La gran
duquesa ANASTASIA Nikoláyevna Románova fue la hija más joven del emperador Nicolás II, el último zar de
la Rusia Imperial, y de su esposa Alejandra Fiódorovna. Anastasia fue la hermana menor de la Gran Duquesa Olga, la Gran Duquesa Tatiana y la Gran Duquesa María, y la
hermana mayor de Alekséi Nikoláyevich Románov, zarévich de Rusia. Fue asesinada junto al resto de su familia
el 17 de julio de 1918 por
fuerzas de la policía secreta bolchevique. La leyenda de que Anastasia había sobrevivido a
la Revolución Rusa estuvo vigente durante todo el siglo XX y muchas impostoras afirmaron ser la princesa. La más
famosa de ellas fue Anna Anderson, pero a pesar del apoyo que le prestaron muchas
personas que habían conocido a Anastasia, las pruebas de ADN de
Anderson en su pañuelo y pelo revelaron que no tenía ningún parentesco con la
Gran Duquesa.
Anastasia Nikoláyevna nació el 5 de junio de1901 en Peterhof,
Rusia,
según el calendario juliano, vigente en ese país hasta 1918. Según el calendario gregoriano era el 18 de junio.
Cuando Anastasia nació, sus padres y el resto de su familia se sintieron
decepcionados por haber tenido una cuarta hija tras Olga, Tatiana y María. Su
padre, el zar Nicolás II, no fue inmediatamente a ver a su
nueva hija, ya que decidió dar un largo paseo para asimilar el hecho de que no
había tenido un heredero varón. La
recién nacida recibiría el nombre de Anastasia, un nombre cristiano muy usado
por los ortodoxos que significa "resurrección". Algunos estudios
afirman que dicho nombre aludía a la liberación Desaparición de una situación
de dependencia, limitación concedida por su padre, el Zar, a un grupo de
estudiantes que habían provocado disturbios en San
Petersburgo y Moscú el invierno anterior, en honor de su
nacimiento. El título que
ostentaba, siguiendo una traducción literal, sería el de Gran Princesa,
aludiendo a que Anastasia, como Alteza Imperial, tenía mayor rango que las
otras princesas europeas, que sólo eran Altezas Reales. Gran Duquesa es la
forma más ampliamente usada en español y otros idiomas a la hora de traducir
el rango de las hijas de Nicolás II de Rusia.
Las hijas del zar fueron criadas de la
manera más austera posible. Dormían en duros catres plegables sin almohadas,
excepto cuando estaban enfermas. Tomaban duchas frías por la mañana y se
esperaba de ellas que mantuvieran sus cuartos ordenados y limpios y se
dedicaran a la costura para después vender las piezas en varios actos de
caridad, siempre y cuando no estuvieran ocupadas en otras tareas. La mayoría de
los habitantes de la casa, incluyendo a los criados, llamaban normalmente a la
Gran Duquesa por su primer nombre y el patronímico, Anastasia Nikoláyevna, y no
usaban el título de "Su Alteza Imperial". A menudo se la llamaba
usando la versión francesa de su nombre, "Anastasie", o por los
apodos rusos "Nastia", "Nastás",
o "Násteñka". Otros apodos eran "Málenkaya",
que significaba "la más joven", o "shvíbzik",
la palabra rusa para "duende " o "diablillo".
Haciendo honor a sus apodos, la joven
Anastasia creció como una niña vivaz y llena de energía. Fue descrita como de
corta estatura y algo rechoncha, con ojos azules, y de pelo rojizo tirando a rubio. Margaretta
Eagar, la institutriz de las cuatro Grandes Duquesas, comentó que la joven
Anastasia era la criatura más encantadora que había
conocido. Muy a menudo
descrita como una muchacha brillante y de gran talento, no sabía asimilar las
restricciones de las horas de estudio, según sus tutores Pierre
Gilliard y Sydney Gibbes. Gibbes,
Gilliard y las damas de honor Lili Dehn y Anna Výrubova la describieron como una niña muy
animada, traviesa y como una actriz de gran talento. Sus comentarios,
ingeniosos y agudos, herían a menudo sensibilidades.
Existen muchos testimonios sobre el
comportamiento de la joven Anastasia que bordeaba, ocasionalmente, lo
inaceptable para las costumbres contemporáneas. Según Gleb Botkin, hijo del
médico de la corte Yevgueny Botkin, asesinado junto a la familia imperial en Ekaterimburgo,
Anastasia "era la gran responsable de la mayoría de travesuras y hechos
punibles de la familia ya que en ese aspecto era un auténtico genio". Siempre intentaba engañar a los
criados o bromear con sus tutores, como subirse a lo alto de un árbol y negarse
a bajar, desvelando un comportamiento típicamente infantil. O golpear con una
gran bola de nieve a su hermana Tatiana con la suficiente fuerza como para
dejarla tendida en el suelo. Una
prima lejana, la princesa Nina Gueórguiyevna, repetía que Anastasia "era
tan horrible y repugnante como el mismo diablo"
y que le gustaba engañar, golpear y arañar a sus compañeros de juegos; se
sentía insultada por el hecho de que Nina era más alta que ella a pesar de ser
más joven. Se preocupaba menos
que sus hermanas por su aspecto y apariencia. Hallie Erminie Rives, una exitosa
escritora estadounidense esposa de un diplomático,
explicaba como veía a una joven Anastasia, de solo diez años de edad, comiendo
bombones de chocolate sin preocuparse en quitarse antes sus largos y blancos
guantes de ópera,
en la Casa de la Ópera de San
Petersburgo.
Anastasia y su hermana mayor, María,
eran conocidas en la familia como "La pequeña pareja". Las dos
muchachas compartieron habitación, a menudo llevaban variaciones del mismo
vestido y pasaban la mayor parte del tiempo juntas. Las dos hermanas mayores,
Olga y Tatiana, también compartían habitación y eran llamadas "La pareja
mayor". Las cuatro hermanas solían firmar sus cartas con el acrónimo OTMA,
resultado de las iniciales de sus nombres de pila.
A pesar de su vitalidad, Anastasia no
gozaba de buena salud. Padecía el mal llamado hallux valgus, juanetes, que afectaba a los dos dedos
gordos del pie. También tenía un
músculo poco cargado en la espalda que le obligaba a recibir un masaje dos
veces a la semana. Su resistencia a los masajes era tal que se escondía bajo
armarios o camas para no recibirlos.
La Gran Duquesa Olga Aleksándrovna Románova, tía paterna
de Anastasia, reveló en una entrevista tardía que la hermana mayor de
Anastasia, María, sufrió una hemorragia en 1914 mientras era operada de amígdalas. La propia madre, la zarina
Alejandra, tuvo que ordenar a un acobardado médico que continuara con la
operación. Olga Aleksándrovna pensaba que las cuatro niñas sangraban más de lo
normal y creía que eran portadoras del gen de la
hemofilia, transmitido por su madre. Los portadores del gen estaban
expuestos a los riesgos de sufrir una fuerte hemorragia. Anastasia, como el resto de su
familia, adoraba y se preocupaba de su largamente esperado hermano el zarévich de Rusia Alexis, también llamado
"Bebé", que sufría frecuentes ataques de hemofilia que estuvieron
cerca de matarlo varias veces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario