martes, 24 de febrero de 2015

APÓCOPE



En gramática, una APÓCOPE es un metaplasmo donde se produce la pérdida o desaparición de uno o varios fonemas o sílabas al final de algunas palabras. Cuando la pérdida se produce al principio de la palabra se denomina aféresis, y si la pérdida tiene lugar en medio de la palabra se llama síncopa. Es una figura de dicción según la preceptiva tradicional.
En español moderno existen unos pocos adjetivos que presentan apócope ante un sustantivo masculino singular cuando se anteponen al nombre.
Bueno → buen: "buen día"
Malo → mal: "mal augurio"
Grande → gran: "gran elefante"
Santo → san: "San Antonino"

Nótese que cuando siguen al nombre en lugar de precederlo, se usan formas sin apócope. "un día bueno".

Mucho, muy. Esto sucede cuando precede a un adjetivo o a un adverbio, pero no ante más, menos, mejor peor: "muy bajo, muy temprano".

Tanto → tan y cuanto → cuán. Los dos pierden la sílaba final ante adjetivos o adverbios: "tan bonito, cuán cercano", pero no ante una forma verbal, aunque en el lenguaje coloquial se haga a veces: "tan es así, tan era cierto". Las formas correctas son: "tanto es así, tanto era cierto".

Reciente → recién

Ciento → cien. Ciento se apocopa ante un sustantivo (aunque éste vaya precedido de un adjetivo): "Los cien estupendos libros", "Las cien mejores poesías". Se apocopa también cuando es multiplicador de mil: "Los Cien Mil Hijos de San Luis".

Uno → un. Se apocopa ante nombres masculinos: "Un artículo". También los cardinales compuestos de uno: "veintiún soldados".

Primero → primer. Se apocopa delante de un sustantivo masculino singular: "Su primer libro no era tan bueno", "Su primer y único novio". Según la Real Academia Española, la apócope ante sustantivos femeninos es un arcaísmo que debe evitarse en el habla culta actual.

Tercero → tercer. Su uso es igual al de primer.

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