En los abuelos está representada la historia familiar, son fuente de
experiencia y de sabiduría para hijos y nietos. Por eso, resulta justo rendir
un reconocimiento especial a estos seres maravillosos en el día en que la
Iglesia Católica conmemora la festividad de San Joaquín y Santa Ana, padres de
la Virgen María y abuelos de Jesús.
“En el ritual del matrimonio se retoma una bendición de la Biblia y se
les dice a los esposos: `Que sean padres fecundos y de reconocida virtud, y
puedan ver a los hijos de sus hijos´. El ver a los `hijos de sus hijos´ forma
parte de ese horizonte de plenitud que tiene la vida del hombre. En sus nietos,
los abuelos ven la prolongación de la vida que ellos han engendrado. Hay una
continuidad que marca el sentido espiritual de la condición humana. Esto tiene
mucho que ver, además, con el sentido de la historia y la trasmisión de valores
que son propios de la cultura del hombre y la sociedad. Hay un pasado que se
hace presencia en la persona de los abuelos. La solidez de la raíz es garantía
para el futuro de los hijos; su compañía es, por ello, una riqueza”.
En los abuelos está la representación más pura del amor filial,
especialmente en el lazo que se forma con los nietos. Esta es una relación
dotada de reciprocidad; ambos se nutren del amor que expresan. Los nietos se
convierten en fuente de vida y les enseñan a los abuelos a ver con los ojos de
la alegría y la esperanza.
Al mismo tiempo, los nietos experimentan una vivencia única con sus
abuelos, es algo así como una amistad pero con alguien que le triplica en edad.
Amistad que es posible dadas las condiciones, puesto que no está de por medio
la labor educativa que sí pertenece a los padres, de esta manera queda el
camino libre para que los abuelos se den el lujo de consentir responsablemente.
Oración por los abuelos
Señor Jesús, tú naciste de la Virgen María, hija de San Joaquín y Santa
Ana.
Mira con amor a los abuelos de todo el mundo. ¡Protégelos! Son una
fuente de enriquecimiento para las familias, para la Iglesia y para toda la
sociedad.
¡Sostenlos! Que cuando envejezcan sigan siendo para sus familias pilares
fuertes de la fe evangélica, custodios de los nobles ideales, hogareños,
tesoros vivos de sólidas tradiciones religiosas.
Haz que sean maestros de sabiduría y valentía, que transmitan a las
generaciones futuras los frutos de su madura experiencia humana y espiritual.
Señor Jesús, ayuda a las familias y a la sociedad a valorar la presencia
y el papel de los abuelos. Que jamás sean ignorados o excluidos, sino que
siempre encuentren respeto y amor.
Ayúdales a vivir serenamente y a sentirse acogidos durante todos los
años de vida que les concedas.
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