Los ELFOS son criaturas de la mitología nórdica y germánica.
Originalmente se trataba de una raza menor de la fertilidad y representados
como hombres y mujeres jóvenes, de gran belleza, que viven en bosques, cuevas o
fuentes. Se les consideraba como seres de larga vida o inmortales y con poderes
de vida.
Las descripciones más tempranas
preservadas de los elfos provienen de la mitología nórdica. En nórdico antiguo eran llamados álfar singular, caso
nominativo, y a pesar de que no existen descripciones más antiguas o
contemporáneas, la aparición de seres etimológicamente relacionados a los álfar en varios folklores posteriores,
sugiere fuertemente que la creencia en elfos era común entre todos los pueblos germánicos, y que no solo se limitaba a
los antiguos escandinavos.
A pesar de que el concepto en sí mismo
nunca está definido claramente en las fuentes existentes, los elfos parecen
haber sido concebidos como seres o espíritus poderosos y hermosos. Nunca se han
registrado mitos sobre los elfos. Varios hombres famosos parecen haber sido
elevados al rango de elfos luego de su muerte, como el rey Olaf
Geirstad-Alf. El héroe herrero Völundr es identificado como 'señor, líder, o
sabio de los elfos' en el poema Völundarkvida.
Un segundo título de Völundr es más oscuro: álfa ljóði, donde la raíz apunta a la
expresión poética ljóðr o lýðr, "un pueblo, gente,
hombres". Este título se ha
interpretado como "líder de los álfar", pero más probablemente como
"uno del pueblo de los álfar", indicando que Völundr es uno de ellos y no simplemente un
humano. En la Saga de
Thidrek una
reina humana se sorprende al descubrir que el amante que la embarazó es un elfo
y no un hombre. En la Hrólfs saga kraka un rey llamado Helgi viola y embaraza a una elfina vestida
de seda.
Consecuentemente, el cruce entre elfos
y humanos es posible en la antigua creencia nórdica. La reina humana que tuvo
un amante elfo dio a luz al héroeHögni, y la elfina que fue violada por Helgi dio a luz a Skuld, quien se casó con Hjörvard,
el asesino de Hrólfr Kraki.
La Hrólfs saga kraka agrega
que ya que Skuld era medio-elfo, era muy habilidosa en la hechicería seid, y a tal punto que
era casi invencible en la batalla. Cuando sus guerreros caían, ella los
levantaba nuevamente para que continuaran luchando. La única manera de
derrotarla era capturarla antes de que pudiera convocar a sus ejércitos, que
incluían guerreros élficos.
Hay también declaraciones en la Heimskringla y en la Þorsteins saga Víkingssonar de una línea de reyes locales que
gobernaron Álfheim,
que se correspondía con la provincia moderna sueca de Bohuslän y la provincia noruega de Østfold,
y ya que tenían sangre élfica, se decía que eran más hermosos que la mayoría de
los hombres.
En novelas de fantasía y folklore, los
elfos son frecuentemente descritos como gente pequeña con orejas puntiagudas y personalidades traviesas. Además, en la visión más
moderna son imperceptibles, y viven en los bosques y otros lugares naturales; así, se los
mezcla con duendes y otros seres faéricos tradicionales.
En su versión literaria moderna, son longevos
pueden vivir milenios y tienen poderes mágicos, que usan para
proteger la naturaleza.
Los elfos se caracterizan principalmente por sus orejas puntiagudas y grandes
ojos. También se distingue su alta estatura y sus movimientos ágiles y ligeros.
Poseen una gran destreza con la magia y una fuerza superior a los humanos,
además de una mayor inteligencia y sensatez. Los elfos se han relacionado
siempre con la naturaleza y el aprecio que le tienen a ella. Y viven para
protegerla con ayuda de su magia de seres oscuros. Los elfos son de carácter
serio, aunque amable. Son responsables, leales y honrados, ante todo. Como
muchos de los seres fantásticos, los elfos piensan que los humanos son una raza
inferior, debido a su falta de inteligencia.
Se cuenta que la raza élfica ha
precedido a la Humanidad en un gran número de milenios. Viven
en sociedades análogas a las humanas, con reyes a quienes están sometidos. Aman
el juego, la danza y el canto. A menudo pasan la noche entera en rondas
infatigables que solo interrumpe el canto del gallo, pues temen la luz del día
y la mirada de los humanos. El que, de noche, en una llanura solitaria, se deja
fascinar por la belleza de sus hijas y acepta entrar en su ronda, está perdido.
Pero lo más frecuente es que sus danzas no tengan testigos; por la mañana se
nota solamente en la hierba húmeda el rastro de sus pasos.
En alta fantasía,
generalmente los elfos no son hostiles a los humanos, ya que los consideran
inferiores y de poca importancia. A menudo desprecian a la especie humana como
inferior y bárbara, del mismo modo que algunos miran a los animales de compañía
y otros animales; el caso más extremo de eso podemos encontrarlo en los elfos
de Pratchett, donde se trata de seres sin ningún tipo de empatía ni remordimientos,
que tratan a los humanos y a todo en general, hasta a ellos mismos como fuente
de entretenimiento, sin darle demasiada importancia al tipo de entretenimiento
que proporcionen. También hay elfos oscuros svartalfer en la mitología nórdica, los cuales son retorcidos y
malignos. Los elfos son enemigos de los orcos y goblins,
y suelen estar permanentemente peleados con los enanos.
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