La CUECA es un género
musical y una danza de parejas sueltas mixtas. Los
bailarines, quienes llevan un pañuelo en la mano derecha, trazan figuras
circulares, con vueltas y medias vueltas, interrumpidas por diversos floreos.
Generalmente, se considera un baile de conquista del hombre a la mujer, aunque
no necesariamente tiene un motivo amoroso.
Se baila «bajo denominaciones más o
menos diferentes» desde Colombia, pasando por Perú y Bolivia,
hasta Argentina y Chile, y tiene distintas
variedades, tanto en el ritmo como en la coreografía, según las regiones y las
épocas, «lo único que les diferencia es el color local que van adquiriendo en
distintos sitios, así también como el número de compases que varía de unas a
otras».
La variante chilena fue oficialmente
declarada «danza nacional de Chile» el 6 de
noviembre de 1979. En 1989, el gobierno chileno declaró
el 17 de septiembre como «Día Nacional de la Cueca». Bolivia declaró la variante boliviana patrimonio cultural e inmaterial del país el 30 de
noviembre de 2015; asimismo, declaró
«Día de la cueca boliviana» al primer domingo de octubre.
Su origen está cuestionado y existen diversas teorías o corrientes sobre su origen y
evolución, dentro de las que
también se consideran posibles influencias amerindias, africanas y españolas
—asimismo, a través de esta última, podría añadírsele el elemento árabe de la La cueca se habría originado en la zamacueca y esta, a su vez, en los bailes españoles jota —con elementos típicos de la jota
aragonesa, como el baile en pareja, y
de la jota andaluza, como el zapateo— y fandango
Para
referirnos al estilo, debemos fijarnos en el modo de bailar. Tipos hay varios,
pero en cuanto a los estilos, «hay tantos como parejas que la bailen».
Generalmente se pueden encontrar desplazamientos y argumentos que aducen a «una
pantomima amorosa y equilibrada». Corporalmente la mujer se muestra erguida y
realiza más movimientos estilísticos que el hombre, aunque con pasos «cortos,
caminados, valseados, escobillados, zapateados con rebote y a veces a pequeños
saltos». En Bolivia tiene
dos partes iguales, mientras que en Chile tiene solamente una con estructura
diferente.
La cueca ingresó a Argentina desde
Chile por Cuyo, primero como
«zamacueca» y posteriormente como «cueca chilena», donde conservó el nombre de
«cueca». En Cuyo su presencia se
documenta aproximadamente en 1840 y en la provincia de Buenos Aires, en 1850. También existe la «cueca norteña», o
«chilena» a secas para los habitantes de las provincias del noroeste argentino y Bolivia, variante que ingresó a la provincia de Jujuy a través de Bolivia directamente desde
Perú —donde «hasta [marzo de 18]79 era más generalizado llamarla chilena»; desde entonces, ha sido denominada marinera— y en el último cuarto del siglo XIX
alcanzó las provincias de Salta y Tucumán.
La cueca cuyana es esencialmente
cantada, con acompañamiento de guitarra —antiguamente también se usó el arpa—,
y puede llegar a tener una extensión de 40 o 48 compases. Presenta diferencias musicales y
coreográficas con la actual «cueca chilena»; musicalmente, posee la bimodalidad
de la antigua zamacueca, pero en modo menor.
En Chile esta danza se instaló,
desarrolló y difundió en las cantinas y chinganas, lugares que se transformaron en el
siglo XIX en centros de entretenimiento y fiesta popular. Durante su estadía en Chile entre 1844
y 1848, el inglés Fred Walpole describió algunas de las características del
baile: acompañamiento de arpa o guitarra, marca de tiempo con un golpeteo de
palmas o tamboreo de la guitarra, canto en el registro más agudo posible y una
particular forma de tañer la guitarra, que consiste en «deslizar la mano
derecha a través de todas las cuerdas de la guitarra, volviéndola cada vez con
un golpe en la caja».
Entre 1837 y 1839, junto con las
tropas chilenas del Ejército Unido Restaurador que lucharon en la guerra contra la Confederación
Perú-Boliviana, la «zamacueca chilena» o «cueca chilena» llegó a
Perú. Asimismo, durante la
segunda mitad del siglo XIX, esta danza tuvo gran éxito al difundirse por
diversos países
latinoamericanos sencillamente como «chilena». Ingresó a Argentina por Cuyo —allí se documenta su presencia
aproximadamente en 1840 y en la provincia de Buenos Aires, en 1850—, donde
fue conocida como «cueca», mientras que en las provincias del noroeste argentino y en Bolivia fue llamada «chilena». Por medio de los marineros y
aventureros chilenos, llegó a las costas de los estados mexicanos de Guerrero y Oaxaca,
donde fue conocida como «chilena». En
Perú se convirtió en la forma más popular durante las décadas de 1860 y 1870, y se hizo conocida entonces como
«chilena» —en marzo de 1879, los
bailes llamados «chilenas» fueron rebautizados como «marineras» por el escritor y músico peruano Abelardo
Gamarra—.
En Chile se le asoció al roto chileno,
con quien se trasladó durante el siglo XX a las zonas urbanas preindustriales,
donde se cobijó en la periferia santiaguina y en barrios como La Vega, Estación
y Matadero.
Pese a estar presente durante gran
parte de la historia del
país, la cueca fue oficializada como «danza nacional de Chile» a
través de un decreto publicado en el Diario Oficial el 6 de noviembre de 1979. Diez años después, se declaró el 17 de
septiembre como «Día Nacional de la Cueca».
En México existe un género musical denominado
«chilena», que nació de la mezcla entre la música traída por los marineros
chilenos y las tradiciones mestizas de la región suriana. Su nombre se debe a
las tradiciones musicales sudamericanas que llegaron por medio de quienes
migraban desde Chile y Perú y que pasaban por los puertos de Acapulco Guerrero, Puerto Ángel, Huatulco y Puerto Minizo Oaxaca,
durante el auge de la fiebre del oro de California. Surgió
específicamente en lo que hoy comprende el estado de Guerrero y muy pronto se expandió
por toda la zona conocida como la Costa Chica, que comprende los estados de
Guerrero y de Oaxaca. En otros estados de la República Mexicana y en Estados
Unidos, la «chilena» llegó a implementarse como un género musical
más, debido a las migraciones en masa de pobladores provenientes de las
regiones de la costa durante las décadas de 1980 y 1990.
Actualmente, en México se baila,
interpreta, disfruta, cultiva y desarrolla la «chilena» con bastante fuerza en
la región de la Costa Chica; tiene una presencia algo más fuerte en Oaxaca,
donde se interpreta y compone «chilenas» en otras regiones, sobre todo en la Sierra sur o Sierra de Miahuatlán, aunque con estilos
particulares y distintas dotaciones instrumentales. También en la Sierra Norte Zapoteca y la Sierra Mixe se interpreta la «chilena» y también
se componen aunque no en mucha cantidad.
Aunque en la Chilena tradicional
predominan los instrumentos de cuerda, Más recientemente en la Chilena moderna
también se ha ido introduciendo en la variedad o dotación de banda de viento en
las regiones de la Mixteca Alta de
Guerrero y de Oaxaca; esto con la reciente introducción y desarrollo de las
bandas de viento en esa región, las que han ido modificando su repertorio y
dotación por la hegemonía de la banda de viento sinaloense.
Así, La «chilena» tradicional que se
tocaba solo con instrumentos de cuerda, en su instrumentación como «chilena»
moderna, ha ido cediendo lugar a las bandas de vientos, características de gran
parte del estado de Oaxaca. Sin embargo, se conserva el conjunto chilenero
original y tradicional en algunas regiones, y existen algunos movimientos que
buscan revitalizarlo.
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