El FLAMENCO es un estilo de música y danza propio de Andalucía, Extremadura y Murcia.
Sus principales facetas son el cante,
el toque y el baile,
contando también con sus propias tradiciones y normas. Tal y como lo conocemos
hoy en día data del siglo XVIII,
y existe controversia sobre su origen, ya que aunque existen distintas
opiniones y vertientes ninguna de ellas puede ser comprobada de forma
histórica. Aunque el diccionario de la RAE lo asocia a la etnia gitana, es más que perceptible la fusión de
las distintas culturas que coincidieron en la Andalucía de la época. De todas
las hipótesis sobre su origen la tesis más extendida es la que expone el origen
morisco, sólo que el mestizaje cultural que por entonces se dio en Andalucía:
oriundos, musulmanes, gitanos, castellanos y judíos; propició su creación.
En noviembre de 2010 la Unesco lo declaró como Patrimonio Cultural Inmaterial de la
Humanidad a iniciativa
de las Comunidades autónomas de Andalucía, Extremadura y Murcia. Además es
Patrimonio Cultural Inmaterial Etnológico Andaluz y está inscrito en el
Inventario General de Bienes Muebles de la Región de Murcia establecido por la
Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales.
Su popularidad en Hispanoamérica ha sido tal que en Guatemala, Costa
Rica, Panamá, El Salvador y Puerto Rico han surgido diversas agrupaciones y
academias. En Japón es tan popular que se dice que en ese país hay más
academias de flamenco que en España.
El estilo flamenco se fue configurando
durante el siglo XIX,
sobre el sustrato de la música y la danza tradicionales de Andalucía,
cuyos orígenes son antiguos y diversos. Sin embargo el flamenco no es el
folclore de Andalucía compuesto por seguidillas, sevillanas, fandangos, verdiales, trovos, el chacarrá, el vito...
sino un género artístico fundamentalmente escénico.
En ningún momento de su historia el
flamenco ha pasado de ser una música interpretada por minorías, con mayor o
menor difusión. El surgimiento de los cantaores profesionales y la
transformación de los cantos populares por parte de los gitanos, hicieron que
su estilo se alejara considerablemente de las tonadas tradicionales. El
flamenco somete lo popular a una estilización tan grande que lo lleva hacia lo
culto, pero sin perder su sabor popular.
Aun así el flamenco se considera un atractivo turístico de primer orden para Andalucía, tanto como espectáculo como arte para
su estudio incluso como doctorado.
Se cree que
el género flamenco surgió a finales del siglo XVIII en
ciudades y villas agrarias de la Baja Andalucía, aunque prácticamente no hay datos relativos a
esas fechas y las manifestaciones de esta época son más propias de la escuela bolera que
del flamenco.
En 1783 Carlos III promulgó una pragmática que regulaba
la situación social de los gitanos. Esto fue un hecho trascendental en la
historia de los gitanos españoles que, tras siglos de marginación y
persecuciones, vieron cómo su situación jurídica mejoraba sustancialmente.
Tras la Guerra de Independencia Española 1808-1812 se desarrolló en la
conciencia española un sentimiento de orgullo racial, que contrapone al ilustrado afrancesado la fuerza telúrica del majo,
arquetipo del individualismo, la gracia y el casticismo.
En ese ambiente triunfa la moda cañí,
pues el casticismo ve en el gitano un modelo ideal de ese individualismo. La
eclosión de las escuelas
taurinas de Ronda y Sevilla,
el auge del bandolerismo y la fascinación por lo andaluz
manifestada por los viajeros románticos europeos, fueron conformando el costumbrismo andaluz, que triunfó en la
corte madrileña.
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