SION fue inicialmente el nombre de una
fortaleza jebusea conquistada por el rey David y que se encontraba situada en la
actual Jerusalén.
La fortaleza se situaba en una colina del lado sureste de Jerusalén, el Monte Sion,
y es mencionada en la Biblia como el centro espiritual y la
"madre de todos los pueblos" (Salmo 87,
2).
En el Libro de los Salmos figuran los Cánticos de Sion, conjunto de
himnos gloriosos sobre la presencia de Dios en
relación al pueblo de
Israel, desde el diálogo con Moisés,
pasando por el Arca de la Alianza, y hasta llegar al Templo de Jerusalén.
Sion es un término que hace referencia a
una sección de Jerusalén, la cual, por definición bíblica, es la Ciudad
de David. A menudo suele emplearse el término Sion como sinónimo de
"Jerusalén".
Tras la muerte de David, el término
comenzó a usarse para definir la colina en que se situaba el Templo de Salomón.
Más tarde, Sion se empleó para hacer referencia tanto
al Templo como a sus propios cimientos.
Como recoge la Biblia en numerosos de sus pasajes y
especialmente en Isaías 60, este nombre fue utilizado a lo largo del tiempo
como referencia no solo a la ciudad, sino también a la noción de Jerusalén como
centro espiritual del pueblo judío;
y, por extensión, a la Tierra
Prometida.
Cuando el Medioevo, Sion fue usado por militares y religiosos
católicos para denominar a la orden de Sion durante la primera cruzada (siglo XII).
En siglo XIX,
el sionismo o movimiento nacionalista moderno del pueblo judío
adoptó el término Sion por consenso general y desde entonces
su empleo se mantuvo para designar no solo a Jerusalén,
sino a toda la Tierra de
Israel.
Uno de los pasajes bíblicos más famosos que hacen referencia al
término se encuentra en el salmo 137:
“Junto
a los ríos, en Babilonia, allí nos sentábamos, y llorábamos al
acordarnos de Sion”
En dicho salmo, Sion es considerada
ser un lugar de unidad, paz y libertad, literalmente opuesto a Babilonia, ciudad decadente y caracterizada por
su explotación sistemática del género humano.
El anhelo de los judíos por Sion,
comenzando desde la deportación y esclavitud de los judíos durante el
cautiverio babilonio, fue luego también adoptado en los Estados Unidos por los
esclavos negros cristianos, e incluso luego de la Guerra Civil, continuó siendo
por los negros que en ese país continuaban aún oprimidos.
Sion pasó a simbolizar el anhelo de
los pueblos desposeídos y errantes por una tierra segura. Podía aludir Sion a
un lugar específico, como Etiopía en el
caso de rastafaris. Para otros adquirió un sentido puramente espiritual,
significando el hogar espiritual, ya sea el cielo o la paz de espíritu en la
vida presente de un individuo.
En el caso del pueblo hebreo ambas ideas se conjugan en el himno
nacional de Israel,
titulado Hatikva y escrito en 1878; es allí donde el
término Sion adquiere un papel protagónico expresando la dos veces milenaria
esperanza colectiva y nacional del pueblo israelita.
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