El ESTIÉRCOL es el nombre con el que se denomina a
los excrementos de animales que se utilizan para fertilizar los cultivos. En ocasiones el estiércol está
constituido por más de un desecho orgánico, como por ejemplo excrementos
de animales y restos de las camas, como sucede con la paja. El lugar donde se
vierte o deposita el estiércol es el estercolero.
En agricultura se emplean principalmente los desechos
de oveja, de ganado vacuno, de caballo, de gallina, gallinaza.
Antaño, también el de paloma, palomina. Actualmente se usa también el de murciélago. El
estiércol de cerdo proveniente de granjas o de bovino proveniente de lecherías
tiene consistencia líquida y se denomina purín.
Con los abonos sintéticos, los
estiércoles dejaron de emplearse bastante en la agricultura convencional,
aunque ahora la agricultura ecológica los recupera por su valor ya que no
solo proporcionan nutrientes al suelo sino que aportan materia orgánica y
favorecen la presencia de microorganismos del suelo, responsables de la
fertilidad de la tierra. El estiércol es la base del compost o también llamado mantillo en la agricultura ecológica.
Este
estiércol es el más importante y el que se produce en mayor cantidad en las
explotaciones rurales. Conviene a todas las plantas y a todos los suelos, da
consistencia a la tierra arenosa y móvil, ligereza al terreno gredoso y
refresca los suelos cálidos, calizos y margosos. De todos los estiércoles es el
que obra más largo tiempo y con más uniformidad. La duración de su fuerza
depende principalmente del género de alimento dado al ganado que lo produce. El
mejor estiércol es el que es suministrado por las bestias del cebadero que
reciben en general un buen alimento. Los animales flacos, por el contrario, no
producen sino un estiércol pobre y de poco valor.
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