Media y los grabados mencionados se remontan al siglo VIII.
La popularidad de las gaitas y chirimías comenzó a partir del siglo XII, posiblemente en relación con el esplendor y desarrollo musical de varios lugares de Europa. Muchos modelos de gaita empezaron a desarrollarse durante esta época. Se dice que Robert the Bruce, rey de Escocia, partió a la batalla de Bannockburn (1314) acompañado de gaiteros.
Los modelos conservados de gaitas anteriores al siglo XVIII son extremadamente raros. Sin embargo, se conservan numerosas pinturas, dibujos, grabados e ilustraciones manuscritas. Las divergencias entre los modelos suelen ser enormes, pero parece que los fabricantes de gaitas de la época eran en su mayor parte mercenarios o artesanos de la madera con conocimientos musicales y artesanales muy rudimentarios.
El papel de la gaita en la música varió sensiblemente de lugar a lugar, pero en Bulgaria se dice que "Una boda sin gaita es como un funeral" y en Bretaña es un elemento muy popular en los festivales religiosos. También en Bretaña y en las islas británicas se convirtieron los gaiteros en parte de los ministriles itinerantes, actuando como mensajeros y extendiendo noticias y música por dondequiera que viajaran. Los gaiteros comenzaron hacia el siglo XVI a desplazar en Escocia a los arpistas, los principales músicos célticos desde época romana. En 1760, Joseph MacDonald escribió en Escocia Compleat Theory, el primer estudio serio de gaita y música de gaita. En Inglaterra, William Dixon ya había escrito un manuscrito en la década de 1730 referente a la música de las "border pipes", muy similares a las gaitas escocesas modernas, pero que constituyen un modelo distinto. Dixon recogió muchas melodías populares que posteriormente serían reimpresas en otras obras semejantes. A comienzos del siglo XIX, John Peacok coleccionó muchas de las melodías de Dixon en su selección de música de gaita.
Sin embargo, a medida que la música clásica occidental se desarrollaba, tanto en términos de sofisticación musical como de tecnología instrumental, las gaitas de muchos países perdieron popularidad en las orquestas, desapareciendo generalmente hasta el siglo XX.
Con la expansión del Imperio británico, también se difundió la gaita escocesa ("Great Highland Bagpipe") a través de los soldados y emigrantes de origen escocés. Sin embargo, el resurgimiento de la gaita escocesa y de otros modelos puntuales fue excepcional y puede decirse que hasta después de la Segunda Guerra Mundial, muchas tradiciones de música popular de gaita entraron en decadencia y comenzaron a ser desplazadas por instrumentos de tradición más clásica, como el violín y posteriormente por el gramófono y la radio. La gaita sobrevivió en la música tradicional y en algunos grupos cerrados, como por ejemplo las fuerzas policiales de Escocia, Canadá, Australia y Estados Unidos aunque no muy extendida, así como bandas folklóricas y populares. Progresivamente fue recuperando otros ámbitos, como funerales militares, civiles, bodas, bailes, fiestas y romerías.
La gaita experimentó un cierto renacimiento desde la Segunda Guerra Mundial, fomentado por la popularidad de la música y los bailes folklóricos, que salvó de la desaparición muchos modelos de gaita que en siglos anteriores habían sido especialmente populares. En Gran Bretaña surgió el concepto de pipe band y en Bretaña de bagad. En España se utiliza el término de "banda de gaitas".
A finales del siglo XX se inventaron varios modelos de gaita electrónica. La primera gaita MIDI fue desarrollada por el gaitero asturiano José Ángel Hevia, mejor conocido como Hevia.
Algunos modelos electrónicos permiten al músico seleccionar el tono de varias gaitas diferentes, así como las claves. Aunque todavía no son muy utilizadas debido a limitaciones técnicas, su uso se está extendiendo como instrumentos de prácticas, ya que su sonido puede ser silenciado y conectado a auriculares.
El Pitt Rivers Museum en Inglaterra contiene una colección de gaitas de todo el mundo. Un museo similar es el Museo de la Gaita en Gijón, Asturias, donde también se muestran varios modelos internacionales.


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