viernes, 2 de agosto de 2013

ONDINA



En la mitología germánico-escandinava además de en la cultura wiccan, se llamaban ondinas a las ninfas acuáticas de espectacular belleza que habitaban en los lagos, ríos, estanques o fuentes. Tienen su correspondencia en las náyades de la mitología griega.

A partir del siglo XVIII, las ondinas se convirtieron en sujetos literarios con el auge del cuento fantástico alemán que rápidamente se extendió por toda Europa.

Ondina es la heroína de una leyenda alsaciana. A su nacimiento todas las hadas del vecindario se reúnen en torno a su cuna y le proporcionan muchas cualidades. Su abuela, que también es hada, le proporciona una persistencia excepcional. Un día, Ondina es raptada por un joven noble que consigue enamorarla hasta tal punto que rehúsa ir a ver a su madre enferma. Como castigo, su abuela la condena a amar por siempre al joven noble. Este, cansado de ella, finge creer que esta le ha engañado con otro. Le dice que no la creerá hasta que no le traiga un jarrón enorme lleno de agua del río Niddeck. Tras tres días de marcha llevando ese enorme peso, Ondina cae exhausta al agua mientras rellena el jarrón. Su abuela, el hada, va a rescatarla y para evitarle continuar sufriendo a causa del noble, la transforma en una ninfa protectora de las aguas del río Niddeck. Desde entonces, en los días de tormenta, se ve su reflejo en el agua de las cascadas del río.

E igualmente en la actualidad existen variedades de leyendas, cuentos o hasta maldiciones. Ya que en la mitologia se cree que hay ninfas, es decir hadas, que se encargan del orden del medio ambiente. Así como también, que son las encargadas que no se altere la naturaleza. Que es lo que en realidad será solo un mito o una realidad.

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