El LUPUS
eritematoso sistémico LES
es una enfermedad
crónica, autoinmune y sistémica que
puede afectar a prácticamente cualquier parte del cuerpo humano. El LES, prototipo de las enfermedades autoinmunes, se caracteriza
por una alteración de la respuesta inmunológica con producción de auto anticuerpos dirigidos contra antígenos celulares, cuyo resultado final es la
afectación de múltiples órganos y sistemas.
Su etiología es desconocida. Las manifestaciones
clínicas de la enfermedad son variables, desde síntomas constitucionales –fiebre, cansancio,
malestar general- a específicos, dependiendo de los órganos y sistemas
afectados. Principalmente, se afectan la piel y las mucosas,
las articulaciones,
los riñones,
el cerebro,
las membranas serosas -pleura y pericardio-,
los pulmones,
el corazón,
la sangre y el tracto gastrointestinal.
Los síntomas de la enfermedad suelen
tratarse con antiinflamatorios no esteroideos AINEs, corticoides,
antipalúdicos de síntesis, inmunosupresores y, en los últimos años, con fármacos
biológicos. El LES es una
enfermedad crónica, con un curso clínico heterogéneo, variando desde formas
clínicas relativamente benignas hasta cuadros graves con riesgo para la vida.
El pronóstico general de la enfermedad ha mejorado
notablemente en las últimas décadas.
El 10 de mayo se celebra el Día Mundial del Lupus.
El origen del nombre de la enfermedad no es del todo conocido. El término
"Lupus" significa lobo en latín,
y se relaciona con la similitud entre algunas lesiones cutáneas del lupus y las lesiones producidas
por la mordedura de este animal. Se
considera que la primera aparición del término lupus se debe a Herbemius de
Tours, a fínales del siglo X, que describe la curación de Hildricus –obispo de Lieja- en el santuario de San Martín de Tours: “...gravemente afectado por la enfermedad denominada lupus”.
El término "eritematoso"
deriva del griego "erythros" que significa rojo o enrojecido. Se atribuye a
Cazenave en 1851 la introducción de la denominación "lupus
eritematoso"; referido al enrojecimiento o eritema malar en forma de alas de
mariposa.
El término "sistémico" se
refiere a la afectación difusa o generalizada de la enfermedad -no solo
cutánea-, con alteraciones en múltiples órganos o sistemas. Fue Brunsting en
1952 el primero en utilizar la denominación "lupus eritematoso
diseminado", en realidad lo denominó "lupus eritematoso diseminado sistémico".
Dos años después, en 1954, Harvey
suprimiría diseminado, quedando "lupus eritematoso sistémico" como denominación fundamental de la
enfermedad a partir de entonces.
Es probable que algunas descripciones
de lesiones cutáneas realizadas por Hipócrates en el siglo V a.C. se correspondieran
con lesiones lúpicas. El uso más
antiguo del término lupus en su acepción médica, se sitúa en el
año 963 y fue realizado por Herbemius de Tours. Durante siglos el término lupus se
utilizó para describir aquellas úlceras faciales que destruían los tejidos,
independientemente de la causa que las producía. En este cajón se encontraban
además de las lesiones cutáneas propiamente lúpicas, la tuberculosis,
la sífilis o el cáncer cutáneos. Ferdinand von Hebra
describió en 1845 la erupción en alas de
mariposa, como una erupción que aparecía principalmente en la cara, las mejillas y la nariz, con una
distribución similar a una mariposa”.
A finales del siglo XIX 1872 Moritz Kaposi describió diferentes formas de
afectación cutánea lúpica y sugirió la posible naturaleza sistémica de este
desorden:“…la experiencia ha
demostrado que el lupus eritematoso… se puede presentar en conjunto con más
cambios patológicos graves… e incluso síntomas constitutivos de peligro pueden
íntimamente estar asociados con el proceso en cuestión, y esa muerte puede
resultar de condiciones que deben ser consideradas surgidas de esa enfermedad
local”.16 Posteriormente William Osler,
entre 1895 y 1903, describe ya la mayoría de las complicaciones viscerales del lupus, aunque con el nombre de eritema
exudativo, dejando de ser el lupus una enfermedad cutánea para pasar a
ser una enfermedad con afectación de múltiples órganos.
La causa
exacta del lupus eritematoso sistémico es desconocida, aunque parece claramente
multifactorial. Diversas observaciones sugieren la intervención de factores genéticos, hormonales, inmunológicos y
ambientales, que pueden influir en el sistema inmunitario y
provocar del cuadro clínico del LES.
Los estudio de laboratorio en los
pacientes con LES ayudan a establecer el diagnóstico,
a controlar la evolución de la enfermedad y a identificar posibles
complicaciones de la misma o efectos adversos de las medicaciones.
Las alteraciones hematológicas, sobre
todo la leucopenia,
linfopenia ytrombopenia, son frecuentes en el LES. La VSG suele estar elevada cuando la
enfermedad está en actividad, mientras que la proteína C reactiva suele ser normal.35
La presencia de auto
anticuerpos es la
característica más prominente del LES. Los anticuerpos antinucleares, ANA están presentes en más del 95% de
los pacientes, y su ausencia hace dudar del diagnóstico. Menos del 5% de los
pacientes con LES tienen ANA negativos cuando son detectados por inmunofluorescencia, siendo los porcentajes aún
menores según el tipo de sustrato utilizado y de la técnica empleada para su
detección. Los patrones de inmunofluorescencia más habituales son el homogéneo, el
moteado y el periférico, y los títulos suelen ser elevados. Los anticuerpos anti DNA bicatenario
(anti-DNAn) son muy específicos del LES y se relacionan con la actividad de la
enfermedad y la presencia de nefritis.
La presencia de un patrón moteado en la inmunofluorescencia sugiere la
presencia de anticuerpos dirigidos frente a antígenos extraíbles del núcleo
(ENA). Entre estos se encuentran el anti-Sm –también muy específico del LES–,
anti-RNP, anti-Ro y anti-La. Los anticuerpos anti-Ro indican un mayor riesgo de
padecer lupus cutáneo subagudo, lupus neonatal y síndrome de Sjögren.
El factor
reumatoide puede estar
presente en un 40% de los pacientes. La actividad hemolítica del complemento está disminuida y se
correlaciona también con el grado de actividad de la enfermedad. Los
componentes C3 y C4 son los que presentan actividad más baja.
En las pruebas de coagulación,
es frecuente el alargamiento del tiempo parcial de tromboplastina activada y
sugiere la presencia de anticuerpos antifosfolípidos, incluyendo
anticoagulante lúpico, anticuerpos anticardiolipina y anti ß2-glicoproteína.
Un 25% de los pacientes con LES tienen un test falsamente positivo para la sífilis,
traduciendo, al igual que el alargamiento del tiempo parcial de tromboplastina,
la presencia de anticuerpos antifosfolípidos.
El análisis sistemático de orina es fundamental para vigilar la
aparición de nefritis,
evidenciándose en este caso la presencia de hematuria,
leucocitaria, cilindros celulares y grados variables de proteinuria.
En ausencia de unos criterios
diagnósticos de LES, los médicos utilizan habitualmente los criterios de
clasificación de LES como guía para ayudar a identificar algunos de los datos
clínicos más destacados cuando hacen el diagnóstico. La prueba de los anticuerpos antinucleares (ANA) es positiva virtualmente en
todos los pacientes con LES en algún momento en el curso de su enfermedad y
algunos anticuerpos, como los anti-DNAn y anti-Sm son muy específicos de LES,
estando presentes en aproximadamente el 70% y 30% de pacientes con LES
respectivamente.
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