El CAUCHO es un polímero elástico, cis-1,4-polisopreno,
polímero delisopreno o 2-metilbutadieno. C5H8 que surge como una emulsión lechosa conocida
como látex
en la savia de varias plantas, pero que también puede ser producido
sintéticamente. La principal fuente comercial de látex son las euforbiáceas,
del género Hevea, como Hevea brasiliensis.
Otras plantas que contienen látex son
el ficus euphorkingdom heartsbias y el diente de
león común. Se obtiene
caucho de otras especies como Urceola elástica de Asia y la Funtumia elástica de África occidental. También se obtiene a partir
del látex de Castilla elástica, del Kalule patenium
argentatum y de la Gutta-perchapalaquium
gutta.
Hay que notar que algunas de estas
especies como la gutta percha son isómeros trans que
tienen la misma formulación química, es el mismo producto pero con isomería diferente. Estas no han sido la fuente
principal del caucho, aunque durante la Segunda Guerra Mundial, hubo tentativas
para usar tales fuentes, antes de que el caucho natural fuera suplantado por el
desarrollo del caucho sintético.
En la actualidad el Hevea se cultiva
en grandes plantaciones, en algunos casos propiedad de grandes industrias del
neumático, en las que se utilizan injertos de variedades genéticamente
modificadas para optimizar la producción de látex. Las zonas de mayor
producción son China, México, Vietnam y Brasil. Hubo
grandes plantaciones de Heveas en África tropical, Guinea, Liberia y Congo,
pero actualmente el predominio de la producción pertenece al Sudeste asiático.
En su lugar de origen, el centro y sur de América,
el caucho ha sido recolectado durante mucho tiempo. Desde mucho antes de la
llegada de los europeos y su afán mercantilista, ciertos indígenas del amazonas
lo llamaban cautchouc, o
"árbol que llora", y lo usaron para hacer vasijas y láminas a prueba
de agua.
Las civilizaciones mesoamericanas usaron
el caucho sobre todo de la Castilla elástica el hule. Los antiguos mesoamericanos tenían un juego de
pelota donde utilizaban pelotas de goma, y unas pelotas precolombinas de goma
fueron encontradas siempre en sitios que estuvieron inundados de agua dulce,
las más antiguas aproximadamente del año 1600 a. C. Según Bernal Díaz del Castillo, los colonizadores españoles
se asombraron por los grandes saltos que lograban las pelotas de goma de los aztecas.
Los mayas también hacían
un tipo de zapato de goma sumergiendo sus pies en una mezcla de látex. El
caucho fue usado en otros contextos, como tiras para sostener instrumentos de
piedra y metálicos a mangos de madera, y acolchado para los mangos de instrumentos. Aunque
los antiguos mesoamericanos no contaban con procesos de vulcanización,
desarrollaron métodos orgánicos para tratar el caucho con resultados similares,
mezclando el látex crudo con varias savias y jugos de
otras enredaderas,
en particular la Ipomea alba.
En Brasil, los
habitantes el látex en una rueda de paletas de madera que hacían girar en medio
del humo producido por una hoguera y al repetir las inmersiones obtenían una
bola de caucho ahumado. Entendieron el uso de caucho para hacer tela hidrófuga.
Una historia dice que el primer europeo en
retornar a Portugal desde
Brasil con muestras de tela impermeable engomada impresionó tanto a la gente
que fue juzgado por brujería.
Cuando las primeras muestras del
caucho llegaron a España, se observó que un pedazo del material era bueno para
borrar escritos de lápiz sobre el papel. Esto mismo lo estableció Joseph
Priestley, el clérigo inglés que descubrió el oxígeno. Aún se usan
para este fin pedazos de este material, conocidos como 'gomas' en España y
América del Sur, y en México se conoce como goma o chicle.
A principios del siglo XVIII, Charles de La Condamine, quien
posteriormente descubrió que el caucho natural estaba compuesto por cadenas de
hidrocarburo, con lo que dejó abierta la posibilidad de producir caucho
sintético. Durante la I Guerra
Mundial los químicos alemanes fabricaron caucho sintético a
partir de dimetil butadieno, en vez
de isopreno.
Como otros grandes avances de la
ciencia, la vulcanización un avance clave en la historia de caucho, se dio
gracias a un accidente:
“En 1839, por accidente, un inventor de Boston, Charles
Goodyear dejó caer una mezcla de caucho y de azufre sobre una
estufa caliente. Fue el principio de la vulcanización, el proceso que hizo el
caucho inmune a los elementos, transformándolo de rareza en producto esencial
de la era industrial”
Para 1925 se abarató el proceso
usando butadieno,
que a su vez se obtenía del butano y butileno, subproductos del petróleo que
se convirtió en la principal materia prima para la obtención del caucho.
Posteriormente se descubrieron otras clases de cauchos sintéticos. A partir de
1945 la producción de caucho sintético supera la de caucho natural, el cual sin
embargo ha permanecido en el mercado, logrando importancia en épocas de precios
altos del petróleo.
Antes de usarse la Hevea
brasilensis para fabricar caucho se usó la especie
asiática Ficus elástica.
Actualmente se fabrican miles de
artículos de caucho para usos muy diferentes. El caucho es ampliamente
utilizado en la fabricación de neumáticos, llantas,
artículos impermeables y aislantes, por sus excelentes propiedades de
elasticidad y resistencia ante los ácidos y las sustancias alcalinas. Es
repelente al agua, aislante de la temperatura y de la electricidad. Se disuelve
con facilidad ante petrolatos, bencenos y algunos hidrocarburos.
El caucho natural suele vulcanizarse,
proceso por el cual se calienta y se le añade azufre o selenio,
con lo que se logra el enlazamiento de las cadenas de elastómeros,
para mejorar su resistencia a las variaciones de temperatura y elasticidad. El
proceso de vulcanización fue descubierto casualmente en 1839 por Charles
Goodyear, quien mejoró enormemente la durabilidad y la utilidad del
caucho. La vulcanización en frío, desarrollada en 1846 por Alexander Parkes, consiste
en sumergir el caucho en una solución de mono cloruro de azufre (Cl2S2).
Actualmente más de la mitad del caucho usado hoy en día es sintético, pero aún
se producen varios millones de toneladas de caucho natural anualmente.
Desde 1823 se utiliza el caucho como
material para fabricar prendas de vestir, quizás sobre la base de que este tipo
de ropa forma una "segunda piel". El caucho hipoalergénico puede
producirse a partir de guayule.
El caucho es una propuesta para el futuro como aislante en la industria motora.
Con el comienzo del siglo XXI, en vistas de la creciente escasez mundial de petróleo,
se comenzó a investigar en determinadas universidades de Brasil el potencial que podría tener este
material como método de obtención de energía limpia, como por ejemplo, como
refuerzo externo en determinados tipos de motores a propulsión de sifón.
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