La HERÁLDICA es la ciencia del blasón: «blasón» se
define como el «arte de explicar y describir los escudos de armas de cada
linaje, ciudad o persona»). Es también un campo de expresión artística, un
elemento del derecho medieval y de las dinastías reales hasta nuestros días.
Más recientemente, ha sido admitida dentro de las ciencias anexas de la historia junto con la diplomática, la falerística,
la sigilografía y la vexilología.
Se desarrolló durante la Edad Media en toda Europa hasta convertirse en un código
coherente de identificación de personas, progresivamente incorporado por
estamentos de la sociedad feudal como la nobleza y la Iglesia Católica para la
identificación de linajes y miembros de la jerarquía, siendo igualmente adoptado
por otros colectivos humanos, como gremios y asociaciones, además de ser
adoptado para la identificación de ciudades, villas y territorios.
Siguiendo a Alberto Montaner Frutos, la heráldica es un sistema de comunicación que
forma parte del diasistema de la emblemática y está formado por signos
constituidos por armerías escudos de armas. Estas armerías están conformadas por
cuatro conjuntos de elementos repertorios paradigmáticos: el campo normalmente
limitado por la representación de un escudo, aunque no siempre, que solo
excepcionalmente posee valor distintivo; las particiones del campo, que
delimitan zonas en su interior; las señales, también denominadas muebles
figuras geométricas u objetos y los esmaltes, o colores heráldicos, que se dividen
en metales oro y plata y colores: gules, azur, sable, sinople y púrpura. A partir del siglo XIV aparece un cuarto
repertorio paradigmático, el de los ornamentos exteriores al campo, que pueden
situarse encima del escudo el timbre, que tiene como formas básicas la corona y
el yelmo, este último con o sin cimera, a sus lados, sosteniéndolo soportes o
tenantes, cuya distinción es irrelevante, rodeándolo collares, cintas,
cordones... o enmarcándolo como el caso de mantos y pabellones. Estos elementos
paradigmáticos se seleccionan para formar signos sintagmáticos según ciertos
principios, como la que prescribe que no se utilice en el campo y las señales
esmaltes del mismo grupo colores y metales, sino combinar metal y color.
Blasón es una palabra de
origen oscuro, puede ser que venga de alguna lengua franconia de la palabra blâsjan antorcha
encendida, gloria), o más probablemente del latín blasus significando ‘arma de guerra’. “Blasonar” significa describir las armerías siguiendo las reglas de
la ciencia heráldica. En un estricto sentido, el blasón es, entonces, un
enunciado que puede ser oral o escrito. Es la descripción de las armerías hecha
en un lenguaje técnico, el lenguaje heráldico. El blasonamiento es la acción
que consiste en describir las armerías y por tanto de enunciar el blasón que
representa. La ciencia del blasón es muy antigua, se funda menos de un siglo
después que se estableciera el uso de armerías en la Edad Media. En esgrima, los blasones amarillo, rojo, azul... son exámenes que
permiten probar un nivel de técnica adquirida, de arbitrar o de participar en
ciertas competencias. Algunos son distribuidos igualmente después de una
victoria. Se expresan en una pieza de tela cuyo color cambia siguiendo el nivel
en el codo o añadida al hombro desarmado.
Las armas son
emblemas pintados en un escudo que deben poder ser descritas en la lengua del
blasón, y que designan a alguien o a algo. Tienen el mismo rol que una marca,
logotipo o nombre propio: son la manera heráldica de identificar, representar o
evocar una persona, física o moral casa o familia, ciudad, corporación.... Las
armas son consideradas generalmente como la propiedad intelectual de esta
persona, que es el titular.
El escudo es
el elemento central y principal de las armerías, es el soporte privilegiado
sobre el que se representan las armas. Sin embargo, diversas armas pueden ser
representadas en un mismo escudo, sin necesariamente representar a una sola
persona: puede ser la unión de dos armas representando un matrimonio o la
superposición de numerosas armas. Un escudo representa entonces unas armas o
una alianza de armas. En todos los casos, el escudo delimita gráficamente el
sujeto del que habla la composición y es suficiente para identificar las armas
o una alianza.
Las armerías siempre
en plural son aquellas que están representadas gráficamente sobre un objeto
armado ejemplo: el escudo. Las armerías comprenden el conjunto de la panoplia formada
por el escudo, que designa al sujeto, y sus eventuales ornamentos exteriores soporte,
corona, collar de orden..., que dicen algo sobre el sujeto. Algunos ornamentos
exteriores (cimeras, tenantes) forman parte de las armas y están asociadas
sistemáticamente), algunos son arbitrarios o fantásticos lambrequines,
símbolos alegóricos o votivos, pero la mayor parte son la representación
heráldica de títulos, de cargos o de dignidades: son atribuidos oficialmente y
pueden variar según el estado del titular en un momento dado.
Blasonar significa describir las
armerías. El blasón es
el resultado de hacerlo: es la descripción en términos heráldicos de todo lo
que es significativo en las armerías, y más específicamente en el escudo. La
correspondencia entre un blasón y su representación es el eje de la heráldica:
la descripción de un blasón debe permitir representar correctamente las
armerías y la lectura correcta de las armerías debe conducir a un blasón que
rinda cuentas sobre sus rasgos significativos. Dos representaciones o armerías
son equivalentes si responden al mismo blasón, son por tanto las mismas armas,
aunque puede haber muchas maneras equivalentes de blasonar las armas.
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