El CUPLÉ es un estilo musical, ligero y popular,
que a veces puede resultar algo grosero y picante.
La palabra
viene del francés couplet, que a su vez procede del provenzal cobla. Cobla significa pareja de versos.
Según el lingüista Émile
Littré, la palabra couplet en el siglo XIX significó en la jerga teatral parlamento o parte hablada. La ortografía couplet se mantuvo en España durante todo el primer
cuarto del siglo XX, hasta que se adoptó la hispanización de cuplé.
Desde el siglo XVII fueron muy
célebres en los escenarios españoles los monólogos cantados por mujeres. Así
encontramos, en primer lugar, la jácara y, ya en el XVIII, la tonadilla.
Ambas piezas se cantaron tanto dentro de obras de más extensión como por
separado, y es aquí donde hemos de buscar el origen del cuplé. A finales del
siglo XIX, por la influencia de los espectáculos franceses, se produce una
evolución en las tonadillas tradicionales, y así nace el cuplé. Se dice que el
primero, La Pulga, una
traducción de una canción francesa, fue estrenada por Aurora Bergès en 1893.
Las primeras obras fueron de tono
picante, sicalíptico, como se dijo entonces, si bien, ya en 1911, la aparición
en escena de La Goya provocó
un cambio en este tipo de obras, que se volvieron más decentes, convirtiéndose
entonces en un espectáculo para todos los públicos, no como antes, durante el
periodo 1893–1911 —en que se denominó a este tipo de teatro «género ínfimo»—, cuando
las representaciones eran, normalmente, sólo para hombres. Con La Goya, como
decimos, los «géneros ínfimos» pasaron a convertirse en «teatro de variedades».
Con el paso del tiempo los cuplés
comenzaron a pasar de moda, y nacieron otras formas de espectáculo de
variedades, como es la Revista, que empezará a triunfar en los años treinta,
con títulos de tanta relevancia como Las Leandras, en 1931. Terminada la
Guerra Civil, el nuevo orden político prohibirá el cuplé como espectáculo, pero
éste sabrá defenderse de la quema y el tiroteo, escondido bajo dichas
representaciones de varietés a lo largo de todo el franquismo. Hoy día muchas
de sus letras han sido injustamente olvidadas, pero algunas aún son recordadas
por los mayores, que las consideran parte de su lírica tradicional, e incluso
por los más jóvenes, que las oyeron cantar a las abuelas.
Tradicionalmente
han sido siempre mujeres, aunque hubo excepciones desde sus comienzos ya que las zarzuelas
arrevistadas llevaban cuplets que cantaban los cómicos, y en la época actual siglo
XXI pueden estar interpretados también los cuplés por hombres y sobre todo por travestis. Suelen ser
actrices con voz de tiple, añadiendo una buena figura y rodeadas de una fama de
vida desordenada, de lujos y de aventuras. En un principio tenían el nombre de tonadillera,
apelativo que subsistió hasta el siglo XX junto con el de cupletista.
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