Se denomina RETRETE, inodoro o escusado al
elemento sanitario utilizado para recoger y evacuar los excrementos y
la orina humanos
hacia la instalación de saneamiento y que impide, mediante un sistema de sifón de
agua limpia, la salida de los olores desagradables de la cloaca hacia los espacios habitados. Generalmente los
inodoros se fabrican de porcelana, pero también de acero inoxidable y
cualquier otro material impermeable y
liso.
El nombre
de inodoro viene de que es el primer aparato sanitario que
tuvo un cierre hidráulico para evitar la salida de olores, mucho más necesario
que en los otros aparatos. Antes de la aparición de este sistema, evidentemente
era maloliente, y se encerraba en un local pequeño, exclusivo para ese uso, que
tenía el nombre de retrete que
viene de retirete, retiro pequeño. Como de todos modos, tras su uso, quedan
olores en el local, en los países fríos se conservó esa separación en un local
específico, que podía ser ventilado sin necesidad de enfriar el aire del cuarto
de aseo o baño, en el que es habitual desnudarse. El resto de los aparatos
adoptó también el cierre hidráulico, luego, teóricamente, también podrían
llamarse inodoros.
La particularidad del inodoro consiste
en que tiene un desagüe acodado, de modo que queda retenida agua en él,
formando un cierre hidráulico o sifón,
que impide el paso de olores desagradables. El arrastre de la materia orgánica
al saneamiento requiere un dispositivo que produce una descarga de gran caudal
de agua en tiempo muy corto, dejando nada más que agua limpia en el codo del
cierre hidráulico. Este dispositivo puede ser una cisterna o una válvula especial llamada fluxómetro.
Las cisternas, que pueden ser altas fijas
a la pared a una altura de casi dos metros o bajas, disponen de un mecanismo de
llenado, con una válvula de nivel, que corta la entrada de agua cuando llega a
un nivel determinado, y de otro de descarga, accionado por el usuario. Por su posición,
la cisterna alta requiere menos cantidad de agua para funcionar.
En algunos aseos públicos y hoteles,
para evitar el vandalismo, se emplean cisternas empotradas tras el paramento
que sostiene el inodoro, situadas a mayor altura que la cisterna baja y menor
que la alta, de modo que de la cisterna solamente se ve el pulsador de
accionamiento, siendo lo suficientemente grande como para servir de registro de
la cisterna para reparaciones.
En aseos colectivos, en que la
frecuencia de uso pueda ser grande, se emplean los fluxómetros, que evitan
tener que esperar el tiempo necesario para el llenado de la cisterna entre uso
y uso. Sin embargo debe limitarse el uso de este dispositivo, porque exige
tuberías de mayor diámetro y, si la instalación tiene muchos aparatos de este
tipo conectados, puede exigir una instalación propia, distinta de la normal.
Por contra tiene la ventaja, en aseos públicos colectivos, de que es más
difícil estropearlo por vandalismo.
El inodoro de pedestal está diseñado
para que la persona que lo usa lo haga en posición sentado tanto para defecar
como para orinar. Por ello tiene una altura de alrededor de 40 cm y una
placa especial para apoyar los muslos con comodidad.
Sin embargo, es tradicional que los varones lo utilicen en posición de pie para
orinar usando el pene para orientar la orina hacia el
interior del artefacto. Existen opiniones que cuestionan este uso por parte de
los varones: la mayoría de los consejos para enseñar a los niños a usar el
artefacto y las propuestas de
algunos políticos. Según estas propuestas los motivos para alentar el uso del
inodoro en posición sentado en los varones son tener cuartos de «baños limpios
de charcos y salpicaduras» y el hecho de que en esta posición se evacua la
vejiga con mayor eficacia y que reduce el riesgo de problemas de próstata. Han
realizado propuestas de este tipo Viggo Hansen del Partido de Izquierda de
Suecia y el ministro taiwanés
Stephen Shen. El artefacto
diseñado para orinar en posición de pie es el mingitorio.
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