viernes, 15 de enero de 2016

ESPERANTO



El ESPERANTO es una lengua auxiliar cuya base fue creada por el oftalmólogo polaco L. L. Zamenhof en 1876 como resultado de una década de trabajo, con la esperanza de que se convirtiera en la lengua auxiliar internacional. Según las estadísticas, esta es la lengua construida más hablada del mundo hoy en día.
El primer libro donde se describían las características del idioma, con el título La lingvo internacia en español, La lengua internacional –ahora conocido como Unua Libro– fue publicado en 1876 en ruso por Zamenhof bajo el seudónimo Doktoro Esperanto 'Dr. Esperanzado'; esta última palabra muy pronto se convirtió en el nombre del idioma en sí.
En la actualidad se estima que cuenta con entre 100 000 y 2 000 000 de hablantes esta última cifra es una estimación basada en un estudio realizado por el profesor Sidney S. Culbert, de la Universidad de Washington en Seattle, un conocido esperantista. La gran horquilla se debe sobre todo a las diferentes formas de valorar el conocimiento de una lengua aprendida básicamente como segundo idioma.
Se estima que existen entre 1000 y 10 000 hablantes nativos de esperanto, que habrían aprendido esta lengua en el entorno familiar. Ningún país ha adoptado el esperanto como lengua oficial.
El vocabulario se extrajo de muchos idiomas, aunque adaptado a las reglas del propio idioma terminaciones, pronunciación.
Gran parte del vocabulario del esperanto procede del latín, directamente o por medio de las lenguas romances principalmente el francés y el italiano, y en menor medida de lenguas germánicas alemán e inglés, eslavas ruso y polaco, y del antiguo griego y en ocasiones el hebreo. Algunas palabras nuevas tienen su origen en idiomas no indoeuropeos, como el japonés, por ser consideradas internacionales.
Para cumplir con la regla «una letra, un sonido» el esperanto se escribe con una versión modificada del alfabeto latino, que incluye seis letras con un diacrítico: ĉ, ĝ, ĥ, ĵ, ŝ y ŭ; es decir, c, g, h, j, s circunflejo, y u breve. El alfabeto no incluye las letras q, w, x, y, que solo aparecen en nombres propios extranjeros no asimilados.
El esperanto está destinado para servir como idioma auxiliar internacional, como segunda lengua de comunicación después del idioma natal. La mayor parte de su vocabulario está formado por raíces de lenguas modernas de origen indoeuropeo y también del latín y el griego clásicos. La gramática del esperanto se basa en 16 reglas gramaticales sin excepciones y su alfabeto es fonético a cada sonido corresponde una sola letra y viceversa. Posee una estructura muy regular las mismas terminaciones de palabras para las mismas partes del discurso por ejemplo, -o para sustantivos y -a para adjetivos. Su carácter aglutinante permite construir de forma sistemática palabras combinando raíces, prefijos y sufijos. Esto implica que, a partir de un número relativamente pequeño de raíces, se pueden expresar todos los conceptos posibles, lo que acelera el aprendizaje debido al reducido vocabulario para memorizar. Los esperantistas afirman que, al evitar los complicados giros idiomáticos de las lenguas naturales, el esperanto resulta sencillo de aprender. Por lo demás, consideran que esta lengua funciona como cualquier otra.
Las características y las intenciones del esperanto provocaron una propagación relativamente elevada en sus comienzos, pero a finales de los años 1930 sufrió una dura frenada debido a las guerras y las represiones políticas. Es difícil decir cuántos hablantes de esperanto hay en la actualidad. La mayoría de las fuentes hacen referencia a dos millones de hablantes en todo el mundo. Esta cifra puede ser mayor si se considera que cada año hay cientos de nuevos títulos tanto traducidos como originales que se publican en esperanto, así como música e incluso películas. También hay un gran número de periódicos, revistas y emisoras de radio que transmiten en esperanto.
Muchos esperantistas viajan a convenciones para encontrarse con sus viejos amigos y hacer nuevas amistades, tener corresponsales en diferentes partes del mundo, y de vez en cuando están dispuestos a proveer alojamiento a esperantistas viajeros por algunos días.
Este idioma se ha hecho popular en Internet, en donde una búsqueda de la palabra «esperanto» arroja un resultado de más de 153 millones de páginas. Existen cientos de foros de discusión y miles de direcciones de correo electrónico de esperantófonos de 95 países. Así, también hay cientos de organizaciones especializadas o de temática general que usan este idioma como lengua de trabajo. El esperanto es el más exitoso de todos los idiomas planificados hasta el día de hoy. A fines de 2014, la Universal Esperanto-Asocio Asociación Universal de Esperanto tenía miembros en 120 países del mundo, y el Universal Kongreso Congreso Universal de Esperanto usualmente reúne de dos mil a cuatro mil esperantistas cada año.
El esperanto fue desarrollado a finales de la década de 1870 y a principios de la década de 1880 por el oftalmólogo polaco Dr. Luis Lázaro Zamenhof. Después de diez años de trabajo —lapso que Zamenhof pasó traduciendo literatura al idioma, así como escribiendo prosa y versos originales—, la primera gramática del esperanto fue publicada en Varsovia en julio de 1887. La cifra de hablantes creció rápidamente durante las décadas siguientes, en un principio en el Imperio ruso y la Europa central y oriental, luego en la Europa occidental, América, China y Japón. En los primeros años del movimiento, los esperantistas mantenían sólo contacto por correspondencia, hasta que se realizó el primer Congreso Universal de Esperanto en la ciudad francesa de Boulogne-sur-Mer en 1905. Desde entonces, los congresos mundiales se han organizado en los cinco continentes año tras año excepto durante las dos Guerras Mundiales.
El número de hablantes creció rápidamente en las primeras décadas, sobre todo en Europa, luego en América, China y Japón. Muchos de los primeros hablantes llegaban desde otro idioma planificado, el volapük, que el mismo Zamenhof había aprendido.
En 1888, el periodista Leopold Einstein fundó en Núremberg Alemania el primer grupo de esperanto; un año después, en 1889, el mismo Einstein fundó la primera gaceta en esperanto: La Esperantisto. En ella publicaron sus escritos autores como Zamenhof, Antoni Grabowski, Solovjev, Devjatin o León Tolstoi. Tras la colaboración de Tolstoi, que fue uno de los mayores defensores del esperanto, la censura zarista prohibió la entrada de ejemplares de la revista al Imperio ruso.
El movimiento esperantista creció de manera firme y atrajo personas de todas las clases sociales y de todas las ideologías, aunque, quizás, con una proporción algo mayor de miembros de lo que se podría llamar la pequeña burguesía avanzada. Pronto echó raíces en Francia, especialmente en la ciudad de Céret y posteriormente en España, particularmente en la ciudad de Valencia.
En 1898, el ex presidente de la Primera República Española, Francisco Pi y Margall, dio a conocer el esperanto en Madrid mediante un artículo de prensa publicado en el diario republicano El nuevo régimen. Después de la fundación de los primeros círculos esperantistas, de los cursos de esperanto y del contacto con grupos similares en otros países, el movimiento esperantista de España se sintió con fuerzas para crear la primera agrupación de ámbito estatal con el objetivo de difundir el idioma internacional. La Sociedad Española para la Propaganda del Esperanto se fundó en 1903. Ese mismo año se creó la Asociación Valenciana de Esperanto.
Barcelona se constituyó pronto en centro esperantista mediante la labor del escritor Frederic Pujulà, considerado el introductor y máximo difusor del esperanto en Cataluña, que hizo una gran difusión desde la revista modernista Juventud, con colaboraciones en La Voz de Cataluña y con la publicación de un gran número de obras didácticas, como gramáticas, cursos y vocabularios.
En los primeros años del movimiento, los esperantistas sólo mantuvieron contacto por medio de correspondencia. En 1905, sin embargo, tuvo lugar en la ciudad francesa de Boulogne-sur-Mer el I Congreso Mundial de Esperanto, con 688 participantes procedentes de treinta países y que consolidó los fundamentos de la comunidad esperantista. En este congreso se aceptó la Declaración de Boulogne, un documento constitucional básico en el que se definen las causas y objetivos del movimiento esperantista y donde se fijó oficialmente el Fundamento de Esperanto como reglamento esencial e inalterable de la lengua. Desde entonces, cada año, excepto en períodos de guerra, se han celebrado congresos internacionales en los cinco continentes, aparte de muchos otros encuentros y actividades.
En 1908 se originó una grave crisis dentro del movimiento esperantista que amenazaba con destruir la lengua: el cisma del ido. Este cisma lo provocó un grupo de esperantistas «reformistas», con Louis Couturat al frente, los cuales presentaron un nuevo proyecto de lengua considerado por ellos un esperanto reformado, y que a su vez dejaban abierta la puerta a nuevas reformas. La presión que ejercieron los idistas, sin embargo, condujeron a Zamenhof a proponer varias reformas para el esperanto a los lectores de La Esperantisto, como eliminar los signos diacríticos, suprimir el acusativo, etc. El 60 % de los abonados a la revista rechazaron las reformas, ya que comprendían que éstas destruirían la confianza de los hablantes en la estabilidad de la lengua que habían aprendido y empezado a usar. Los idistas obstaculizaron el progreso del esperanto durante dos décadas. A pesar de ello, sin embargo, se vio un avance notable del movimiento esperantista a nivel internacional.
En 1909 se celebró en Barcelona el V Congreso Universal de Esperanto,6 que supuso la llegada a esta ciudad (y en la ciudad de Valencia, donde también se llevaron a cabo algunas actividades) de varios miles de personas venidas de numerosos países, no sólo europeos, y representó el impulso principal al movimiento esperantista. Durante la celebración se fundó la Unión Esperantista Católica Internacional. Frederic Pujulà presidió el Congreso y fue presidente de honor el rey español Alfonso XIII, que nombró a Zamenhof Comendador de la Orden de Isabel la Católica. El mismo año, en Cheste (Hoya de Buñol), un vecino de la villa, Francisco Máñez, introdujo el esperanto y consiguió que se expandiera. Cheste se convirtió así en uno de los lugares del mundo con los índices más altos de población que habla o entiende el esperanto.


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