Los CAMALEONES son una familia de
pequeños saurópsidos
reptiles escamosos reptiles escamosos.
Existen cerca de 161 especies de camaleones, la mayor parte de ellas
en África al sur del Sáhara.
En América se llama a menudo camaleones a
lagartos de la familia de los anoles,
que no guardan ningún parentesco especial con los verdaderos camaleones.
Son famosos por su habilidad de
cambiar de color según las circunstancias, por su lengua rápida
y alargada, y por sus ojos, que pueden ser
movidos independientemente el uno del otro.
El grupo es bastante antiguo, ya que
se conocen fósiles de camaleón procedentes del Paleoceno.
La familia está emparentada con la de los agámidos.
Los camaleones varían grandemente en
tamaño, desde los pequeños camaleones de la familia Brookesia los cuales tienen desde 2,9 cm de
largo Brookesia micra hasta los grandes de 80 cm Calumna parsonii.
La especie más pequeña vive en la isla de Nosy-bé en Madagascar es Brookesia mínima y en su fase adulta difícilmente
supera el centímetro y medio. Muchos de ellos tienen adornos en la cabeza o en
la cara como protuberancias nasales e incluso cuernos como en el caso de Chamaeleo jacksonii o largas crestas en la parte superior
de la cabeza como Chamaeleo calyptratus. Muchas
especies presentan dimorfismo
sexual y los machos
suelen estar más adornados que sus pares femeninas.
Las características principales que
son compartidas por toda la familia son la estructura de sus patas, los ojos,
la falta de oído y la lengua. Aunque no tengan oído externo son capaces de
detectar vibraciones y sonidos de baja frecuencia, de unos 200Hz.
La familia tiene cada pata dividida en
dos "dedos" principales con un suave recubrimiento al centro. Estos
dedos están equipados con fuertes garras que le dan tracción para trepar en
troncos y ramas. Algo interesante en los camaleones es que ellos tienen dos
garras en la parte exterior y tres en la parte interior en las patas
delanteras. En cambio, en las patas traseras la disposición de los dedos es
contraria a la de las patas delanteras.
Los ojos es lo que más los distingue
entre los reptiles. Cada ojo está recubierto por un párpado que deja libre sólo una pequeña área
circular en el centro, la correspondiente al iris y la pupila.
Pueden mover sus ojos, grandes y globosos, independientemente, lo cual les
brinda una visión de casi 360°, con un pequeño punto ciego tras la cabeza.
Cuando la presa es localizada ambos ojos pueden enfocarse en la misma dirección
dándoles una visión estereoscópica y una percepción de profundidad.
Se mueven con extrema lentitud. Para
atrapar a su presa utilizan la lengua, la cual puede ser extremadamente larga y
que muchas veces supera en longitud a su propio cuerpo. Consiguen lanzar su
larguísima lengua como un proyectil, con una velocidad y distancia
sorprendentes, hasta casi un metro en algunas especies. Con su punta pegajosa
atrapan los pequeños animales, principalmente insectos, de los que se
alimentan, ingiriendo inmediatamente enteros, como es común en los reptiles.
Sólo con la ayuda de la fotografías de alta velocidad es posible observar
ese proceso en detalle.
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