El VIOLÍN es un instrumento de cuerda frotada que tiene cuatro cuerdas. Es el más pequeño
y agudo de la familia de los instrumentos de
cuerda clásicos, que incluye la viola, el violonchelo y el contrabajo,
los cuales, salvo el contrabajo, son derivados todos de las violas medievales,
en especial de la fídula.
En los violines antiguos las cuerdas
eran de tripa. Hoy pueden ser
también de metal o de tripa entorchada con aluminio, plata o acero; la cuerda
en mi, la más aguda ―llamada cantino― es directamente un hilo de
acero, y, ocasionalmente, de oro. En la actualidad se están fabricando cuerdas
de materiales sintéticos que tienden a reunir la sonoridad lograda por la
flexibilidad de la tripa y la resistencia de los metales.
Además del efecto logrado por el arco,
se pueden conseguir otros efectos: pizzicato pellizcando las cuerdas como si se
tratase de una guitarra, pero no con la misma posición, trémolo moviendo el arco arriba y abajo muy
rápido, vibrato haciendo vibrar los dedos sobre las
cuerdas, glissando moviendo la mano izquierda arriba y
abajo sobre las cuerdas, col legno tocando con la parte de madera del
arco, sul ponticello tocando
prácticamente sobre el puente.
Las partituras de música para violín usan casi
siempre la clave de sol,
llamada antiguamente «clave de violín».
La
genealogía que lleva al violín actual es más compleja. Se encuentra en el
frotamiento de las cuerdas del laúd y
el rebab ―y
su versión europea, el rabel―, instrumentos difundidos en la Europa mediterránea durante
la expansión medieval de los árabes. En Italia, a partir de la lira bizantina o
el rebab, surgen los
antecedentes más evidentes, tanto del violín como de la llamada viola de gamba; son tales precedentes la viola de arco nombre
que se utilizaba para todo instrumento de cuerda frotada con arco, como el
rebec o
rabel, y que también recie las denominaciones de viela, vihuela, vihuela de
arco, fídula y giga y la lira o viola da braccio,
esta ya muy semejante a un violín o viola primitivos, aunque con el diapasón
separando los bordones. Es en el siglo XVII que
aparece el violín propiamente dicho, aunque con algunas diferencias respecto a
la mayoría de los violines que se vienen fabricando desde el siglo XIX. La tapa superior y las tablas laterales se hacen
de madera blanda, mientras que la tapa inferior se hace de madera dura. La
ciudad de Cremona se hallaba entre un bosque de pinos madera blanda y
uno de arces madera dura, por lo que estas maderas eran las usadas por los
grandes maestros violeros. El arco ha sufrido muchas modificaciones. El modelo
actual data del siglo XIX, cuando François Tourte le dio una curvatura cóncava,
que en los modelos más primitivos era convexa, como la del arco de cacería.
Aunque en el siglo XVII el violín violino se encontraba bastante difundido en Italia, carecía de todo
prestigio el laúd, la vihuela, la viela, la viola da gamba, la guitarra, la mandolina
eran mucho más considerados. Sin embargo, Claudio Monteverde es uno de los que descubren la
posibilidad de las calidades sonoras del violín, y es por ello que lo usa para
complementar las voces corales en su ópera Orfeo 1607. Desde entonces el
prestigio del violín comienza a crecer. Hacia esa época comienzan a hacerse
conocidos ciertos fabricantes de violines llamados aún luteros o lauderos, o luthiers — más frecuentemente que violeros—
ya que inicialmente se dedicaron a la fabricación de laúdes. Así se hacen
conocidos Gasparo Bertolotti de Saló, o Giovanni Maggini de Brescia, o Jakob Steiner de Viena; sin embargo, una
ciudad se hará celebérrima por sus lauderos especializados en la confección de
violines: Cremona. En efecto, de
Cremona son los justamente afamados Andrea Amati, Giuseppe
Guarneri y Antonio Stradivarius sus apellidos suelen ser más conocidos
en su forma latinizada: Amatius, Guarnerius, Stradivarius.
Durante el siglo XIX se destacaron François Lupot y Nicolas Lupot. Es a partir de entonces, y
sobre todo con el barroco, que se inicia la
Edad de Oro al parecer de allí en más perpetua del violín.
Desde entonces el violín se ha
difundido por todo el mundo, encontrándose incluso como "Instrumento
tradicional" en muchos países no europeos, desde América hasta Asia. El
violín es un instrumento protagonista en las orquestas, grupos de cámara etc.
Especial atención ha recibido en la música árabe, en la que el ejecutante lo
toca apoyado en la rodilla cual si fuera un chelo, y en la música
celta irlandesa, donde el instrumento recibe el nombre de fiddle derivado del italiano fidula,
y sus músicas derivadas como, en cierto grado, el country. Ha habido
también grandes violinistas de jazz, como Stéphane Grappelli, Jean-Luc
Ponty o Joe Venuti.
En cuanto
al secreto de la sonoridad típica de los violines realizados por las familias Stradivarius y
Guarneri, existen hoy diversas hipótesis que, más bien que excluirse, parecen
sumarse; en primer lugar se considera que la época fue particularmente fría,
motivo por el cual los árboles desarrollaron una madera más dura y homogénea. A
esto se suma el uso de barnices especiales que reforzaban la estructura de los
violines. También se supone que los troncos de los árboles eran trasladados por
ríos cuyas aguas tenían un pH que
reforzaba la dureza de las maderas; también influye un comprobado tratamiento
químico acaso más que con el objetivo de la sonoridad, el de la conservación de
los instrumentos, que reforzó la dureza de las tablas. Por último, ciertos
violines Stradivarius tienen en sus partes internas un acabado biselado de los
contornos en donde contactan las maderas, el cual parece beneficiar la acústica
de estos violines.
El violín consta principalmente de una
caja de resonancia que posee elegantes y hermosas formas ergonómicas(de sección
oval con dos estrechamientos cerca del centro. Tal caja de resonancia está
constituida por dos tablas: la tabla armónica y la tabla del fondo tradicionalmente
hecha con madera de arce, las cubiertas
laterales o aros y la tabla superior o tapa
armónica tradicionalmente de madera de abeto blanco o rojo; la tapa se encuentra
horadada simétricamente y casi en el centro por dos aberturas de resonancia
llamadas "oídos" o "eses", ya que en el tiempo de su diseño
se usaba aún en la escritura o imprenta la S larga, semejante a una
"efe" cursiva pero sin el travesaño horizontal, y en desuso a partir
del siglo XVIII.
Por la misma razón, actualmente se tienden a llamar "efes".
En el interior de la caja se encuentra
el poste sonoro o alma del violín, que es una pequeña barra
cilíndrica de madera dispuesta perpendicularmente entre la tapa y la tabla armónica del lado derecho del eje de simetría de
la caja esto es: prácticamente abajo, hacia la derecha, de la zona en donde se
apoya el puente, del lado contrario al alma, a lo largo de la cara interna
de la tapa, se encuentra adherido con cola un listón llamado barra
armónica. Tanto el alma como la barra
armónica cumplen dos
funciones: ser soportes estructurales el violín sufre mucha tensión estructural
y transmitir mejor los sonidos dentro de la caja de resonancia.
La caja de resonancia tiene, en el
violín de orquesta, 35,7 cm de longitud, y se encuentra orlada por
rebordes en ambas tablas; tales rebordes cumplen, además de una función
decorativa, la función de reforzar el instrumento.
Por fuera, la caja de resonancia se
continúa por el mango o astil; el mástil o "mango"
concluye en un clavijero, oquedad rectangular en la
que se insertan las cuerdas anudadas y tensionadas allí mediante sendas clavijas para cada cuerda, las clavijas son
como llaves simples de sección ligeramente conoidal; luego del clavijero, un
remate llamado ―por su forma― voluta aunque en ciertos casos la voluta se
encuentra sustituida por otras formas, por ejemplo una cara humana o la figuración
de una cabeza de león.
En cierto ángulo, las líneas de la
voluta, en perspectiva, hacen una línea recta y continua con las cuerdas,
especialmente mi y sol, y se juntan en el horizonte. Esto permite saber, cuando
el violín está puesto en el hombro, cuándo se encuentra correctamente recto.
Sobre el mango se ubica el diapasón
del violín o tastiera, este suele ser de ébano ya que esta madera produce ese sonido
"maderil" que los instrumentos de cuerda frotada requieren además el
ébano es sumamente duro y denso por lo que la fricción de las cuerdas no daña
el diapasón. En violines antiguos pueden encontrarse tastieras de marfil.
Sobre la tapa de la caja se encuentra
el ponticello o puente el cual mantiene elevadas las cuatro
cuerdas, en la parte posterior de la caja de resonancia, unida a ella por un
nervio flexible que se engancha a un botón, se encuentra otra pieza tradicionalmente
de madera de ébano de forma triangular llamada el cordal,
como su nombre lo indica, el cordal sirve para retener las cuatro cuerdas,
estas se apoyan en los siguientes puntos: los orificios del cordal, el
ponticello, la cejilla ubicada sobre el astil y las clavijas.
Cuando se quiere atenuar el sonido, se
aplica sobre el puente una especie de tabique llamado sordina.
Desde fines de siglo XIX es común
añadir a la parte trasera de la caja de los violines una mentonera o "berbiquí" desmontable,
aunque tal aditamento no es
indispensable la invención de este añadido se atribuye a Louis Spohr;
en cambio sí es de bastante importancia el barniz Tradicionalmente "gomalaca"
diluida en alcohol con el cual se recubre, en su parte externa, a la mayor
parte del violín.
La singular acústica del violín ha
sido muy estudiada durante todo el siglo XX, destacándose las
investigaciones del alemán Ernst Chladni,
del cual deriva toda una formulación llamada esquema de Chladni.
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