Se llama REFECTORIO al comedor de los monjes en los monasterios. Tiene, generalmente, forma rectangular, y se
halla situado en la galería opuesta a la iglesia.
Según esta palabra proviene del latín refectorĭum, y éste del lat. refectus,
refección, alimento.
Las mesas
están alineadas a lo largo de las paredes. Los monjes se instalan según su
rango de antigüedad; la mesa del prior, en uno de sus extremos, preside a las demás.
Las comidas
se desarrollan en silencio, roto tan sólo por las lecturas de la Biblia que realizan, generalmente desde un púlpito, por uno de los monjes.
Normalmente
se accede a esta sala por el claustro o desde la cocina. Es una sala bastante importante ya
que los monjes pasan mucho tiempo en ella comiendo, cenando o desayunando.
Es crucial
el silencio durante las comidas para no interrumpir la lectura de la Biblia, de
modo que mientras los monjes congregados alimentan sus cuerpos con la comida,
alimentan así mismo su alma con la palabra de Dios.
Todos los
religiosos se encuentran en esta gran sala para las dos o tres comidas del día.
Antes de pasar al refectorio los monjes se lavan las manos y entran en
silencio, rezan en voz alta antes de tomar asiento y mientras comen escuchan
las lecturas.
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