jueves, 28 de mayo de 2015

CASANDRA



En la mitología griega, CASANDRA era hija de Hécuba y Príamo, reyes de Troya. Casandra fue sacerdotisa de Apolo, con quien pactó, a cambio de un encuentro carnal, la concesión del don de la profecía. Sin embargo, cuando accedió a los arcanos de la adivinación, Casandra rechazó el amor del dios; éste, viéndose traicionado, la maldijo escupiéndole en la boca: seguiría teniendo su don, pero nadie creería jamás en sus pronósticos. Tiempo después, ante su anuncio repetido de la inminente caída de Troya, ningún ciudadano dio crédito a sus vaticinios. Ella, junto con Laocoonte , fueron los únicos que predijeron el engaño en el Caballo de Troya .

Apolo amaba a Casandra pero, cuando ella no le correspondió, él la maldijo: su don se convertiría en una fuente continua de dolor y frustración. En algunas versiones de este mito, Apolo escupe en su boca al maldecirla; en otras versiones griegas este acto suele suponer la pérdida del don recientemente adquirido, pero el caso de Casandra es diferente. En Orestes ella promete a Apolo que se convertirá en su consorte, pero no lo cumple, por lo que desata su ira.

Aunque Casandra previó la destrucción de Troya, la muerte de Agamenón y su propia desgracia, fue incapaz de evitar estas tragedias, tal era la maldición de Apolo. Su familia creía que estaba loca y, en algunas versiones, la mantuvieron encerrada en casa o encarcelada, lo que la hace enloquecer. En otras versiones, simplemente era una incomprendida.

Una vez concluida la guerra de Troya, durante el saqueo de la ciudad, Áyax, hijo de Oileo encontró a Casandra refugiada bajo un altar dedicado a Atenea. Aunque la princesa se agarró a la sagrada estatua de la diosa, bien fuera el Paladio, bien otra estatua distinta, en el frenesí del saqueo Áyax desoyó los ruegos, y la arrastró junto con la estatua. Según algunas fuentes la violaron en ese preciso lugar; para otras fuentes, el sacrilegio cometido por Áyax había consistido en no respetar la sagrada estatua de la diosa. Este hecho condenó al guerrero, pues Poseidón, impelido por la humillada Atenea, hundió su barco causando una tormenta en las cercanías del promontorio de las rocas Giras, donde Áyax murió ahogado, o clavado a las rocas por el tridente de Poseidón según otra variante de la leyenda.

Casandra fue entregada como concubina al Rey Agamenón de Micenas. Éste ignoraba que, mientras guerreaba en Troya, su esposa Clitemnestra se había hecho amante de Egisto. Cuando Agamenón y Casandra regresaron a Micenas, Clitemnestra le pidió a su marido que anduviera por encima de una alfombra morada, el color que simboliza a los dioses. A pesar de que Casandra le avisó reiteradamente de que no lo hiciera, el Rey la ignoró y cruzó la alfombra, cometiendo así un sacrilegio. Clitemnestra y Egisto asesinaron a ambos. En algunas versiones, Casandra y Agamenón habían tenido gemelos: Telédamo y Pélope. Ambos fueron asesinados también por Egisto.

Télefo, hijo de Heracles, también amaba a Casandra. Sin embargo, ella se burlaba de él y le ayudó a seducir a Laódice, hermana de Casandra.

Hay versiones alternativas de la historia en las que Casandra, siendo niña, pasó la noche en el templo de Apolo con su hermano gemelo Heleno y las serpientes del templo chuparon y limpiaron sus orejas, por lo que ambos serían capaces a partir de entonces de oír el futuro. Este es un tema recurrente en la mitología griega.

Otras versiones sugieren que Casandra consiguió la habilidad de entender el idioma de los animales, en lugar de conocer el futuro.

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