La PSORIASIS
es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que produce lesiones escamosas
engrosadas e inflamadas, con una amplia variabilidad clínica y evolutiva. No es
contagiosa, aunque sí puede ser hereditaria, es más probable que la hereden los
hombres que las mujeres.
Puede afectar a cualquier parte de la
piel, frecuentemente a las zonas de codos, rodillas, cuero
cabelludo, abdomen y espalda. No es raro que produzca afectación de
las uñas. Esto se conoce como psoriasis ungueal. Las uñas pueden ser la única
zona afectada al principio de la psoriasis. En ocasiones produce complicaciones
como la artritis psoriásica.
La
clasificación más utilizada se organiza según los síntomas, los tipos de
lesiones cutáneas y la gravedad general del cuadro. Es la clasificación más
útil para la elección de su tratamiento y para el conocimiento del pronóstico
de la enfermedad en cada paciente. La clasificación está detallada en el
apartado de manifestaciones clínicas. En la antigüedad era falsamente
diagnosticada como lepra, debido a la similitud de sintomatología.
Se estima
que entre un 1 y un 3% de la población sufre de psoriasis. Si bien puede aparecer a cualquier
edad, suele hacerlo entre los 15 y los 35 años, con un pico máximo de
incidencia en la segunda década. Afecta por igual a ambos sexos, aunque es más
precoz en mujeres y en personas con antecedentes familiares. Por otro lado, no
existe relación entre psoriasis y cáncer de piel
La causa de la psoriasis es una
velocidad anormalmente alta de mitosis en las células epidérmicas que se
puede relacionar con una sustancia transportada en la sangre, un defecto en el
sistema inmune.
Se cree que no tiene una causa única,
sino multifactorial, en individuos con predisposición genética a
padecerla y que puede ser desencadenada o exacerbada por diversos factores
ambientales.
La herencia de esta enfermedad es
posiblemente poligénica. Se ha demostrado una importante agregación familiar, el aumento de concordancia en gemelos monocigotos y la asociación a determinados HLA.
En este sentido, se asocia la
predisposición a psoriasis con los antígenos HLA-CW6, y HLA-DR7. Además, existe
correlación entre el tipo clínico de psoriasis y otros antígenos HLA. Por
ejemplo, el HLA-B17 se asocia a un inicio más precoz y un curso más grave, y el
HLA-B27 está relacionado con la forma pustulosa generalizada.
La herencia de esta enfermedad es
posiblemente poligénica. Se ha demostrado una importante agregación familiar, el aumento de concordancia en gemelos monocigotos y la asociación a determinados HLA.
En este sentido, se asocia la
predisposición a psoriasis con los antígenos HLA-CW6, y HLA-DR7. Además, existe
correlación entre el tipo clínico de psoriasis y otros antígenos HLA. Por
ejemplo, el HLA-B17 se asocia a un inicio más precoz y un curso más grave, y el
HLA-B27 está relacionado con la forma pustulosa generalizada.
La psoriasis es una patología de
evolución imprevisible, con periodos libres de enfermedad y agravamientos de
aparición y duración muy variables, pero en general su curso es crónico. Hasta
el 80% de los pacientes la padecen durante toda su vida, ya sea de forma
intermitente o continua.
Las formas eritrodérmicas y pustulosas
generalizada son las más graves, y potencialmente letales. La pustulosa
localizada puede ser muy incapacitante, por el modo en que afecta las manos. La
psoriasis ungueal suele ser muy rebelde al tratamiento, al contrario que la
psoriasis en gotas, que responde muy bien.
La psoriasis puede suponer también una
merma en la calidad de vida de las personas afectadas en cuanto a la afectación
psicológica, debido a la gran importancia que tiene hoy en día la imagen. Los
afectados por esta enfermedad, sobre todo en los casos graves, tienden a
aislarse socialmente debido al miedo al rechazo; en estos casos puede ser necesario
el tratamiento
psicológico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario