Los TRACIOS o tracianos eran un pueblo indoeuropeo cuyos miembros compartían un conjunto
de creencias, un modo de vida y hablaban la misma lengua con variaciones y
dialectos. Su civilización, aún mal conocida, se desarrolló desde el III milenio
a. C. hasta el siglo
III a. C. Su
cultura, oral, hecha de leyendas y de mitos se diferencia de la de otros
pueblos de esta época por la creencia en la inmortalidad el "orfismo tracio" relatado por Heródoto.
Los tracios se extendieron a lo largo
de la historia por las siguientes regiones: Rumania, Moldavia, Bulgaria,
noreste de Grecia, Yugoslavia, Turquía, Austria, Hungría, Alemania, Chequia, Eslovaquia,
Polonia, Ucrania,
el Volga inferior y Tayikistán.
Vivían en un área muy extensa que
comprendía la parte oriental de la península balcánica más o menos hasta el valle del Morava,
las regiones contiguas al norte del Danubio entre los montes Cárpatos y el río Dniéster,
y algunas estribaciones en Asia Menor.
El territorio se extendía de un lado a otro de los Balcanes, y a la región de los getas al norte del Danubio hasta más allá del río Bug.
Las tribus del sur, vecinas de los
griegos, determinaron que, más tarde, con el nombre de Tracia fuera llamada la
región actualmente dividida entre Grecia, Bulgaria y Turquía. Otros nombres de
antiguas regiones habitadas por los tracios eran: Moesia, Dacia, Escitia Menor, Bitinia, Misia, Panonia,
y otras.
Tracio en un sentido étnico se refiere
a varios pueblos antiguos que hablaban tracio de la rama de familia de lenguas indoeuropeas.
Hay quien sostiene la autoctonía de los tracios y quien los considera llegados
en oleadas sucesivas del norte durante la Edad del
Bronce. En algunos nombres de poblaciones y en la mitología griega
ha quedado el recuerdo preciso de cambios étnicos verificados en el sureste
europeo y en las regiones adyacentes del Asia Anterior, donde el paso era
facilitado por los estrechos.
En la Ilíada,
los troyanos son llamados dárdanos, nombre de una tribu tracia que había
ocupado el norte de Macedonia. Los tracios aparecen participando en
la guerra de
Troya.
Se pensaba que el nombre de la región micro
asiática de Misia derivaba del de los tracios misios.
También eran de etnia tracia los bitinios establecidos en las costas asiáticas
del mar Negro
Ponto Euxino y del mar de
Mármara, donde dieron nombre a la Bitinia.
Respecto a las estructuras sociales,
las costumbres y la vida espiritual de la Tracia primitiva, sólo nos podemos
basar en algunos mitos griegos que podrían reflejar una concreta realidad
histórica: la función sacerdotal que oficiaba el rey y el que fuera depositario
y garante de los ritos ocultos transmitidos de padre a hijo. Se ha sugerido que
los prototracios, desde la edad del bronce, desarrollaron durante siglos en los Balcanes una
mezcla de la cultura de los inmigrantes indoeuropeos y los indígenas neolíticos.
Para el periodo comprendido entre
finales del 2000 a. C. y el siglo
VI a. C., nuestra principal fuente son las tumbas, de dolmen cubierto con un amasijo de piedras o
con un túmulo de tierra. Esta última forma siguió usándose hasta época romana. Heródoto,
que fue el primero en describir las costumbres de los tracios, ha detallado el
rito funerario, mencionando la creencia en la vida ultraterrena, impropia de
los griegos de la época clásica.
La civilización tracia evolucionó
rápidamente debido a la expansión colonial griega y al avance persa en el sureste
europeo. Respecto a las colonias helénicas del Mar Negro y de sus relaciones
con los tracios, las más importantes de la costa búlgara son las milesias de
Apolonia y Odeso, y la megarense de Mesembria,
todas fundadas en el siglo
VI a. C.
Contemporáneamente, el rey persa Darío cruzó el Bósforo con un enorme ejército y atravesó las
tierras de los tracios para atacar por la espalda a los escitas de la actual Ucrania.
Su hijo y sucesor Jerjes,
sometió a todas las tribus tracias hasta las montañas Ródope. Convertida en provincia del
gran Imperio
aqueménida, Tracia fue gobernada por sátrapas que llevaban una vida fastuosa, en
residencias principescas bien amuralladas. La aristocracia de los tracios imitó
sus costumbres y así se intensificaron las relaciones con las ciudades griegas
de la región, donde se produjeron objetos suntuarios para el mercado tracio.
Según Heródoto, en el siglo
V a. C., la presencia tracia era tan amenazadora, que los
considera el segundo pueblo más numeroso y ramificado del mundo conocido, detrás
de los indios, y que solo por su individualismo
tribal no lograban unificarse en una gran potencia.
Razonamiento desmentido por la
formación del reino de los odrisios, una tribu de los montes Ródope orientales,
surgida después de que los persas derrotados abandonaran definitivamente
Tracia. El reino odrisio tuvo una larga vida (formalmente hasta la constitución
de la provincia romana), pero ya a finales del siglo V a. C. estaba
dividido en dos partes y luego fue reduciéndose cada vez más.
Tracia, en el siglo
IV a. C., se vio involucrada en la política expansionista
de los soberanos macedonios: Filipo II anexionó primero el reino limítrofe de
los tracios sapeos,
luego el de los odrisios orientales y por último las ciudades griegas de la
costa.
Nacen como colonias macedonias las
ciudades de Plovdiv
fundada con el nombre de Filípopolis y a la que los tracios llamaron Pulpudeva
y de Stara Zagora Beroe Otros colonos
macedonios se establecen en los asentamientos odrisios de Kabyley Drongilon.
Tracia se convirtió en una provincia
macedonia que Alejandro
Magno amplió llevando
el confín al Danubio,
aunque reconoció la autoridad local de los reyes rendidos.
Tras la muerte de Alejandro, Tracia se
disgregó entre las tendencias separatistas de los diádocos y la resistencia de los distintos
pueblos sometidos.
El gobernador Lísimaco asumió
el título de rey en el 305 a. C.,
pero comprometido en los conflictos entre diádocos, no logró doblegar a los
tracios, con los cuales estuvo en continua lucha.
En el 278, tres años después de
morir Lisímaco, los celtas se dirigieron hacia los Balcanes y,
tras la derrota de Delfos,
giraron hacia Tracia, donde fundaron el reino de Tule, de ubicación incierta,
en el Maritsa o en los montes Strandja. Aniquilan a
la aristocracia indígena y su dominación dura hasta el 216 a. C.
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