SCAPA FLOW es un fondeadero situado en las Islas Orcadas, Escocia,
Reino Unido.
Rodeado por las islas Mainland, Graemsay, Burray, South
Ronaldsay y Hoy,
es conocido sobre todo por haber sido el emplazamiento de la principal base
naval del Reino Unido durante la Primera y Segunda Guerras
Mundiales.
Utilizada ya por los navíos de guerra vikingos,
la base permaneció en uso por la Royal Navy hasta 1956. El 9 de octubre de
1917, el HMS Vanguard,
sufrió una explosión interna, por la que se hundió en aquellas aguas, donde
permanecen sus restos protegidos bajo los términos del acta de protección de
tumbas militares. Durante las dos guerras mundiales, U-boots alemanes intentaron atacar a naves británicas
en Scapa Flow. Los intentos de la Primera Guerra Mundial fracasaron, siendo
hundidos el U-18 y el U-116. A principios de la Segunda
Guerra Mundial, el U-47 comandado por Günther Prien
penetró en Scapa Flow el 14 de octubre de 1939 alcanzando al HMS Royal
Oak en la bahía
de Scapa. Los torpedos del U-47 abrieron un boquete de 9 m en el Royal
Oak, que no tardó en hundirse. De la tripulación de 1.400 hombres, 833
perecieron, siendo actualmente el lugar del hundimiento una tumba de guerra
protegida. Tras el ataque, Winston
Churchill ordenó la
construcción de una serie de calzadas para bloquear las entradas orientales a
Scapa Flow. Estas "Barreras de Churchill" proporcionan en la
actualidad acceso por carretera desde Mainland a Burray y South Ronaldsay.
Tres días después del ataque
submarino, cuatro bombarderos Junkers Ju 88 de la Luftwaffe sobrevolaron Scapa Flow en uno de los
primeros bombardeos de la guerra sobre Gran Bretaña, dañando gravemente al
veterano acorazado HMS Iron
Duke, siendo derribado uno de los bombarderos por una batería
antiaérea en Hoy.
Tras la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial, 74 navíos de
la Kaiserliche Marine se internaron en Gutter Sound, Scapa Flow,
pendientes de una decisión sobre su futuro en el Tratado de Versalles. Llegaron en
noviembre de 1918 tras
el Armisticio,
convirtiéndose pronto en una especie de atracción turística.
El 21 de junio de 1919, el almirante Ludwig von
Reuter, oficial alemán al mando en Scapa Flow, tras esperar la
salida en maniobras del grueso de la flota británica, dio la orden de echar a
pique sus barcos para impedir que cayesen en manos británicas. Se hundieron 51
naves, y los nueve marineros que perecieron en ellas fueron las últimas bajas
de la Primera Guerra Mundial.
Diez acorazados fueron hundidos: SMS Bayern, SMS Kronprinz
Wilhelm, SMS Markgraf, SMS Großer
Kurfürst, SMS Prinzregent
Luitpold, SMS Kaiser, SMS Kaiserin, SMS Friedrich der Große, SMS König
Albert y el SMS König. El SMS Baden se salvó del
hundimiento tras ser varado.
Cinco cruceros de batalla fueron
hundidos: SMS Hindenburg, SMS Derfflinger, SMS Seydlitz, SMS Moltke y SMS Von der Tann.
Cinco cruceros fueron hundidos: SMS Köln, SMS Karlsruhe, SMS Dresden, SMS Brummer y SMS Bremse.
El SMS Nürnberg, SMS Frankfurt y SMS Emden estaban varados.
Cuarenta y cuatro destructores fueron
hundidos:
Primera Flotilla (G 40, G 38, G 39, V 129, S 32)
Segunda Flotilla (G 101, G 103, V 100, B 109, B 110, B 111, B 112)
Tercera
Flotilla (S 53, S 54, S 55, S 91, V 70, V 73, V 81, V 82)
Sexta
Flotilla (V 43, V 44, V 45, V 46, S 49, S 50, V 125, V 126, V 127, V 128, S 131)
Séptima
Flotilla (S 56, S 65, V 78, V 83, G 92, S 136, S 137, S 138, H 145, G 89)
Decimoséptima media Flotilla (S 36, S 51, S 52).
Cuatro estaban varados.
Ernest Cox compró y rescató 43 de las
naves en la década de 1920, un logro que la mayoría de la gente de la época
consideró imposible, utilizando distintas técnicas. Ascendió los barcos más
pequeños con muelles flotantes y guindalezas.
En los mayores, culminando con el SMS Hindenburg de 28.000 toneladas, parcheó todos sus agujeros,
bombeando posteriormente aire comprimido en el casco para sacar el agua y
hacerlo flotar boca abajo. Ocho de los pecios continúan en Scapa Flow, siendo
populares lugares de buceo.
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