La orquesta FILARMÓNICA es una agrupación o
conjunto musical de gran tamaño que cuenta con varias familias de instrumentos
musicales, como el viento madera, viento metal, percusión y cuerda. Una orquesta sinfónica o filarmónica tiene, generalmente,
más de ochenta músicos en su lista. Sólo en algunos casos llega a tener más de
cien, pero el número de músicos empleados en una interpretación particular
puede variar según la obra que va a ser ejecutada. El término «orquesta» se
deriva de un término griego que se usaba para nombrar a la zona frente al
escenario destinada al coro y significa ‘lugar para danzar'.
Dos
ciudades fueron los principales centros de producción musical, catalizadores y
forjadores de la sonoridad del nuevo concepto sinfónico de la orquesta: Mannheim y Viena. En estas ciudades, más que en cualquier otro sitio, se
fraguó la realidad de la forma sinfónica. Mannheim disponía de unos excelentes
medios materiales para experimentar una orquesta disciplinada y estable cuya
calidad pudo apreciar Mozart. La orquesta fue conocida por los detalles de
fraseo, la utilización de unos recursos, como los llamados crescendo y disminuyendo
Mannheim —que, en realidad, no fueron invención de los miembros de este grupo—,
la alta exactitud en la dirección y la precisión interpretativa. Uno de sus
principales directores fue Johann Stamitz 1717-57,
también fructífero compositor que introdujo notables cambios tanto en el arte
de la instrumentación como en los motivos musicales básicos del material
sinfónico. En Viena destacó una serie de compositores a los que, por lo
general, no se ha tenido demasiado en cuenta, como Matthias Georg Monn 1717-50,
considerado el más importante por sus aportes al concepto estructural de la
sinfonía. Pero fue con Haydn y Mozart con quienes esta forma alcanzó su verdadero desarrollo
El director
de la orquesta cumple una función clave en la orquesta sinfónica, e incluso de
la formación musical. Es una persona que no sólo mantiene el tiempo de la pieza
y da las entradas de los instrumentos para que la interpretación sea coherente,
sino que debe interpretar la partitura según el concepto “global”,
manteniéndose fiel al espíritu original de la obra pero dando una visión
personal. Para conseguirlo, debe conocer en profundidad la vida y obra de los
compositores. El director no aparece en la orquesta hasta el siglo XIX, cuando
realmente se establecieron los estándares de orquesta sinfónica, y surgió casi
por motivos estéticos. Antes era el primer violín concertino, el clavecinista u
organista quien dirigía, y actualmente se encargan de afinar el conjunto y de
la colocación del director dentro del campo visual de los intérpretes. El
solista en las obras se sitúa junto al director.
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