EPÍCLESIS es el nombre que recibe en la
celebración de la misa la parte que se dedica a la invocación
del Espíritu Santo. Deriva del término griego epíklesis, en la Grecia Antigua
designaba la invocación de un ser divino, por ejemplo, la sumamente tradicional
invocación de las musas por parte de los poetas.
Como no es posible ninguna liturgia
sin la presencia del Espíritu Santo, la epíclesis es una dimensión fundamental
de toda celebración litúrgica. Y puesto que el Espíritu Santo está presente y
actúa en la vida de la Iglesia,
su presencia y su acción se requiere para la vida de los miembros del Cuerpo de
Cristo, especialmente, en la acción litúrgico-sacramental.
En todo sacramento o acción litúrgica,
en cuanto acontecimientos de culto de la nueva economía de salvación “en
espíritu y en verdad", siempre está presente el Espíritu Santo actuando en
plenitud: siempre tiene lugar la introducción del Espíritu Santo por medio de su
presencia invocada epíclesis.
En la eucaristía se invoca al Espíritu
para que queden consagrados los dones ofrecidos, el pan y el vino, para que se
conviertan en el cuerpo y la sangre de Cristo. Y para que la comunión, ayude a
la salvación de los que participan de ella y actúe sobre la comunidad eclesial
celebrante, se invoca por segunda vez al Espíritu.
La celebración es el lugar por
excelencia en el que se invoca y se da al Espíritu Santo. En la bendición del agua
bautismal. En el sacramento de la penitencia el ministro pide a Dios, "Padre de misericordia que... derramó el Espíritu
Santo para remisión de
los pecados", que conceda al penitente el perdón y la paz. En la
unción de los enfermos, cuando hay que bendecir el óleo, se pide a Dios, Padre
de todo consuelo, que envíe desde el cielo al "Espíritu Santo
Paráclito".
Pero es sobre todo en los ritos de
ordenación donde se pone de relieve la acción del Espíritu en las epíclesis
consecratorias, Sobre el obispo,
el presbítero y el diácono.
Por lo demás, no puede haber acción
consecratoria sin la invocación del Espíritu Santo, asociada al gesto
apostólico de la imposición de manos.
Toda auténtica acción litúrgica es
epíclesis del Espíritu, sacramento del Espíritu.
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