El PUEBLO
TZOTZIL habita en el centro y
centro norte del estado de Chiapas,
en el sureste mexicano. Forma parte de la familia
mayense junto con
otras etnias en los estados de Tabasco, Yucatán, Campeche, Quintana Roo, San Luis
Potosí etnia tenek y en los países centroamericanos de Guatemala, Belice y Honduras.
Se puede ubicar con cierta precisión
en los municipios de Amatán, El Bosque, Huitiupán, Simojovel, Chalchihuitán, Pantelhó, Soyalhó, Bochil, Chenalhó,
San Andrés Larráinzar, Chamula, Zinacantán, Ixtapa, Acala, Huixtán, San Lucas y San Cristóbal de las Casas.
La etnia tzotzil no es homogénea, ya
que puede percibirse una primera gran división dada su extensión geográfica: la
región tzotzil de los Altos de Chiapas, con clima frío y geografía montañosa; y
la región tzotzil de la zona baja, con clima tropical y geografía menos
accidentada.
Hay una fuerte correlación entre la
capacidad para hablar idioma
tzotzil y la
pertenencia a esta etnia. Sin embargo, esta lengua se ve en muchas zonas
amenazada ante la influencia de la lengua nacional, que es el español, en tanto
que la cultura propia de la etnia puede estar o no en la misma situación.
El atlas etnográfico de los Pueblos
Indígenas de Chiapas, publicado 2008, indica que la zona altos de Chiapas es
donde se localiza el mayor porcentaje de los tzotziles. Siendo la Ciudad de San
Cristóbal de las Casas su centro político, comercial y administrativo. El
pueblo tzotzil es uno de los diez grupos originarios de Chiapas, y se
autodenominan bats iviniketik ‘hombres verdaderos’.
En la antigüedad se hablaba de tres
grandes señoríos que dominaban la región y combatían entre sí: el de
Sinacantán, el de Pontewits cerca del actual San Andrés Larráinzar y el de
Huitiupán.
En diciembre de 1522, Cuzcácuatl,
señor de los zinacantecos, viajó hasta la Villa del Espíritu Santo hoy
Coatzacoalcos para ofrecerse a los españoles como aliado. La primera expedición
española al área tzotzil tuvo lugar hacia la Pascua de 1524 y fue encabezada
por Luis Marín, quien contó con la ayuda de los zinacantecos para someter a los
demás señoríos indígenas. Aunque algunos de los líderes chamulas habían también
bajado a entrevistarse con los españoles en Chiapan, cuando éstos llegaron a
sus tierras la población presentó gran resistencia. Al ser derrotados, los
chamulas lograron huir sin dejar nada que los invasores pudiesen aprovechar.
Los conquistadores prosiguieron hasta Huixtán, cuyos habitantes también
escaparon. Los españoles decidieron no continuar su avance, y al resultarles
imposible imponer servicios y tributación a los indígenas ya conquistados,
optaron por regresar, en mayo del mismo año, hacia la costa del Golfo. Tras su
retirada, los tzotziles volvieron a sus formas de vida y actividades
tradicionales. Dos años más tarde, las autoridades españolas empezarían a
otorgar títulos de encomienda sobre dichos pueblos, en favor de los
conquistadores que habitaban en la Villa del Espíritu Santo. Así, Zinacantán y
Chamula quedaron en manos de Francisco de Marmolejo y de Bernal Díaz,
respectivamente. Los encomenderos hacían incursiones esporádicas a los Altos
para obligar a los indígenas a pagarles con comida y textiles.
Pedro de Alvarado inició en 1525,
desde Guatemala, una expedición que buscaba ocupar definitivamente toda la
región. No obstante, su avance se limitó a lo que hoy es el extremo occidental
de Guatemala, zona ocupada por indígenas hablantes de lengua mam. A principios
de 1528, don Pedro Porto carrero, con otro grupo de españoles, avanzó hacia los
Altos siguiendo la misma ruta, y tras fundar la villa de San Cristóbal de los
Llanos Comitán inició la conquista de los pueblos indígenas aledaños,
mayoritariamente tzeltales y tojolabales, llegando hasta el señorío tzotzil de
Huixtán. Se detuvo allí, respetando las zonas pobladas por tzotziles ya
encomendadas a los vecinos de Coatzacoalcos. A los pocos meses de la entrada de
Porto carrero, proveniente del centro de México llegó a Chiapas otro grupo de
conquistadores encabezado por Diego de Mazariegos. Antes de alcanzar la región
de los Altos, en el pueblo zoque de Xiquipilas, dicho capitán ratificaría la
alianza entre españoles y zinacantecos. Esta vez no encontraría resistencia por
parte de los indígenas. Mazariegos decidió imponer un control más directo sobre
los conquistados, cuyo número para entonces había disminuido notablemente
debido a las epidemias y hambrunas, y aplicó la política de reducción de
pueblos, concentrándolos en poblaciones compactas. Muchos grupos tzotziles
fueron reubicados de esta manera; ejemplo de ello es el caso de San Andrés
Larráinzar, cuyos fundadores provenían del valle de Huitiupán. Como la
edificación y abastecimiento de la Villa Real requería mucho trabajo,
Mazariegos decidió que no convenía que los pueblos de la región tributaran a
los españoles residentes en otra zona, y reasignó dichos pueblos en encomienda
a sus soldados. Zinacantán, por ejemplo, fue otorgado a su hermano Pedro de
Estrada. Desde mediados de 1531, la Corona española ordenó la formación de una
nueva provincia con capital en Ciudad Real, que abarcaba, a partir de los
límites de la provincia de Chiapan, los territorios habitados por zoques,
tzotziles, tzeltales y tojolabales de Chiapas. Esta nueva entidad
político-administrativa quedaría sujeta a la autoridad de la Capitanía General
de Guatemala, gobernada entonces por Pedro de Alvarado.
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