En el centro de la ciudad sudafricana de Kimberley se halla un cráter,
casi idéntico a un “Auténtico” cráter volcánico. En su parte superior tiene la
forma de un gigantesco embudo su
circunferencia es de casi 1 milla ó 1.8 km; más abajo sus paredes caen
verticales hasta una profundidad de 1,2 km. Resulta imposible ver el fondo del
cráter. El agua subterránea ha ido llenando el “Gran Agujero” de Kimberley hasta media altura.
Este agujero, “Big
Hole” un centro de atracción turística sudafricana de primera categoría.
Fue excavado por el hombre en el transcurso de cuarenta y tres años. La ciudad
de Kimberley le debe
su existencia.
Y aunque el “Gran Agujero” esté situado en el centro
del recinto urbano, los habitantes de Kimberley no lo cegarán nunca, pues lo consideran una especie
de monumento invertido en recuerdo del “Great
Diamond Rush”, la gran fiebre de los diamantes.
Originariamente hubo en el lugar en que hoy se
hunde el pozo una pequeña colina, llamada Colesberg Kopje. En esta colina probó su suerte el dieciséis de
julio de 1871 un grupo de buscadores de diamantes. Fleetwood Rawstone y sus compañeros que, a causa de sus
sombreros rojos, se llamaban “El club de los Gorras Rojas” ya sabían probado suerte en otros jugares, pero no
habían encontrado nunca yacimientos de importancia.
En Colesberg Kopje lo lograron al primer instante. Justo por
debajo de la superficie hallaron diamantes pequeños pero inmaculados. A la
mañana siguiente ya había en este lugar docenas de cavadores extraños, que
también querían asegurarse sus derechos de excavación. Apenas un año más tarde,
más de 50,000 buscadores de diamantes cavaban hacia lo hondo alrededor de aquel
punta en que, una vez, hubo una colina. En el transcurso de los decenios se
hallaron en el gran agujero diamantes por más de 14 millones de quilates. Para
conseguirlos se tuvieron que extraer 25 millones de toneladas de tierra y roca.
Estos escombros se repartieron en un amplio círculo alrededor del pozo. Sobre ellos se construyó la ciudad de Kimberley.
Estos escombros se repartieron en un amplio círculo alrededor del pozo. Sobre ellos se construyó la ciudad de Kimberley.
Desde el año 1914 ya no se trabaja en
el “Gran
Agujero”, aunque es indudable que en las profundidades esperan todavía
cantidades inmensas de diamantes. Pero ya no valdría la pena explotar este
yacimiento. El Gobierno hace tiempo que no concede más licencias. Los pocos
buscadores de diamantes que han sobrevivido a los tiempos pasados, se limitan a
filtrar los escombros sobre los que se levanta Kimberley y cuando, por ejemplo, se efectúan obras en las
calles o se derriba una casa vieja.
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