La GAITA,
también llamada cornamusa, no confundir con la cornamuse francesa, diferente a la cornemuse,
gaita, es un instrumento musical de viento que, en su forma más simple,
consiste en un tubo perforado puntero provisto de una lengüeta sonora e
insertado en un odre que contiene una reserva de aire. El aire entra en la
bolsa u odre fuelle o fol a través de un segundo tubo porta viento o soplete,
por donde ha sido insuflado generalmente desde los pulmones del propio tañedor gaitero. Éste comprime con su brazo
el fuelle para obligar al aire a salir a través del puntero y de los demás tubos
accesorios al fol bordones, caso de que los haya, y así mantener estable el tempero,
es decir, la tensión del flujo de aire saliente, de manera que se obtenga un
sonido constantemente afinado. En la mayoría de las gaitas, el soplete está cerrado por una válvula que
impide al aire escapar de nuevo hacia la fuente de donde proviene, aunque no
así en todas: el chiboni georgiano, por ejemplo, carece de
ella, teniendo que ser obstruido el porta viento mediante la lengua del propio
gaitero. También existen gaitas insufladas mecánicamente mediante otro fuelle
accesorio en lugar de usar el gaitero directamente sus pulmones; de todo esto
se ha de tratar más adelante en este artículo.
Según Joan
Corominas, la palabra "gaita" procede del gótico concretamente
suevo gaits aunque el
término aún no está muy demostrado, término que también utilizan las lenguas
del oriente europeo gida en Hungría, gainda en Hungría, Creta o gayda en serbocroata y macedonio, que
significa "cabra", ya que de la piel de este animal se realiza el
fuelle de la misma. Por otro lado, algunos autores sostienen que proviene del
nombre de un oboe de África, especie de dulzaina,
llamada al-ghaita, ghaita o gheita. El término latino cornamusa es preferido por los aragoneses,
mallorquines, franceses en francés "cornemuse" o italianos.
Aunque existen posibles referencias
literarias en textos latinos, las primeras representaciones europeas de la
gaita se remontan a la Baja Edad
Media. Se trata de un instrumento popular que a lo largo de la
historia se ha ido introduciendo en todos los ámbitos sociales, tanto de
carácter civil (fiestas, celebraciones) como religioso (misas, funerales) e
incluso militar (desfiles, etc.). Como instrumento tradicional, la gaita se
encuentra distribuida por numerosos países, incluyendo la península de Escandinavia,
las islas británicas, los Países Bajos, Francia,
la península ibérica, la península itálica, los Balcanes,
el norte de África, Turquía y Oriente Medio.
Las regiones de España con más tradición y difusión de este
instrumento son Galicia, Asturias y Cantabria.
En el País Vasco se denomina gaita al instrumento
musical de viento que consiste en un cilindro de madera perforada con forma
acampanada en su extremo y provisto de una doble lengüeta de caña, de la misma familia que la dulzaina y el oboe, pero desprovista de
llaves. En la provincia de Salamanca y Extremadura se denomina gaita a las
variantes locales de la flauta de tres agujeros (gaita charra y gaita extremeña).
Existen también por la geografía peninsular instrumentos llamados gaita que
pertenecerían a la familia de los albogues,
como la gaita serrana madrileña o la gaita gastoreña, en el Gastor, en la sierra de Cádiz.
A pesar de
su enorme diversidad regional, las gaitas suelen dividirse en dos grandes
grupos, según la morfología básica del puntero melódico, cilíndrico o cónico, y
el tipo de caña o lengüeta vibrante que produce el sonido, que puede ser simple
o doble.3 Estas
diferencias son realmente importantes pues representan dos maneras muy
distintas de la producción y modulación del sonido.
También llamados de "tipo
clarinete", el sonido que producen es menos potente que en el siguiente
tipo, aunque más dulce. Es el tipo que aparece en las gaitas de Europa oriental
(Bulgaria, Macedonia, Croacia, Hungría, Estonia, etc.), en Suecia y en Gascuña
(Francia). Algunas gaitas balcánicas poseen punteros de estos tipos realmente
complejos, dobles e incluso triples, es decir, con dos o tres cañas sonoras.
También llevan punteros cilíndricos las llamadas gaitas primitivas (Creta,
Turquía, Túnez, Malta, Georgia, etc.), que suelen estar hechos de caña. En este
caso se habla de punteros de "tipo albogue". Suelen ser dobles.
Las gaitas de estos tipos suelen tener
una procedencia rural o pastoril.
No se sabe exactamente cuándo apareció
la gaita, aunque se conservan pinturas y grabados del Antiguo Egipto
en las que se representan a músicos tocando un instrumento muy semejante a la
gaita actual. Los antiguos griegos conocían
la gaita (askaulos) y entre los
antiguos romanos la gaita (tibia
utricularis) era el instrumento de la infantería romana, que también
tocaba el emperador Nerón.
En Europa no se vuelven a tener
referencias de la gaita hasta los siglos IX y X d. C., y fue en la Baja Edad
Media cuando la gaita
obtuvo gran popularidad en todo el continente, entrando en decadencia a partir
del siglo XVIII, aunque sobrevive en el ámbito de la música popular y en zonas
tan dispersas, como Aragón, Galicia,Asturias, León, Cantabria, Escocia, Irlanda, Bretaña, Hungría, Italia, Suiza, Suecia, Alemania, Irán, Pakistán,
India,
etc.
Parece que la gaita con puntero de
caña doble fue desarrollada a partir de un instrumento similar a la chirimía y coexistió con ella. De hecho existen
varias tradiciones musicales que combinaron y combinan la gaita con chirimías e instrumentos similares en Bretaña, Galicia, Italia e Istria.
Se desconoce el momento exacto en que se añadió el fuelle y
el roncón a
la chirimía. Según algunos autores, las cornamusas con puntero de caña doble
(tipo oboe) aparecieron probablemente por primera vez en las regiones
provenzales durante la Alta Edad Media. Su extensión al resto del continente y
las islas británicas fue aparentemente muy rápida, propiciada por los juglares
y músicos occitanos. La iconografía sobre este tipo de instrumentos aparece por
primera vez en diferentes áreas de Europa occidental de manera casi simultánea
hacia el s. XIII. Su introducción en el norte peninsular se produjo
probablemente a través del Camino de Santiago, hacia occidente, y por el norte de
Aragón y Cataluña, y de aquí a Mallorca y Valencia. El primer gaitero gallego sobre el que
existe documentación escrita fue el orensano Gómes Mouro que, según consta, fue
contratado en diciembre de 1458 por el Ayuntamiento de Orense para amenizar
diversos actos.
Las gaitas con punteros de caña simple
(tipo clarinete y tipo albogue, especialmente estas últimas) son indudablemente
más antiguas. Existe un término arameo sum·pon·yah´ que aparece en la Biblia en Daniel 3:5, 10 y 15, y que aunque
fue traducido como "dulcémele (un
instrumento de cuerda) y "sinfonía", en las traducciones modernas
también aparece recogido como "gaita"
Aparte de varios dibujos y relieves
antiguos, grabados en el palacio faraónico de Amarna en Egipto,
la referencia escrita más antigua de un instrumento considerado como gaita se
produce posiblemente hacia el 400 a. C. cuando Aristófanes,
un poeta ateniense,
menciona a los gaiteros de Tebas,
ciudad enemiga de Atenas
en aquella época, y señala que tocaban gaitas (askaulos) hechas con piel de perro y punteros de hueso.
Varios siglos después, Suetonio en su "Vida de los Doce
Césares" describe que el emperador Nerón tocó la tibia utricularis en
público como castigo autoimpuesto por no ganar un concurso de poesía. Dión Crisóstomo, un poeta romano del siglo
I d. C., describió en sus "Oraciones" que el gobernante de
su época, posiblemente también Nerón, podía tocar la gaita ("aulein")
con su boca y con la axila. De estos testimonios se ha deducido que Nerón podía
tocar la gaita de fuelle. Asimismo, también existe una moneda de la época de
Nerón que muestra una gaita de acuerdo con la edición de 1927 del Grove Dictionary of Music and Musicians.
En la península ibérica, se han
documentado representaciones de gaitas, como en la ciudad hispanorromana de
Bracara Augusta, Braga, Portugal.
Antes del siglo XII sólo
sobreviven unos pocos grabados de pictos, irlandeses y célticos que muestran
que durante la Alta Edad Media se siguieron utilizando
las gaitas como instrumentos musicales.
Se debate sobre el momento en que
las gaitas aparecieron entre los pueblos célticos de las culturas atlánticas,
aunque las estatuillas de gaiteros en varios yacimientos arqueológicos de época
romana sugieren que posiblemente fueran los romanos quienes las introdujeron.
En Irlanda
no aparecen referencias escritas hasta entrada la Edad Media y
los grabados mencionados se remontan al siglo VIII.
La popularidad de las gaitas y
chirimías comenzó a partir del siglo XII, posiblemente en relación con el
esplendor y desarrollo musical de varios lugares de Europa. Muchos modelos de
gaita empezaron a desarrollarse durante esta época. Se dice que Robert the
Bruce, rey de Escocia, partió a la batalla de Bannockburn (1314) acompañado de
gaiteros.
Los
modelos conservados de gaitas anteriores al siglo XVIII son extremadamente
raros. Sin embargo, se conservan numerosas pinturas, dibujos, grabados e
ilustraciones manuscritas. Las divergencias entre los modelos suelen ser enormes,
pero parece que los fabricantes de gaitas de la época eran en su mayor parte
mercenarios o artesanos de la madera con conocimientos musicales y artesanales
muy rudimentarios.
El papel de la gaita en la música
varió sensiblemente de lugar a lugar, pero en Bulgaria se
dice que "Una boda sin gaita es como un funeral" y en Bretaña es
un elemento muy popular en los festivales religiosos. También en Bretaña y en
las islas británicas se convirtieron los
gaiteros en parte de los ministriles itinerantes, actuando como mensajeros y
extendiendo noticias y música por dondequiera que viajaran. Los gaiteros
comenzaron hacia el siglo XVI a desplazar en Escocia a
los arpistas,
los principales músicos célticos desde época romana. En 1760, Joseph MacDonald
escribió en Escocia Compleat
Theory, el primer estudio serio de gaita y música de gaita. En Inglaterra,
William Dixon ya había escrito un manuscrito en la década de 1730 referente a la
música de las "border pipes", muy similares a las gaitas escocesas
modernas, pero que constituyen un modelo distinto. Dixon recogió muchas
melodías populares que posteriormente serían reimpresas en otras obras
semejantes. A comienzos del siglo XIX, John Peacok coleccionó muchas de las
melodías de Dixon en su selección de música de gaita.
Sin embargo, a medida que la
música clásica occidental se desarrollaba, tanto en términos de sofisticación
musical como de tecnología instrumental, las gaitas de muchos países perdieron
popularidad en las orquestas, desapareciendo generalmente hasta el siglo XX.
Con la expansión del Imperio
británico, también se difundió la gaita escocesa ("Great Highland
Bagpipe") a través de los soldados y emigrantes de origen escocés. Sin
embargo, el resurgimiento de la gaita escocesa y de otros modelos puntuales fue
excepcional y puede decirse que hasta después de la Segunda Guerra Mundial, muchas tradiciones
de música popular de gaita entraron en decadencia y comenzaron a ser
desplazadas por instrumentos de tradición más clásica, como el violín y posteriormente por el gramófono y la radio.
La gaita sobrevivió en la música tradicional y en algunos grupos cerrados, como
por ejemplo las fuerzas policiales de Escocia, Canadá, Australia y Estados
Unidos aunque no muy extendida, así como bandas folklóricas y
populares. Progresivamente fue recuperando otros ámbitos, como funerales
militares, civiles, bodas, bailes, fiestas y romerías.
La gaita experimentó un cierto
renacimiento desde la Segunda Guerra Mundial, fomentado por la popularidad de
la música y los bailes folklóricos, que salvó de la desaparición muchos modelos
de gaita que en siglos anteriores habían sido especialmente populares. En Gran
Bretaña surgió el concepto de pipe band y en Bretaña de bagad.
En España se utiliza el término de "banda de gaitas".
A finales del siglo XX se inventaron
varios modelos de gaita electrónica. La primera gaita MIDI fue desarrollada por
el gaitero asturiano José Ángel Hevia, mejor conocido como Hevia.
Algunos modelos electrónicos permiten
al músico seleccionar el tono de varias gaitas diferentes, así como las claves.
Aunque todavía no son muy utilizadas debido a limitaciones técnicas, su uso se
está extendiendo como instrumentos de prácticas, ya que su sonido puede ser
silenciado y conectado a auriculares.
El Pitt Rivers Museum en Inglaterra contiene una colección
de gaitas de todo el mundo. Un museo similar es el Museo de la Gaita en Gijón, Asturias,
donde también se muestran varios modelos internacionales.
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