La GUERRA
DE SECESIÓN o Guerra Civil Estadounidense fue un conflicto significativo en la historia de los Estados Unidos de América, que tuvo lugar
entre los años 1861 y 1865.
Los dos bandos enfrentados fueron las
fuerzas de los estados del Norte la Unión contra los recién formados Estados Confederados de América,
integrados por once estados del Sur que proclamaron su independencia.
Abraham
Lincoln perdió una
contienda senatorial en la que exigía un alto en la expansión de la esclavitud,
pero en 1860 él y Douglas volvieron a enfrentarse: esta vez como
los candidatos presidenciales Republicano y Demócrata. Para entonces la tensión
entre el Norte y el Sur era extrema. En 1859, John Brown, un partidario del
abolicionismo, había tratado de iniciar una rebelión de esclavos en Virginia
atacando un depósito de municiones del ejército. Brown fue rápidamente
capturado, juzgado y sentenciado a la horca. Tras su ejecución muchos
habitantes del Norte lo aclamaron como mártir. Sin embargo, los blancos del Sur
se convencieron de que el Norte no estaba dispuesto a mantener las libertades
estatales dentro de la confederación de estados que constituían entonces los
Estados Unidos de América.
Douglas conminó a los demócratas
sureños a permanecer en la Unión, pero éstos por su parte nombraron su propio
candidato presidencial John C. Breckinridge y amenazaron con separarse
si los Republicanos resultaban victoriosos; había también otro candidato sureño
que se oponía a Lincoln, John C. Bell.
La mayoría en los estados Sureños y fronterizos votaron contra Lincoln, pero el
Norte lo apoyó y ganó las elecciones.
En marzo de 1861, cuando Lincoln tomó
posesión de su cargo, Carolina del
Sur, Misisipi, Florida, Alabama, Georgia, Luisiana y Texas se constituyeron en los Estados Confederados de América con Jefferson
Davis como presidente,
proclamando su secesión de la Unión, acto que Lincoln declaró ilegal en su
discurso inaugural.
El primer acto de guerra fue el asalto
confederado a la guarnición de Fort Sumter el 12 de abril de 1861. La represión del ejército al recuperar Fort Sumter, hizo que a los
estados confederados se les unieran Virginia, Arkansas, Tennessee y Carolina del Norte. De este modo comenzó la
guerra civil entre los Estados Confederados del Sur y los Estados del Norte,
que acabaría con la victoria de estos últimos en 1865.
En el trasfondo, era una lucha entre
dos tipos de economías totalmente distintas: una industrial-abolicionista Norte
y otra agraria-esclavista Sur. Los Sureños declararon que no peleaban sólo por
la esclavitud. Después de todo, la mayoría de los soldados confederados eran
demasiado pobres para poseer esclavos. El Sur estaba empeñado en una guerra de
independencia que mantuviera las relaciones entre el Norte y el Sur. Los
confederados generalmente tuvieron la ventaja de pelear en su propio
territorio. Tenían soldados muy bien entregados a la causa, pero eran mucho
menores en número que las fuerzas de la Unión del Norte. Al finalizar la
guerra, algunos de los integrantes de dichas partidas fueron perseguidos como
forajidos por las tropelías cometidas durante la contienda.
Para librar la guerra, el Sur se
financió con la exportación de algodón que embarcaba hacia Europa y el Norte,
con la emisión de un nuevo papel moneda, tras rechazar Lincoln un préstamo de $
5.000.000 al 12% de interés ofrecido por Moses Taylor.
Ambas partes suspendieron algunas libertades civiles, imprimieron montañas de
papel moneda y recurrieron al reclutamiento forzoso.
La prioridad de Lincoln fue mantener a
Estados Unidos como un solo país. Tras las pérdidas iniciales de las primeras
batallas, tuvo que reconocer que el desarrollo de la guerra, sólo podía
cambiarlo haciendo de la guerra una batalla contra la esclavitud y así podría
obtener apoyo para la Unión tanto en el interior como en el exterior.
Consecuentemente, el 11 de enero de 1863, segundo año de
guerra, dio a conocer la Proclamación de Emancipación, que otorgaba
libertad a todos los esclavos en áreas aún controladas por la Confederación.
El ejército Sureño obtuvo importantes
victorias en la primera etapa de la guerra, pero en el año 1863 su comandante,
el General Robert E. Lee,
se dirigió hacia Pensilvania.
En Gettysburg se encontró con un ejército de la
Unión, y así dio comienzo la batalla de mayor magnitud jamás librada en suelo
estadounidense. Después de tres días de lucha desesperada, los Confederados
fueron derrotados. La marina de la Unión rápidamente impuso un bloqueo que creó
grave escasez de material bélico y bienes de consumo en la confederación. Al
mismo tiempo, en el río Misisipi, el General de la Unión, Ulysses S.
Grant, tomó la importante ciudad de Vicksburg. Las fuerzas de la Unión
controlaban ahora todo el valle del Misisipi, dividiendo en dos a la
Confederación y ahogando su salida al mar.
En 1864, un ejército de la Unión al
mando del General William Tecumseh Sherman atravesó Georgia destruyendo el campo.
Mientras tanto, el general Grant se batía implacablemente con las fuerzas de
Lee en Virginia. El 2 de abril de 1865, Lee se vio forzado a
abandonar Richmond, la capital de la Confederación.
Una semana después se rindió y todas las demás fuerzas confederadas se
rindieron poco después. El 14 de abril de 1865 Lincoln fue asesinado por el actor John Wilkes
Booth. El 12 de mayo de 1865, la Unión atacaba el
Rancho Palmito en el condado de Cameron, en la frontera de México, donde permanecían
todavía fuerzas confederadas.
La difícil coexistencia de los estados
esclavistas con los norteños antiesclavistas facilitó el camino hacia la
guerra. Tras la expansión hacia el oeste, la sociedad sudista quiso ampliar el
número de estados conquistando Cuba. Para ello ofreció el mando de las tropas al
coronel Robert E. Lee, quien era responsable desde Rio Grande City del orden en
la nueva frontera con México. El Senado prohibió la expedición contra Cuba,
colonia española, con base en la Ley de Neutralidad que habían firmado ambos países.
Este hecho y el bloqueo de la
expedición de los filibusteros en Round Island por la marina, se consideró un
acto de guerra en 1849. A pesar de ello, la expedición se realizó en secreto en
1850, seiscientos veinte filibusteros al mando del general Narciso López venezolano,
encargado por la alta sociedad cubana de independizar a Cuba y mantener la
esclavitud. Fracasó y el consulado español en Nueva Orleáns fue destruido en
venganza. A partir de este momento, la injerencia del gobierno fue considerada
ilegal y secretamente se fue armando el Sur a través del intercambio de algodón
por armas. Su plan de expansión, segregados del norte, incluía además la
totalidad de México.
Lincoln no propuso leyes federales
contra la esclavitud pero, en un discurso de 1858, expresó su deseo de detener
la expansión de la esclavitud y sustituirla por la idea de que esta estaba en
el camino de la extinción final.1 Gran parte de la batalla política en
la década de
1850 se enfocó en la
expansión de la esclavitud en los territorios recién creados. Todas las nuevas zonas iban a convertirse
en territorios libres, lo que aumentó el movimiento secesionista del Sur. Tanto
el Norte como el Sur asumieron que si la esclavitud no se podía expandir,
acabaría por eliminarse por completo.
Los miedos sureños de perder el
control del gobierno federal frente a las fuerzas antiesclavistas, y los miedos
norteños de que los esclavistas controlasen el gobierno, provocaron la crisis a
principios de los años 50 del siglo XIX.
Los desacuerdos sobre la moralidad de esclavizar a una persona, el avance de la
democracia y las diferencias económicas entre el trabajo libre y las
plantaciones esclavistas llevaron a los partidos existentes en ese momento, el
de los Whigs y
el de los «Know Nothing», a derrumbarse. Surgieron otros nuevos, como el Free
Soil Party, el Republican Party y el Constitutional Union. En 1860, el último partido
nacional, el Democratic Party se dividió debido a las disputas entre
abolicionistas y esclavistas.
Tanto el Norte como el Sur se
encontraban influidos por las ideas de Thomas
Jefferson. Los sureños
enfatizaban las palabras de Jefferson sobre los derechos de los estados para
defender la esclavitud. Los norteños, desde el abolicionista William Lloyd Garrison hasta el moderado
líder republicano Abraham
Lincoln se centraron
en la declaración de Jefferson de que todos los hombres eran creados iguales. Lincoln mencionó esta proposición en
su discurso de Gettysburg.
El vicepresidente confederado Alexander Stephens dijo que la esclavitud era «la piedra
angular de la Confederación» tras la secesión del Sur. Tras la derrota de los
estados sureños, Stephens cambió su discurso y dijo que la guerra no era sobre
esclavitud sino sobre los derechos de los estados y se convirtió en uno de los
más ardientes defensores de la Causa Perdida. El
presidente confederado, Jefferson Davis, también hizo la misma
afirmación aunque también hay que destacar que, en algunas ocasiones, los
papeles se invirtieron, como cuando se redactó la «Ley de Esclavos Fugitivos»
de 1850; en ese caso fueron
los norteños quienes pedían que se defendiese sus derechos estatales
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