La PÓLVORA es una sustancia deflagrante utilizada principalmente como
propulsor de proyectiles en las armas de
fuego y con fines
acústicos en los fuegos pirotécnicos.
La pólvora fabricada es la denominada
pólvora negra, que está compuesta de determinadas proporciones de carbón, azufre y nitrato de potasio. La más popular tiene
75 % de nitrato de potasio, 15 % de carbono y
10 % de azufre porcentajes en masa/masa. Actualmente se utiliza en
pirotecnia y como propelente de proyectiles en armas antiguas. Las modernas pólvoras sin
humo están basadas en materiales energéticos, principalmente nitrocelulosa monobásicas
y nitrocelulosa más nitroglicerina, bibásicas.
Las ventajas de las pólvoras modernas
son su bajo nivel de humo, bajo nivel de depósito de productos de combustión en
el arma y su homogeneidad, lo que garantiza un resultado consistente, con lo
que aumenta la precisión de los disparos.
La pólvora fue inventada en China para
hacer fuegos artificiales y armas, aproximadamente en el siglo IX de nuestra
era, aunque no concibieron las armas de fuego como nosotros las conocemos. Los
bizantinos y los árabes la introdujeron en Europa alrededor del 1200.
Es probable que la pólvora se
introdujera en Europa procedente del Oriente Próximo. La primera referencia a
su fabricación en Europa se encuentra en un documento de Roger Bacon,
la Epístola de secretis operibus Artis et Naturae, et de nullitate Magiae
Berthold Schwarz, un monje alemán, a comienzos del siglo XIV,
puede haber sido el primero en emplear pólvora para impulsar un proyectil,
aunque parece ser que por esa misma época los árabes ya la habían usado con ese
mismo fin en la Península ibérica,
según se desprende de las crónicas del rey Alfonso XI de Castilla. El siguiente párrafo, transcrito y adaptado al
castellano moderno, corresponde a la crónica del rey Alfonso XI sobre el sitio
de Algeciras 1343, y es la primera referencia escrita del empleo de
la pólvora con fines militares, si bien hay quien sostiene que esa misma
sustancia ya había sido utilizada, también por los árabes, en la defensa de la
ciudad de Niebla, Huelva cuando fue sitiada por Alfonso X el Sabio, casi
un siglo antes
Sean cuales fueren los datos precisos
y las identidades de sus descubridores y primeros usuarios, lo cierto es que la
pólvora se fabricaba en Inglaterra en 1334 y que en 1340 Alemania contaba con instalaciones para
producirla.
El primer intento de emplear la
pólvora para minar los muros de las fortificaciones se lleva a cabo durante el
sitio de Pisa Italia en 1403.
Cuando se producen las conquistas del recién descubierto continente americano,
los conquistadores abaten a los indios que allí habitaban. Éstos, al ver que
sus compañeros caían muertos al suelo sin que nada les hubiese tocado, huyen de
estos conquistadores y los consideran dioses. En la segunda mitad del siglo
XVI, la fabricación de pólvora era un monopolio del Estado en la mayoría de los
países.
Fue el único explosivo conocido hasta
el descubrimiento del denominado oro fulminante, un
poderoso explosivo utilizado por primera vez en 1628 durante las contiendas
bélicas que se desarrollaron en el continente europeo.
Químicamente, el carbón y el azufre
arden gracias al nitrato potásico, que es el comburente, pues suministra el
oxígeno para la combustión. Se puede emplear nitrato de
sodio, pero es higroscópico condensa sobre sí la humedad del
ambiente. También hay otra pólvora comúnmente usada, que en vez de nitrato
potásico, lleva clorato de potasio (KClO3), cuyo uso es común
en pirotecnia. El clorato de potasio no es higroscópico y funciona mejor que el
nitrato de potasio, pero la combustión junto al carbón y al azufre se hace
mucho más rápidamente, siendo casi explosiva; por ello se usa en pirotecnia.
Las cantidades de cada componente son: 50% KClO3, 35% carbón y 15%
azufre. El azufre ayuda en la combustión, porque cuando se quema, se produce
dióxido y trióxido de azufre, SO2 y
SO3, y al juntarse con moléculas de agua procedentes, no de la
combustión, sino de la humedad, se producen ácido sulfúrico (H2SO4)
y sulfuroso (H2SO3), que reaccionan violentamente con el
clorato de potasio, haciendo que se descomponga muy rápidamente.
Aunque aún se pueda encontrar este
tipo de pólvora para los fines descritos anteriormente, ésta fue desplazada por
la pólvora nitro celulósica o sin humo en la última década del
siglo XIX, substituyéndola totalmente por las notables ventajas que tenía sobre
la otra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario