sábado, 13 de mayo de 2017

EL ÁNGEL DE LA INDEPENDENCIA



El ÁNGEL o El Ángel de la Independencia, se encuentra en la Ciudad de México, en la glorieta localizada en la confluencia de Paseo de la Reforma, Río Tiber y Florencia. Inaugurado en 1910 para conmemorar el Centenario de la independencia de México por el entonces presidente de México, Porfirio Díaz, es uno de los monumentos más emblemáticos de la urbe y usado actualmente como un icono cultural de la Ciudad de México y lugar de festejos y manifestaciones nacionales.
Realizado como una columna honoraria rematada con una estatua de la Victoria Alada sosteniendo una corona de laurel y una cadena rota de tres eslabones, esta columna se levanta a su vez sobre un pedestal escalonado completado por diferentes estatuas e inscripciones alegóricas a la independencia de México.
Terminada la independencia, se consideró construir en el centro no ocupado por el Mercado del Parián de la plaza de armas de la ciudad de México, un monumento a la independencia, similar al que se había construido años antes al rey español Carlos III durante el virreinato. Es así como se convocaron varios concursos entre 1821 y 1843, que nunca fructificaron por el constante cambio de gobierno.
En 1843 el entonces presidente Antonio López de Santa Anna convocó, con el apoyo de la Academia de San Carlos, un concurso para seleccionar un proyecto para erigir un monumento a la Independencia. Las bases del concurso solicitaban que el proyecto contemplara las siguientes características: que sea un monumento basado en una columna honoraria con una altura mínima de 42 m, rematada por una estatua de la victoria, a cuyo pie esté una base o pedestal adornada por estatuas y bajorrelieves, todo rodeado por una reja y otros monumentos menores que adornaran la plaza, todo recubierto de mármol, con estatuas y adornos de bronce.
A este concurso concurrieron participantes nacionales y extranjeros, ganando el proyecto el arquitecto francés Enrique Griffon, quien fue seleccionado por los jueces de la Academia de San Carlos. Al presentársele el proyecto al presidente Santa Anna, éste no lo consideró adecuado y designó como ganador el proyecto de Lorenzo de la Hidalga, que era más de su gusto, aunque hubiera quedado en segundo lugar. El premio al primer lugar de 300 pesos se entregó al francés Griffon y se iniciaron los trabajos para construir el proyecto de Lorenzo de la Hidalga.
Este proyecto cumplía con las bases, con una columna de orden corintio, rematada por una Victoria, con tres bajorrelieves en el pedestal, uno representando el Grito de Dolores (1810), otro la Entrada del Ejército Trigarante (1821) a la ciudad de México y el tercero la batalla de Pueblo Viejo en Tampico (1829), esta última dirigida por el mismo Santa Anna.
La colocación de la primera piedra fue el 16 de septiembre de 1843. Se comenzó La cimentación y la construcción del zócalo, pero al llevar como un metro y medio del zócalo, se abandonó la construcción por la falta de fondos públicos y el cambio de gobierno, dejando sólo el zócalo, mismo que dio su apodo a la plaza de armas de la Ciudad de México.
El 16 de septiembre de 1865, durante el Segundo Imperio Mexicano, se volvió a convocar un concurso para erigir el monumento, que ganó Ramón Rodríguez Arangoity. La emperatriz María Carlota Amalia colocó la primera piedra, pero este intento no pasó de allí por la caída del imperio.
Restaurada la República, la falta de fondos mantuvo inerte cualquier proyecto, pero en cambio se decidió continuar con los trabajos para abrir al público en general el llamado Paseo del Emperador, el cual fue renombrado en honor del héroe de la Guerra de Reforma Santos Degollado como Paseo de Degollado. Ya en el gobierno del Gral. Porfirio Díaz se empiezan a abrir alrededor del ya llamado Paseo de la Reforma una serie de desarrollos inmobiliarios, como las colonias de nivel económico alto Tabacalera y Americana (hoy Juárez), por lo que se decide embellecer el paseo con estatuas de diferentes héroes de la reforma, aceras adoquinadas y arboledas.
En 1886, a veinticuatro años de la celebración del centenario, se convocó un concurso internacional para construir un monumento a la independencia, pero ahora en una de las glorietas del Paseo de la Reforma, mismo que ganó la firma estadounidense Cluzz and Shultze de Washington, D.C. En enero de 1887 el gobierno resolvió posponerlo, por lo que vendieron al gobierno sus derechos, retirándose de la construcción y quedando sin construir al final.
En 1891 la entonces Secretaria de Comunicaciones y Obras Públicas, a cargo de Francisco Z. Mena, se encargó de la obra, pero hasta 1900 no se nombró a Antonio Rivas Mercado como encargado del proyecto, quien designó al italiano Enrique Alciati como encargado de realizar las esculturas y bajorrelieves, y a Roberto Gayol como encargado de la obra civil.
Durante el gobierno de Porfirio Díaz comenzaron las obras de cimentación y la primera piedra del monumento fue colocada en una ceremonia el 2 de enero de 1902, colocando dentro de ella un cofre dorado con el acta de independencia de México y una serie de monedas de cuño corriente de la época. Empero, en mayo de 1906, cuando ya se habían construido las bases de hormigón y colocado unas 2.400 piedras con una altura de 25 metros, se hizo notorio el hundimiento de uno de los lados del monumento, por lo que se creó una comisión de estudio compuesta por los ingenieros Guillermo Beltrán y Puga, Manuel Marroquín y Rivera y Gonzalo Garita, los cuales determinaron que los cimientos del monumento estaban mal planeados, por lo que se decidió demoler lo construido.
Para reiniciar la obra se nombró una Comisión Directiva, integrada por los ingenieros Guillermo Beltrán y Puga, Manuel Marroquín y Rivera y el arquitecto Manuel Gorozpe, quedando al cuidado de la obra artística Antonio Rivas Mercado. Estos trabajos se iniciaron el 13 de junio de 1907, aprovechando la demolición para hacer los estudios de suelo necesarios para calcular y construir los nuevos cimientos. Para éstos se usó el método de pilotes de hormigón con punta, que se hincaron con un martinete de vapor que enterraba los pilotes con un émbolo de una tonelada de peso. Esta fue una de las primeras obras en la ciudad con este tipo de cimentación, ya que hasta entonces se utilizaban pilotes de madera, que no alcanzaban mucha profundidad. El monumento tuvo un costo de 2 millones 150 mil pesos de la época. El 16 de septiembre de 1910, el presidente Porfirio Díaz encabezó la inauguración.
En 1923 se iniciaron los trabajos de adaptación del interior del pedestal de la columna y la construcción de tres nichos para albergar en urnas los restos de diferentes héroes de la independencia que se trasladaron desde la Catedral Metropolitana de la ciudad de México y de otros puntos del país en 1925, por lo que se convirtió además en un mausoleo.
El 6 de abril de 1929, el presidente Emilio Portes Gil manda construir por decreto en la cara poniente del pedestal un nicho para una lámpara votiva a gas, la cual debería permanecer siempre encendida en recuerdo de los héroes cuyos restos están ahí depositados. Esta flama la inauguró el presidente Portes Gil, el 12 de mayo de 1929, quedando la obra a cargo del Ing. Federico Mariscal.
El 28 de julio 1957, un terremoto azotó a la ciudad de México y la Victoria Alada cayó del pedestal, quedando destrozada al pie del mismo, por lo que debió restaurarse el monumento, quedando los trabajos bajo el mando de Ernesto Sodi Pallares, quien reforzó el interior de la columna con placas de metal y reemplazó la escalera de piedra del interior por una metálica, además de construir una nueva victoria alada, la cual fue colocada en la cima. De la antigua solo está expuesta al público la cabeza aplastada en la entrada del Archivo Histórico de la Ciudad de México. Fue reinaugurado el 16 de septiembre de 1958.
En 1985, luego del terremoto de la ciudad de México, quedó dañada la estructura y varias de las obras artísticas del monumento, pero bajo la dirección de Ramón Bonfil
Inspirada en las columnas honorarias de los romanos, como la Columna de Trajano, es muy similar a otros monumentos modernos como el dedicado a la victoria o columna de la victoria en Berlín, Alemania.
La altura del monumento es de 90,16 m, más 1,5 m que tienen las gradas construidas en 1910 y 3 m adicionales que tienen las gradas construidas en 1986, para un total de 94,66 m, y que muestran el hundimiento de la ciudad. Este monumento tiene para fines prácticos una orientación oriente–occidente.
Sobre todo se encuentra una estatua hueca de bronce, que representa a la Victoria Alada en actitud de vuelo con las alas abiertas, con el brazo derecho extendido y sosteniendo una corona de laurel en actitud de colocarla sobre la cabeza de los héroes; el brazo izquierdo extendido hacia abajo y atrás sosteniendo en la mano una cadena rota de tres eslabones, símbolo de los tres siglos del virreinato y la dependencia política de España. Toda ella revestida por hoja de pan de oro. A esta estatua se le da en específico el nombre popular de Ángel o el Ángel de la Independencia.
Bajo la Victoria Alada hay una caseta con una puerta al oriente que da acceso a una terraza de no más de 0,80 m, que la recorre perimetralmente y está resguardada por un barandal de bronce repujado que antaño tenía escudos de bronce en las cuatro caras con las iniciales R.M. “República Mexicana”. Un capitel formado por cuatro águilas con las alas extendidas, volutas y hojas de acanto en los cuatro lados sostiene a este mirador.
Bajo éstas empieza la columna con 2,90 m de diámetro, en cuyos lados están esculpidas guirnaldas de encino, enlazadas por anillos que circundan la columna y medallones florales. En dos de esos anillos se esculpieron los nombres de ocho próceres de la independencia en el lado suroriente, los de Iturbide y Allende, en el surponiente los de Mier y Terán y Galeana, al norponiente los de Victoria y Rayón y al nororiente los de Matamoros y Aldama. Las guirnaldas nacen de cuatro cabezas de león esculpidas en el anillo más bajo. Bajo éste, en el lado oriental, se encuentra un bajorrelieve que representa la fama que lleva una trompeta. Al pie de la columna se hallan dos coronas: una, que simula la piel de una serpiente, y bajo ésta una de laurel.
En el oriente del pedestal, se ubica en su parte superior un grupo escultórico llamado “Apoteosis del Padre de la Patria” compuesto por tres figuras, dos de ellas figuras simbólicas. De pie se ubica, enarbolando una bandera mexicana, el cura Miguel Hidalgo, al sur sentada con un libro y una pluma la musa de la Historia, al norte en actitud de levantarse y ofreciendo a Hidalgo una corona de laurel se encuentra La Patria. El pedestal de base cuadrada tiene en los extremos cuatro estatuas a un nivel un poco inferior que la de Hidalgo, correspondiendo a José María Morelos la del suroriente, a Francisco Xavier Mina la del surponiente, a Nicolás Bravo la del norponiente y a Vicente Guerrero la del nororiente.
Bajo éstas, en las caras norte y sur del pedestal se encuentran dos rosetones que permiten la entrada de luz al interior del monumento. En cada cara se muestran en bajorrelieve dos fasces romanos, además de hojas de encino y laurel que representan la fuerza y la victoria, respectivamente. En la fachada de oriente hay un escudo ornamental con las fechas de proclamación y consumación de la independencia (1810–1821), y bajo éste en una placa de mármol se lee:
LA NACIÓN Á LOS HÉROES DE LA INDEPENDENCIA
En la cara oriente se ve una placa de mármol que permaneció sin escritura hasta 1986 y 2006, cuando se le grabó la historia del monumento:
MONUMENTO A LA INDEPENDENCIA CONSTRUIDO DE 1908 A 1910
INAUGURADO EL 16 DE SEPTIEMBRE DE 1910 RESTAURADO EN 1958 Y 1986 NOVIEMBRE DE 1986 SEPTIEMBRE DE 2006
En esta placa se hubieran grabado unos textos sobre el inicio y la consumación de la independencia, además de la dedicatoria a los constructores, pero el inicio de la revolución evitó que ocurriera.
En el descanso del primer cuerpo del pedestal, del lado de oriente, se encuentra la escultura de un león macho que es conducido por la figura de un genio (un pequeño niño), que simboliza la fuerza y la inteligencia, respectivamente. Todo el borde de este fue decorado por un arreglo llamado escocia, compuesto por hojas.
En los extremos de éste se ubican cuatro pedestales, sobre los cuales hay cuatro figuras sedentes (sentadas), las cuales corresponden a La Paz la del suroriente, a La Guerra la del surponiente, a La Justicia la del norponiente y a La Ley la del nororiente.


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