martes, 13 de mayo de 2014

EL GRAN AGUJERO



En el centro de la ciudad sudafricana de Kimberley se halla un cráter, casi idéntico a un “Auténtico” cráter volcánico. En su parte superior tiene la forma de un gigantesco embudo su circunferencia es de casi 1 milla ó 1.8 km; más abajo sus paredes caen verticales hasta una profundidad de 1,2 km. Resulta imposible ver el fondo del cráter. El agua subterránea ha ido llenando el “Gran Agujero” de Kimberley hasta media altura. Este agujero, “Big Hole” un centro de atracción turística sudafricana de primera categoría. Fue excavado por el hombre en el transcurso de cuarenta y tres años. La ciudad de Kimberley le debe su existencia. 


Y aunque el “Gran Agujero” esté situado en el centro del recinto urbano, los habitantes de Kimberley no lo cegarán nunca, pues lo consideran una especie de monumento invertido en recuerdo del “Great Diamond Rush”, la gran fiebre de los diamantes.


Originariamente hubo en el lugar en que hoy se hunde el pozo una pequeña colina, llamada Colesberg Kopje. En esta colina probó su suerte el dieciséis de julio de 1871 un grupo de buscadores de diamantes. Fleetwood Rawstone y sus compañeros que, a causa de sus sombreros rojos, se llamaban “El club de los Gorras Rojas” ya sabían probado suerte en otros jugares, pero no habían encontrado nunca yacimientos de importancia.

En Colesberg Kopje lo lograron al primer instante. Justo por debajo de la superficie hallaron diamantes pequeños pero inmaculados. A la mañana siguiente ya había en este lugar docenas de cavadores extraños, que también querían asegurarse sus derechos de excavación. Apenas un año más tarde, más de 50,000 buscadores de diamantes cavaban hacia lo hondo alrededor de aquel punta en que, una vez, hubo una colina. En el transcurso de los decenios se hallaron en el gran agujero diamantes por más de 14 millones de quilates. Para conseguirlos se tuvieron que extraer 25 millones de toneladas de tierra y roca.
Estos escombros se repartieron en un amplio círculo alrededor del pozo. Sobre ellos se construyó la ciudad de Kimberley. 


Desde el año 1914 ya no se trabaja en el “Gran Agujero”, aunque es indudable que en las profundidades esperan todavía cantidades inmensas de diamantes. Pero ya no valdría la pena explotar este yacimiento. El Gobierno hace tiempo que no concede más licencias. Los pocos buscadores de diamantes que han sobrevivido a los tiempos pasados, se limitan a filtrar los escombros sobre los que se levanta Kimberley y cuando, por ejemplo, se efectúan obras en las calles o se derriba una casa vieja.

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