jueves, 29 de mayo de 2014

EL IMPERIO OTOMANO



El IMPERIO OTOMANO, también conocido como Imperio turco otomano  fue un Estado multiétnico y multiconfesional gobernado por la dinastía Osmanlí. Era conocido como el Imperio turco o Turquía por sus contemporáneos.

El Imperio otomano comenzó siendo uno más de los pequeños estados turcos que surgieron en Asia Menor durante la decadencia del Imperio selyúcida. Los turcos otomanos fueron controlando paulatinamente a los demás estados turcos y bajo el reinado de Mehmed II 1451-1481 acabaron con lo que quedaba de la dinastía selyúcida. La primera fase de la expansión otomana tuvo lugar bajo el gobierno de Osmán I y siguió en los reinados de Orkhan, Murad I y Beyazid I, a expensas de los territorios del Imperio bizantino, Bulgaria y Serbia. Bursa cayó bajo su dominio en 1326 y Adrianópolis en 1361. Las victorias otomanas en los Balcanes alertaron a Europa occidental sobre el peligro que este Imperio representaba y fueron el motivo central de la organización de la Cruzada de Segismundo de Hungría. El sitio que pusieron los otomanos a Constantinopla fue roto gracias a Tamerlán, líder de los mongoles, quien tomó prisionero a Beyazid en 1402, pero el control mongol sobre los otomanos duró muy poco. Finalmente, el Imperio otomano logró conquistar Constantinopla en 1453.

En su máximo esplendor, entre los siglos XVI y XVII se expandía por tres continentes, controlando una vasta parte del Sureste Europeo, el Medio Oriente y el norte de África, limitando al oeste con Marruecos, al este con el mar Caspio y al sur con Sudán, Eritrea, Somalia y Arabia. El Imperio otomano poseía 29 provincias, y Moldavia, Transilvania y Valaquia eran Estados vasallos.

El imperio estuvo en el centro de las interacciones entre el Este y el Oeste por seis siglos. Con Constantinopla como su capital y el territorio que se conquistó bajo Solimán el Magnífico -correspondiente a las tierras gobernadas por Justiniano el Grande mil años antes-, el Imperio otomano era, en muchos aspectos, el sucesor islámico de los antiguos imperios clásicos. Numerosos rasgos y tradiciones culturales de éstos en campos como la arquitectura, la cocina, el ocio y el gobierno fueron adoptados por los otomanos, que los elaboraron en nuevas formas. Estos rasgos culturales más tarde se mezclaron con las características de los grupos étnicos y religiosos que vivían dentro de los territorios otomanos, creando una nueva y particular identidad cultural otomana.

Durante el siglo XIX, diversos territorios del Imperio otomano comenzaron a alcanzar su independencia, principalmente en Europa. Las sucesivas derrotas en guerras y el auge de los nacionalismos dentro del territorio llevarían al decaimiento del poder del imperio. Su participación en la Primera Guerra Mundial y el surgimiento de movimientos revolucionarios dentro de Turquía le darían el golpe mortal.

El imperio bajo la dirección de un sultán fue abolido el 1 de noviembre de 1922, mientras que el califato lo fue un año después. La República de Turquía fue fundada en su reemplazo, el 23 de octubre de 1923.

El origen de los turcos otomanos se puede encontrar en las estepas de Asia Central, en el Turkestán, una etnia dada a la cuida de ganado en especial el caballo, y al comercio, casi nómada. Los turcos pronto se relacionan con otras civilizaciones musulmanas, con las que entablan relaciones comerciales y de las que aprenden el Islam en la creencia sunna. Este contacto se podría deber a la ruta de la seda, pues los mercaderes musulmanes seguramente transitarían por los territorios donde se alojaban los otomanos. Las primeras entradas de tribus turcas en la región, que posteriormente sería el Imperio otomano, se producen en el ámbito militar, cuando los ejércitos del Califato Abbasí necesitaron soldados para las luchas internas y contra los cristianos y bizantinos durante el siglo IX. Por ello, recurrieron a los territorios fronterizos reclutando a la población. Dentro del Califato Abbasí ya puede apreciarse cómo los turcos van escalando posiciones en el ejército y la administración. La lenta penetración de tribus turcas en esta zona se realizó de dos maneras: mediante la progresiva ocupación del territorio por parte de los grupos tribales y mediante la lucha contra el Imperio bizantino, que había dominado esta región durante mucho tiempo, al que lo dejaron en nada militarmente.

La ocupación de Anatolia por los turcos puede tener su origen en la Batalla de Manzikert en 1071, cuando los turcos, al servicio de los selyúcidas, derrotaron al ejército bizantino del emperador Romano IV Diógenes. Esto permitió que los selyúcidas crearan un vasto sultanato que abarcaba Irak y eI Irán. Hacia 1243, el sultanato se desmorona, una invasión mongola al mando de Batu, el Jan de la Horda de Oro, deja hecho añicos un sultanato que había sobrevivido a las luchas internas, a los bizantinos, a la Primera Cruzada y a sus vecinos sirios, los Znaguíes y Ayyubíes. El sultanato se descompone y pasa a soberanía mongola. Sin embargo, a esta invasión mongola aún sobreviven pequeñas porciones de territorio que se convierten en una especie de principados autónomos. De todos estos, hay que destacar el sultanato de Rüm, cuya capital ya estaba en Turquía, pues era la ciudad de Konya.

Uno de esos principados, pequeño e insignificante, era donde habitaban los turcos, podríamos llamar su primer Estado otomano, que había sido cedido por el sultán selyúcida antes de la invasión mongola al primer miembro dinástico de los otomanos, Ertuğrul. Este territorio tenía por capital la ciudad de Sogut. Ertuğrul muere en 1290, dando paso a la sucesión a Osmán I, nombre del cual deriva la denominación de otomanos o dinastía osmanlí. Con Osmán I empieza la expansión territorial de los turcos con la finalidad de crear un imperio que duraría casi siete siglos.

Los otomanos no conseguirían suficiente poder como para eliminar a sus enemigos inmediatos y establecer un verdadero Estado hasta el gobierno del hijo y sucesor de Osmán, Orhan I 1324-1360. La clave de su reinado fue la conquista de Nicea en 1331 y Bursa. Esta última no sólo proporcionó la capital, sino los útiles necesarios para crear una administración otomana. Pudo acabar también con la amenaza de sus vecinos turcomanos, Aydin, que proporcionaba mercenarios a Juan Cantacuceno. Tras la caída de Aydin, serán los otomanos los que ayudarán al candidato al trono bizantino, enfrentado a Juan V Paleólogo, tomándose como recompensa el derecho a saquear el territorio bizantino a lo largo del Egeo, en Tracia, y la mano de la hija de Juan Cantacuceno, Teodora.

A partir de 1354, los cuerpos de expedición otomanos dirigidos por su hijo Suleyman Paşa establecieron una base permanente en la península europea de Galípoli, a pesar de las protestas de Cantacuceno y otros. Este último tuvo que abdicar por haber sido el responsable de que los turcos se introdujeran en Europa. Bajo el mandato de su hijo, Murad I 1360-1389, se hicieron las primeras conquistas estables en la Europa sudoriental. Tomó Edirne Adrianópolis en 1361, la convirtió en su capital y nombró el primer visir del que sería el Imperio otomano: Kara Halil Paşa, de los Candarli, familia que monopolizó el puesto durante el siglo siguiente. El emperador bizantino se comprometió a pagar tributo regularmente a los otomanos y a enviar contingentes militares para su ejército, debido a que no podían enfrentarse a la presión turca sobre Constantinopla. Fue uno de los sultanes más importantes del Imperio otomano por su triunfal campaña militar en Tracia y los Balcanes, que acompañó con tacto y prudencia, pactando con la Iglesia Ortodoxa. También fue el primero en ser nombrado sultán, ya que los anteriores ostentaban el título de emires.

Para defender a Europa de la amenaza otomana, el Papa proclamó una bula llamando de un modo formal a la Cruzada hacia 1366, que fue un fracaso en «la ruta de los serbios». Los otomanos siguieron la política islámica tradicional de tolerancia hacia los zimmíes, o «gente del libro», que tenían derecho de protección sobre sus vidas, propiedades y creencias religiosas siempre que aceptasen un gobierno musulmán y pagaran los tributos cizye que les eximían del servicio militar. Por ello no se hizo ningún esfuerzo para la conversión en masa de la población. Durante su reinado también se creó el cuerpo de los jenízaros, una pieza clave en el desarrollo posterior del imperio.

Las amenazas se multiplicaban, y a su vecino Karaman se unió la expansión mongola de Tamerlán. Los turcos otomanos continuaron avanzando hacia los territorios europeos, poniendo en alerta a la potencia medieval del Reino de Hungría. De esta forma, el rey Luis I de Hungría el Grande condujo en 1375 una batalla en el Principado de Valaquia. La situación política entre los valacos y los húngaros enfrentados a los turcos otomanos generaron ciertos conflictos entre ambos, lo cual creó una situación donde apenas se logró contener las invasiones sin expulsar a los turcos de la zona.

Después de la muerte del rey Luis I, sucedió un corto periodo de inestabilidad política, hasta que el rey Segismundo de Hungría subió al trono. De inmediato la amenaza otomana fue tomada en serio por el rey húngaro y los demás duques y Príncipes de los Estados satélites de Hungría, por lo que se formó la coalición de los Estados eslavos del sur, dirigida por Segismundo. Fue en la decisiva Batalla de Kosovo 1389 cuando la victoria otomana permitió realizar nuevas conquistas al sur del Danubio, acabando con la última defensa organizada en el área de los Balcanes y dejando a Hungría como único oponente serio en el sudeste de Europa. En esta batalla, un preso serbio asesinó a Murad I el único sultán asesinado en una batalla, y le sucedió su hijo Beyazid I 1389-1402, afianzándose en la victoria. Para evitar posibles luchas por el trono, fue éste el primer sultán que mató a todos sus hermanos, práctica común a partir de este momento y que institucionalizaría el sultán Mehmed II. Los esfuerzos de Beyazid se encaminaron a conquistar el oeste de Asia Menor, lo que consiguió en 1390.

En 1396, los ejércitos otomanos de Beyazid I vencieron a las fuerzas cruzadas de Segismundo de Hungría en la batalla de Nicópolis 1396. Al poco tiempo, los nobles húngaros aún descontentos se alzaron contra Segismundo en 1401 y en 1403, siendo derrotados en ambas ocasiones. Tras vencerlos, Segismundo continuó en el poder durante los cuarenta años siguientes sin ninguna clase de obstáculo sucesorio, conteniendo los ataques turcos otomanos, que ya realizaban incursiones en territorio magiar.

De esta forma, el Reino de Hungría siguió conteniendo los embates del expansivo imperio otomano. En 1408, el rey húngaro Segismundo fundó entonces la Orden del Dragón, la cual continuó alentando el espíritu de conservación del Cristianismo y la independencia de los territorios europeos. A esta orden pertenecieron, entre otros nobles, el Príncipe Vlad II Dracul de Valaquia actual Rumanía, quien fue el padre del conocido sanguinario Vlad III, del cual posteriormente surgió el personaje de Bram Stoker, Drácula. Los otomanos siguieron avanzando hacia Europa y en 1427 atacaron y ocuparon la fortaleza de Galambóc a orillas del Danubio al sur-oeste del reino de Hungría.

Las tropas otomanas parecían indetenibles, a pesar de que el rey húngaro y polaco Vladislao II organizó una armada y partió con ella hacia el este en 1444. Los ejércitos del sultán Murad II salieron victoriosos en la Batalla de Varna, en la cual también murió el rey cristiano. Tras la muerte de Vladislao I, al no dejar herederos, el trono le correspondía al joven príncipe Ladislao V, hijo del fallecido rey húngaro Alberto de Habsburgo, quien había gobernado antes del mártir de Varna. Puesto que Ladislao era muy joven para gobernar, los nobles húngaros escogieron de inmediato a un conde que había sido comandante de los ejércitos húngaros en las anteriores batallas contra los turcos: Juan Hunyadi.

Hunyadi prosiguió la lucha contra los turcos otomanos y alcanzó la victoria en el Sitio de Belgrado, 1456, siendo esta la primera gran batalla ganada por los europeos cristianos contra los turcos. En honor a esta proeza, el Papa Calixto III ordenó que se instituyese un toque de campanas del mediodía para honrar la victoria húngara. De esta manera, Hungría recibió el título de "Último Bastión del Cristianismo en Europa", por el cual fue conocido durante toda la época del Renacimiento. Tras la muerte de Juan Hunyadi, y al estar vacante el trono húngaro, su hijo menor fue elegido rey por los nobles, y de esta forma, Matías Corvino fue coronado en 1458. El rey Matías Corvino mantuvo una política expansionista en Europa, y durante su reinado logró igualmente contener los ejércitos otomanos.

Sin embargo, su política expansionista estaba enfocada totalmente en otra dirección, conduciendo campañas militares contra el Sacro Imperio Romano Germánico, conquistando el Ducado de Austria, pero abandonando las luchas contra los turcos. Muchos historiadores modernos critican estas acciones, que permitieron que tras la muerte del rey, los otomanos continuasen avanzando hacia los territorios húngaros, tomando Belgrado en 1521. De esta manera, la época dorada del Reino húngaro finalizaría en1526, cuando finalmente fueron vencidos por los turcos en la Batalla de Mohács, en la que también murió el rey Luis II de Hungría. De inmediato se libraron varias batallas a lo largo del reino, hasta que en1541 cayó por último Buda, la capital húngara.

Mientras tanto, los problemas con los vecinos turcomanos, sobre todo con Karaman, el principado turco más fuerte de Asia Menor, obligó al sultán a combatir en el este. El resultado fue la anexión de estos pequeños Estados hasta que el oeste volvió a reclamar la atención de Bayezid. Muchas de las zonas ya conquistadas se quisieron liberar del poder otomano, pero el sultán reconquistó rápidamente lo perdido y siguió adelante: irrumpieron en Estiria, ocuparon Grecia y en 1397 llevaron a cabo la conquista de Atenas. Se dirigieron entonces hacia el este, donde se encontraron con un enemigo mucho más poderoso: Tamerlán. En 1402, los mongoles ganaron la batalla de Ankara, lo que supuso el hundimiento de la hegemonía otomana en Asia Menor. Los otomanos se reconocieron vasallos de Tamerlán y Beyazid encontró la muerte en prisión en 1403.

La autoridad otomana entró en crisis durante once años. Ni Tamerlán ni sus sucesores impusieron dominio alguno duradero, y el panorama quedó abierto para las luchas de poder entre los miembros de la familia otomana y los señores territoriales. La situación no era fácil, ya que eran cuatro los príncipes otomanos que se disputaban el trono. Tras un periodo de luchas fratricidas fue Mehmed I 1413-1420 el ganador. Con este sultán y, sobre todo con Murad II 1421-1451, el gobierno otomano volvió a recuperar la unidad. Como Mehmed había vencido gracias al apoyo de la aristocracia turca, se le dio énfasis al pasado turco de la dinastía reinante, y por primera vez se encargaron unas crónicas de su historia. Dio prioridad a potenciar el comercio con los países europeos y firmó un tratado con Venecia en 1416. La infantería jenízara quedó como guardia personal del sultán, y la aristocracia volvió a controlar su cota de poder. Su ejército cruzó el Bósforo, tomó Edirne y comenzó el primero de los grandes sitios a Constantinopla 1422, no tanto para conquistarla, sino para castigar a los bizantinos por su deslealtad al haber apoyado a los rivales del sultán.

Además de esto, Murad desarrolló el famoso sistema del devşhirme, con el que reclutaba periódicamente a los mejores jóvenes cristianos de las provincias de los Balcanes para convertirlos al Islam y para que prestaran servicio de por vida al Imperio. A éstos se les favoreció en un principio para que adquirieran poder, y así equilibraran el poder que acumulaba la aristocracia turca. Tras la firma de dos tratados de paz, Murad cedió el trono voluntariamente a su hijo Mehmed, de cuya juventud intentaron aprovecharse sus enemigos. Queriendo sacar partido de la situación se hizo una llamada a una cruzada para expulsar a los otomanos de Europa; parecía que lo iban a conseguir, pero Mehmed cedió el trono a su padre, que con sus ejércitos logró una aplastante victoria en la batalla de Varna. Tras esto, el Imperio otomano estableció un control directo sobre Macedonia, Tracia, Bulgaria y gran parte de Grecia.

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