martes, 15 de noviembre de 2016

ROMPECABEZAS



Un ROMPECABEZAS o puzle también denominado con el término inglés puzle es un juego de mesa cuyo objetivo es formar una figura combinando correctamente las partes de ésta, que se encuentran en distintos pedazos o piezas planas. El término puzle, pronunciado 'puθ.le̞ o 'puz.le̞ en español, es un sinónimo de rompecabezas.

El primer rompecabezas fue creado de forma casi accidental por John Spilsbury en 1760, quien era un experto en creaciones de mapas. Lo hizo al montar uno de los tantos mapas que había creado sobre una cara de la madera dura y cortarlo alrededor de las fronteras de los países. Fue así, casi sin querer, que comenzó la historia del rompecabezas. Esta creación fue usada en Gran Bretaña como pasatiempo educativo, inicialmente para enseñar geografía a niños. Esta idea de enseñanza perduró hasta cerca de 1820.
Alrededor de 1900 nacieron los rompecabezas artísticos para adultos. Aquellos rompecabezas en madera cortados a mano se convirtieron rápidamente en uno de los entretenimientos favoritos de la alta sociedad.
Era costumbre deslumbrar a las visitas con estos originales y elegantes pasatiempos, que por su singular belleza y exclusividad, pasaron a formar parte de la herencia y tradición familiar. Aquellos rompecabezas cortados a mano tenían un estilo peculiar llamado “push-fit”, empujar-colocar, por la manera en que debían ser montados: al seguir el corte, los contornos de la imagen y las áreas de color, las piezas, desprovistas de pomos, no se ensamblaban entre sí como en los rompecabezas comerciales de hoy en día, sino que se acoplaban unas a otras de la forma más sutil. Así, los montadores, debían tener sumo cuidado ya que un movimiento repentino o hasta un estornudo podían echar por tierra el paciente trabajo de toda una tarde.
Los rompecabezas artísticos para adultos, a diferencia de los infantiles, no incluían una imagen que sirviera de guía al montador, que debía contentarse con la sugerente referencia del título antes de sentarse a resolver el enigma tras el cual el artesano cortador había escondido el cuadro.
Este era uno de sus alicientes y atractivos fundamentales: ir desvelando poco a poco, construyendo paso a paso la obra de arte oculta, una obra de arte a la que, una vez resuelto el rompecabezas le habremos prestado una intensa atención que nos hará conocer hasta sus más recónditos detalles.
Los rompecabezas 1900, de encajar, constituían un verdadero reto y se convirtieron en un absorbente pasatiempo.
En la actualidad siguen siendo los más apreciados por aquellos para los que la elegancia, la dificultad y la delicadeza son el aliciente fundamental que prolonga el placer de reconstruir y descubrir la imagen oculta.
En la primera década del siglo XX, un famoso fabricante de juguetes estadounidense decidió dedicar toda su producción a los puzles artesanales de madera e introdujo unas variaciones muy bien acogidas por el público: las piezas figurativas y los pomos.
Los pomos permitían que las piezas se ensamblasen entre sí haciendo que el rompecabezas no se desmontase fácilmente, y ofreciendo la posibilidad de que las piezas adoptasen nuevas formas. Las piezas figurativas, siluetas de animales, personas u objetos reconocibles, generaron gran fascinación y sorpresa entre los aficionados; no sólo ponían de relieve la destreza e imaginación del cortador, sino que además, añadían misterio y exclusividad a un juego que ya se había elevado a la categoría de obra de arte.
La experimentación y creación de nuevas formas de corte artístico a lo largo del siglo XX no cesaron, y los mejores artesanos introdujeron novedades como los bordes irregulares, falsas esquinas, y distintas maneras de retar aún más a los aficionados.
Sin embargo, aunque unos pocos artesanos han desarrollado y mantenido viva la tradición del puzle adulto de madera cortado a mano, éste es un pasatiempo que guarda en sí todo el sabor de otros tiempos.
En 1762 el londinense John Spilsbury fabricó el primero prácticamente de forma casual. Spilsbury pegó uno de sus mapas sobre un panel de madera dura, recortándolo de acuerdo con las fronteras de los países con una sierra de marquetería. De esta forma comenzó accidentalmente la historia del rompecabezas moderno. El producto final, novedoso en su época e inicialmente costoso de fabricar, se convirtió gradualmente en un pasatiempo educativo popular, diseñado como herramienta didáctica para enseñar geografía a los escolares británicos. Un siglo más tarde, Milton y McLaughlin Bradley comenzaron a fabricarlos en serie.
También se denomina rompecabezas a un problema o un acertijo que resulta difícil de solucionar; así como a algunos tipos de pasatiempos.

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