El EMÚ es un ave no voladora, y es, después
del avestruz,
la segunda en tamaño. Es nativa de Australia y el único miembro viviente del género Dromaius.
Antes se la clasificaba dentro de la familia Casuariidae, pero ahora se la considera miembro de
una familia independiente Dromaiidae.
Estas aves de un color
castaño claro, alcanzan los 2 metros de altura y pesan unos 45 kilogramos. El
emú común se distribuye geográficamente por el continente Australiano,
evitando áreas densamente pobladas, bosques densos y áreas áridas. Los emúes
pueden recorrer grandes distancias al trote, y si es necesario corriendo a toda
velocidad, alcanzando los 50 kilómetros por hora durante varios kilómetros. Son nómadas, y pueden viajar grandes
distancias para encontrar comida, la cual se compone de plantas e insectos (omnívoros).
La subespecie de emú de Tasmania se extinguió con la llegada de los
europeos en 1788; la distribución de la subespecie que ocupa el continente
(Australia), también ha sido afectada negativamente en su población por las
actividades humanas. Actualmente no es común en la costa oriental, donde sí lo
fue; por el contrario, el desarrollo de agricultura y la provisión de agua para
riego en el interior de Australia, ha aumentado su área de distribución
geográfica. El emú es criado para el aprovechamiento de su carne, aceite y cuero.
Dos
taxones de emú que eran comunes en Australia antes de la llegada de los europeos
se extinguieron al poco tiempo: el emú pequeño (Dromaius baudinianus) y el emú
negro (Dromaius novaehollandiae ater). El
emú común, aún es común en la actualidad. La población varía de década en
década, principalmente dependiendo de la lluvia; se estima que la población del
Emú es de 625 000 a 725 000 ejemplares, con 100 000 a
200 000 en Australia Occidental y el resto principalmente en Nueva Gales del Sur y Queensland.
El Dromaius novaehollandiae diemenensis,
es una subespecie conocida con el nombre común de emú de Tasmania, la cual se extinguió alrededor
de 1865.
Se introdujeron los emúes
en la Isla María y en la Isla Canguro cerca de Tasmania en el siglo XX y se han establecido
poblaciones de cría.
Los
emúes son aves no voladoras, del grupo Ratite,
grandes que alcanzan los dos metros de altura (de 1 a 1.3 metros al lomo) y
pesan entre 30 y 45 kilogramos. Tienen
alas rudimentarias pequeñas y un cuello largo y piernas fuertes.
Su habilidad para correr a
velocidades altas es debida a una musculatura de los miembros pelvianos favorablemente especializada. Sus pies
tienen sólo tres dedos y un número similarmente reducido de huesos y el pie
asociado con los músculos; son las únicas aves con los músculos del gastrocnemius en la parte de atrás, baja de las
piernas. Los músculos del miembro pelviano del emú tiene una contribución
similar para sumar la masa del cuerpo como los músculos del vuelo.
Los emúes tienen el plumaje color castaño a gris bronceado de
apariencia lanuda; las puntas de las plumas son negras. La radiación solar es
absorbida por las puntas, y el plumaje interno suelto o condensado aísla la
piel. Al calor resultante que fluye a la piel por el aislamiento, permitiendo al ave ser activo durante
el calor del día. Un único rasgo de la pluma del emú es su raquis doble que surge de un solo tronco. Los
sexos son similares en apariencia.
En los días muy calientes,
los emúes jadean para mantener la temperatura del cuerpo, sus pulmones trabajan
como refrigeradores de evaporación y, al contrario de algunas otras especies,
los niveles bajos resultantes de dióxido de carbono en la sangre no parecen
causar alkalosis. Para respirar normalmente en tiempo de
refrigeración, tienen grandes y múltiples pasajes nasales. El aire fresco se
calienta como el que atraviesa los pulmones, extrayendo el calor de la región
nasal. En la exhalación, los turbinetes nasales fríos del emú condensan la
humedad hacia afuera y lo absorben para respirar.
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