miércoles, 10 de mayo de 2017

RENACUAJO



Se denomina RENACUAJOS a las larvas de los anfibios anuros, y por extensión, también a los de los demás anfibios como las salamandras, los tritones y las cecilias. Viven en el agua, aunque unas pocas especies son semiterrestres y terrestres. En ese estado respiran mediante branquias externas.
Las larvas de los anuros carecen de patas, y poseen una larga cola con la que nadan como la mayoría de los peces, por ondulación lateral. Nacen con branquias externas, pero éstas quedan pronto internalizadas por el desarrollo del opérculo, hasta quedar encerradas en un saco branquial que comunica con el exterior sólo por el espiráculo. Cuando un renacuajo alcanza la madurez necesaria, sufre una metamorfosis en la que gradualmente crecen sus patas y su cola se absorbe por apoptosis (muerte celular controlada). Los renacuajos de los anuros son fundamentalmente herbívoros, con una especial adaptación para raer superficies, para lo que están dotados de filas de dientecillos en torno a la boca (los dientes labiales). En la práctica se comportan como omnívoros, siempre capaces de adaptarse aceptablemente a una vida carnívora, llegando unas pocas especies a practicar el canibalismo si las condiciones son muy duras.
Los renacuajos de los caudados no son propiamente renacuajos. Nacen sin patas, pero las desarrollan prontamente y enseguida se parecen a los adultos, salvo por ser más pequeñas, menos pigmentadas y por las branquias ramificadas que ostentan a los lados de la cabeza. Suelen ser carnívoras, como los adultos. Algunas especies de caudados presentan adultos con dos fenotipos distintos, como es el caso del ajolote, en función de las condiciones ecológicas en las que viven. Un fenotipo particular es el individuo neoténico de aspecto larval.

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