Los vermilinguos,
conocidos vulgarmente como OSOS
HORMIGUEROS, osos palmeros o yurumíes, son un suborden de mamíferos
placentarios del orden Pilosa. Son nativos del sureste
mexicano, América Central y Sudamérica;
incluye dos familias, Cyclopedidae y Myrmecophagidae.
A pesar de su nombre, no tienen ningún
parentesco cercano con los osos
El cuerpo
es robusto. Puede medir de 1,20 a 1,30 metros de largo y la cola de 75 a 85
centímetros y pesar hasta 40 kg. La coloración del pelaje varía de diferentes
tonos de grises. El cuello y el lomo pueden llegar a medir de 20 a 22
centímetros. Las patas o miembros anteriores tienen dedos con uñas fuertes y
curvadas. En el dorso de cada una tienen una almohadilla, que apoyan al
caminar. Las patas o miembros posteriores presentan cinco dedos con uñas. Al
caminar apoyan la región plantar. La diferencia con otros animales está dada en
los pulgares de sus patas, que en lugar de ir hacia adelante como en todas las
especies, va hacia atrás y es una púa de 4 a 6 cm de largo, la cual la utiliza
como única arma contra otros predadores que lo ataquen, caso de los felinos,
donde el oso lo abraza y al hacerlo le clava los pulgares y como consecuencia
el puma trata de sacárselos de su cuerpo pero al hacer fuerza para escapar, lo
único que consigue es que los pulgares del oso hormiguero se le claven aún más
profundamente, con lo cual ambos animales mueren abrazados. La cabeza es
pequeña. El hocico es largo con una boca pequeña, ubicada en el extremo. Carece
de dientes. La lengua es
cilíndrica y puede medir hasta 60 centímetros. Tiene muy desarrollado el
sentido del olfato, el que utiliza para encontrar su alimento.
Son
animales mirmecófagos, esto es, que se alimentan de hormigas y de termitas. Con sus fuertes uñas abren los hormigueros y termiteros y
con la larga y viscosa lengua, captura a los insectos. Son de hábitos solitarios, excepto en el período de celo o
cuando tiene la cría pequeña. La hembra tiene una sola cría por parto. Nace en
primavera o verano, después de 190 días de gestación. A la semana de vida abre
los ojos. A las pocas horas de nacer, la cría es transportada sobre la espalda
de la madre, agarrándose con sus patas delanteras. Se ubica de tal manera que
su franja negra se superponga con la de su madre, logrando un perfecto
camuflaje para pasar desapercibida.
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