El Parque Nacional Desierto de los
Leones antiguamente llamado
"El Desierto de nuestra señora
del Carmen en los montes de Santa Fe", es uno de los más grandes e
importantes parques nacionales con los que cuenta la Ciudad de México. Tiene
una extensión de 1,866 hectáreas; se ubica a 32 kilómetros al suroeste de la
Ciudad de México y pertenece a la unidad geomorfológica de la Sierra de las Cruces, la cual forma parte
del sistema montañoso Eje Neo volcánico Transversal.
El territorio cubierto por
el Parque Nacional Desierto de los Leones protege y ayuda a una amplia variedad
de recursos naturales, lo cual ha provocado un gran impacto ecológico, causante
de que los mismos ciudadanos se preocupen por cuidar del parque.
En el Parque Nacional
Desierto de los Leones se estableció el primer convento de México a principios
del siglo XVII. Fue realizado por la Orden de los Carmelitas Descalzos,
debido a lo aislado que era el lugar, aunado a la paz y tranquilidad natural
que incluso hasta nuestros días impera en el lugar.
En 1917, el presidente Venustiano Carranza lo declaró Parque
Nacional, siendo el
primero en México. El Desierto de los Leones ha estado ligado al desarrollo de la
capital del país desde tiempos del Virreinato, debido a que sus manantiales
eran fundamentales para trasladar agua por medio del acueducto de Santa Fe
(localizado en el poniente de la Ciudad de México), que se dirigía hacia a la
ciudad y ayudaba a abastecer el agua de la comunidad. El
Desierto de los Leones actualmente
funge como lugar ecológico y turístico, cuenta con espacios abiertos al público
para actividades deportivas, recreativas y culturales, además de ser
considerado como uno de los principales “pulmones” para la Ciudad de México.
Inicialmente,
esta área era conocida como el Desierto de Panchita
Señora del Carmen de los
Montes de Santa Fe, nombre que con el paso del tiempo cambió al que permanece
hoy en día, es decir, Desierto de los Leones. Existen 2 versiones sobre el
origen del nombre del Desierto de los Leones, la primera versión se da a partir
de que en el bosque habitaba el gato montes, también conocido como el león
americano. La segunda se da gracias a los hermanos León, quienes eran dueños de
las tierras y representantes de los carmelitas ante la corona española. Si bien
este hermoso bosque servía de paso entre la Ciudad de México y la cercana ciudad de Toluca,
la Orden de los Carmelitas Descalzos eligieron esta zona del bosque debido a la
tranquilidad, lejanía y paz observada, a comparación del bullicio humano de la
ciudad, obteniendo el término espiritual de "Desierto", levantando
así uno de los conventos de la orden; que serviría de retiro y meditación
cristiana donde podían llevar a cabo el cumplimiento de sus votos. (Como
ejemplo está el Santo Desierto del Carmen, que también es parque nacional, en
el Estado de México).
En el año 1801, la orden religiosa
abandonó el convento debido a tres razones: el clima frío
de la zona, lo convertía en un lugar prácticamente inhabitable, debido al
crecimiento poblacional del convento atrajo cada vez más visitantes que ponían
en riesgo el voto de silencio y el motivo más importante; las disputas por el
terreno entre las diferentes familias que reclamaban ser sus dueños.
Debido a la guerra de Independencia de México, la orden
religiosa se encontró en la necesidad de abandonar su estancia en este convento
y cederlo al Estado.
Dicha edificación se transformaría en cuarteles militares. Un tiempo después de
estos eventos, el lugar fue abandonado y se convirtió en refugio de maleantes.
Se sabe que, además, se instaló una fábrica secreta que se dedicaba a la
producción de moneda falsa.
Las administraciones
siguientes notaron la importancia de los recursos acuíferos y forestales para
satisfacer la demanda de los poblados cercanos, tales como Santa Fe en
el cual se construyó un acueducto llamado “Agua Delgada” que llegaba hasta la Ciudad de México. Por ese motivo, el Bosque
Desierto de los Leones se declaró zona de reserva forestal e interés público en 1876. Pasada la revolución
mexicana, el presidente Venustiano Carranza promulgó el decreto que le otorgó la
categoría de Parque
Nacional el 15 de
noviembre de 1917.
A finales del Siglo XX,
el Presidente Miguel de la Madrid Hurtado impulsó, a favor del Departamento del Distrito Federal,
la preservación, explotación y embellecimiento del Desierto de los Leones. En
1998 la zona se vio afectada debido a algunos incendios, por lo que se designó
un área de restauración ecológica para su recuperación. Dicha región comprendía
aproximadamente 400 hectáreas.
Finalmente el 16 de abril de 1999 se firma un acuerdo de coordinación
por parte de la Secretaría de
Medio Ambiente u Recursos Naturales con el Gobierno del Distrito Federal,
el cual tiene como objeto entregarle a este último la administración y la
responsabilidad de preservar, restaurar, desarrollar y vigilar distintas áreas
protegidas, entre ellas el Parque
Nacional Desierto de
los Leones, así como el deber de llevar a cabo la re categorización de otras
zonas del Distrito
Federal como Parques
Naturales Protegidos; el acuerdo se concreta mediante el acta de entrega
recepción el 24 de
noviembre del año 2000.
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