Un JUANETE es un agrandamiento de la
articulación de la base del dedo gordo del pie – la articulación metatarso
falángica – que se produce al desplazarse el hueso o el tejido de la
articulación del dedo gordo. Esto fuerza al dedo a doblarse hacia los otros,
creando un bulto de hueso, frecuentemente doloroso, en el pie. Como esta
articulación soporta gran parte del peso del cuerpo al caminar, los juanetes
pueden ser extremadamente dolorosos si no se tratan. La propia articulación metatarso
falángica puede volverse rígida e irritada, haciendo difícil o imposible
incluso llevar zapatos. Los juanetes o bunios – del latín bunio, que significa
agrandamiento – pueden darse también en la parte exterior del pie, en el dedo
chico, donde se le llama “juanete de sastre”.
Los
juanetes se forman cuando se altera el equilibrio de fuerzas que se ejercen
sobre las articulaciones y los tendones del pie. Esto puede llevar a
inestabilidad de la articulación y causar la deformidad. Aparecen tras años de
movimiento y presión anormales en la articulación metatarso falángica. Son, por
lo tanto, un síntoma de mal desarrollo del pie y normalmente son causados por
la forma de caminar, el tipo hereditario de pie, el calzado, u otros motivos.
Aunque los juanetes tienden
a aparecer en varios miembros de la misma familia, lo que se hereda es el tipo
de pie – no el juanete. Los padres que padecen mala movilidad del pie pueden
pasar el tipo de pie problemático a sus hijos, que a su vez serán también
propensos a desarrollar juanetes. El funcionamiento anormal causado por este
mal desarrollo del pie puede llevar a presiones sobre el pie y dentro de él, a
menudo con el resultado de deformidades en el hueso y la articulación, como
juanetes o dedos en martillo.
Otras causas de juanetes
son heridas en el pie, desórdenes neuromusculares, o deformidades congénitas.
Las personas que sufren de pies planos o arcos del pie bajos son también
propensas a desarrollar estos problemas, así como los pacientes artríticos o
con enfermedades inflamatorias de las articulaciones. También son un factor las
profesiones que conllevan un esfuerzo excesivo del pie; los bailarines de
ballet, por ejemplo, a menudo desarrollan el problema.
El calzado demasiado
apretado o que aprieta unos dedos contra otros es también un factor común, que
explica la alta preponderancia del problema entre las mujeres.
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