La METRALLETA es una carabina automática diseñada para disparar munición de pistola;
es por tanto un arma de fuego de tiro automático y de corto alcance unos
150 m como máximo, pensada para proporcionar
gran cadencia de fuego en distancias cortas.
Se diferencia de una pistola ametralladora en que mientras ésta es un arma corta pistola,
el subfusil es un arma larga, pensada para usarse preferentemente a dos manos y
a menudo apoyando su culata en el hombro.
Esta arma en ocasiones ha aparecido
mencionada como «subametralladora», en traducción totalmente literal del
término en inglés para la misma, submachine gun.
La idea de un arma de
pequeño tamaño pero más potente que la pistola, capaz de lanzar un chorro de
balas en varias ráfagas para neutralizar al enemigo al asaltar una posición,
nació en la Primera Guerra Mundial. Aunque el primer modelo fue el Villar-Perosa italiano, creado por Abiel Revelli como ametralladora ligera de apoyo, fueron los
alemanes los que llevaron la idea específica al campo de batalla. Formaron en 1916 un
cuerpo militar especializado, los Sturmtruppen tropas de asalto. Estos soldados precisaban un arma
de reducidas dimensiones para poder arrastrarse por el campo de batalla y las
alambradas, pero que al mismo tiempo les diera gran potencia de fuego. El
diseñador Hugo Schmeisser creó
para ellos el primer subfusil de la historia, el MP-18 Schmeisser,
alimentado por un cargador de 32 cartuchos de 9 mm, tosco, pesado, pero eficaz.
En la Segunda Guerra Mundial, todos los ejércitos habían copiado y mejorado la
idea original, aunque en la Guerra Civil
Española se
usaron los modelos Si35, TN35 de la casa STAR y
los MP28 II. Los alemanes tenían los famosos MP38 y MP40 incorrectamente
llamados por muchos Schmeisser, a pesar de que Hugo Schmeisser no tuvo nada que ver en su
diseño ampliamente utilizados en las tropas de asalto; los ingleses con su Sten, un arma barata por estar realizada prácticamente con chapa
estampada, producida por millones y empleada por los partisanos antifascistas
de toda Europa que recibían por diversas vías armas de Gran Bretaña; los soviéticos su PPSh-41, llamada "Pepeshina", caracterizada por su
cargador de tambor con 71 balas que usaba la munición 7,62 x 25 Tokarev (la
misma de la pistola TT-33, con un alcance eficaz de 200 m) y que incluso
adaptaron los alemanes por su eficacia y
los norteamericanos con su Thompson.
Se puede clasificar a los
subfusiles en cuatro "generaciones":
Los de primera generación incluyen los modelos
anteriores a la Segunda Guerra Mundial, como el MP18 o el Thompson
M1928.
Los de segunda generación eran más pequeños y
baratos, y mecánicamente más sencillos, como muchos usados durante la Segunda Guerra Mundial. MP38, MP40, Sten, M3,
etc.
Los de tercera generación aparecieron a partir de
la década de los 50. El Uzi israelí es el más famoso y utilizado, sencillo,
práctico, resistente, fiable, seguro y barato.
Los de cuarta generación son modernos y más
sofisticados. Algunos señalan al HK MP5 muy popular entre unidades de
élite policiales por sus prestaciones como el primer ejemplo. Pero otros
mencionan diseños aún más modernos, como el Spectre M4 o
el P90.
Son armas precisas y de calidad.
Con la llegada del fusil de
asalto tras la Segunda Guerra Mundial, se fue
considerando al subfusil cada vez más obsoleto. Pero la aparición de amenazas,
como el terrorismo, y la creación de comandos de asalto de élite en la policía,
junto a diseños avanzados de cuarta generación, parecen prolongar su vida.
En España se
desarrollaron por la empresa eibarresa STAR, Bonifacio Echeverría S.A. los
modelos basados en el Z-45, dando lugar a nuevos subfusiles Z-62 y Z-63, y más
adelante el Z-68 y el Z-70 y Z-70B, que serían los oficiales en la policía y Guardia Civil y
de otros cuerpos militares y policías en diversos países.
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