Una CAMA es un mueble que se utiliza para
dormir, aunque también suele usarse para otras actividades: leer, sentarse,
descansar, saltar, tener relaciones sexuales, comer, jugar, sobre todo los
niños, reposar en períodos de enfermedad, ver la televisión, etc.
Las camas se presentan en un amplio
abanico de formas y tamaños. Las primeras eran poco más que pilas de paja o
algún otro material natural que se extendían por la noche sobre el suelo y se
recogían durante el día. Un avance importante constituyó el elevarlas para
evitar inundaciones, suciedades, infecciones o mordeduras de serpiente.
La cama, que tiene forma propia desde
las antiguas civilizaciones de Egipto y Asiria,
consiste en un bastidor rectangular alargado, de madera o de metal, sostenido
por pies elevados y terminado en un extremo o en ambos en un cabecero a modo de respaldo,
que suele adornarse con figuras.
Según algunos historiadores, los griegos fueron los primeros que colocaron una
especie de cabecero, más o menos elevado, sobre el armazón de la cama
constituida por cuatro palos ensamblados, los cuales componían los montajes que
sostenían la cama propiamente dicha.
Los persas,
antes que los griegos,
tenían sus camas con baldaquinos y la cubrían con muchos tapices. Los
baldaquinos los adornaban con bordados, metales preciosos (oro y plata), marfil y perlas.
Los Romanos también tenían unas camas semejantes
y, a medida que el Imperio se fue agrandando y enriqueciendo con sus
conquistas, se fueron haciendo de maderas finas, como el ébano, cedro, etc., así como el bronce,
variando también la clase de sus colchones,
los cuales en un principio consistían en un sencillo saco de paja, pero que después se
rellenaron de lana de Mileto y, posteriormente, de finísimas
plumas.
En la Europa
occidental, después de Jesucristo y hasta finales del siglo XII, aunque
la cama debió de ser considerada como un mueble de gran importancia,
desapareció en gran parte este lujo. Los príncipes tenían oficiales a su servicio que
tenían el encargo de cuidar de su lecho. Las dimensiones de la cama llegaron a
ser tan grandes que alguno de estos príncipes hacían que un criado golpease con un
palo los colchones para persuadirse de que en ellos no se ocultara ninguna
persona.
En la época de Carlomagno,
como prueba de deferencia y distinción se compartía la cama con el compañero de armas o con el huésped a quien se quería honrar, sin que la esposa del que prodigaba tal atención se
marchara a otro lecho. Por entonces llegó a ser costumbre que la mujer acostará
en su lecho a los perros.
Y hasta hubo camas en las que se llegó a acostar a toda la familia:
de aquí que sus dimensiones fueran tan descomunales.
En la época
medieval aún se
extendían tapices sobre el suelo o en algún banco adosado al muro, en los que
se colocaban almohadones de plumas, lana o de crin animal y se utilizaban, a modo de
cobertores, pieles de animales.
Las camas de los egipcios tenían sus
pies en forma de patas de animales figurando en su cabecero la cabeza de éstos.
Las de los griegos y romanos solían llevar pies torneados y rectos y unas y
otras se adornaban con incrustaciones preciosas. Durante los primeros siglos de
la Edad Media la cama tuvo una estructura muy sencilla en Occidente, siempre
rectangular y con pies rectos. Pero no faltaron ejemplares en que los pies eran
a modo de columnas torneadas y esculpidas y más altas que el lecho, terminando
por arriba en pomo. Llegado elsiglo XIII, volvió a ponerse en uso la
ornamentación de toda la cama con pinturas, relieves e incrustaciones y elevado cabecero, si se trataba de
camas señoriales, y así se mantuvo hasta nuestros días con las variantes
propias de los estilos de cada moda.
Con frecuencia, y muy especialmente en
los lugares fríos, se colocaba sobre la cama un pabellón o baldaquinoya
desde las civilizaciones remotas, como se manifiesta en los relieves asirios y como se han visto en algunos
ejemplares hallados en Egipto.
Este pabellón, con unas cortinas, servía para reducir el tamaño del habitáculo
consiguiendo que el calor corporal lo calentase con más facilidad que a toda la
habitación. Desde el siglo XV
dicho pabellón suele montarse en forma de lujosos doseles ya solos, ya apoyados
sobre columnillas que se alzan sobre los pies o ángulos de la cama.
Por el contrario, en lugares
especialmente cálidos, las camas eran de materiales buenos conductores del calor
para evitar sentirse rodeado de material aislante por la noche y disipar mejor
el calor del cuerpo. En Al-Ándalus,
pueden encontrarse lechos de la época califal, hechos de obra, con alicatado,
en los que se sacrificaba la blandura del colchón en favor de mayor comodidad
térmica.
El 7 de julio de 1946, el magnate Howard Hughes sufrió un gravísimo accidente en Los Ángeles
cuando efectuaba el primer vuelo de prueba experimental del avión espía XF-11. Sufrió lesiones
internas, múltiples fracturas, la clavícula, todas las costillas... y
quemaduras de tercer grado por todo el cuerpo que le dejarían secuelas el resto
de su vida. En el hospital, Hughes llamó a sus ingenieros para que le hicieran
una cama a medida. Siguiendo sus indicaciones técnicas, le pusieron un sistema
hidráulico manejado por 30 motores eléctricos, que le permitía ajustar la cama
pulsando varios botones, creando la moderna cama de hospital.
No hay comentarios:
Publicar un comentario