Dios no te preguntará qué clase de coche manejas,
pero te preguntará a cuánta gente has llevado en tu auto, que no tuvo transporte.
Dios no te preguntará la longitud en metros cuadrados de tu casa, pero preguntará a cuántas gentes tu le has dado la bienvenida en tu casa.
Dios no te preguntará por la ropa extravagante que tuviste en tu armario, pero te preguntará cómo mucha de esas ropas ayudaron al necesitado regalándola.
Dios no te preguntará por tu posición social, pero te preguntará qué clase de posición social les demostraste a los demás.
Dios no te preguntará cuántas posesiones materiales tuviste pero te preguntará si ellas dictaron tu vida. Recuerda que yo te dije, "Regala lo que tienes, toma tu Cruz y sígueme"
Dios no te preguntará si tu salario era más alto, pero te preguntará si cediste en tu carácter para obtener ese salario.
Dios no te preguntará cuánto tiempo extraordinario has trabajado, pero preguntará si tu trabajaste tiempo extraordinario para tu familia y tus seres amados.
Dios no te preguntará cuántas promociones tu has recibido, pero preguntará cómo tu promoviste a los otros.
Dios no te preguntará si tenías título en tu trabajo, pero preguntará si tu realizaste tu trabajo con lo mejor de tu habilidad y sin título.
Dios no te preguntará lo que tu hiciste para ayudarte a ti mismo, pero te preguntara lo que tu hiciste para que ayudaras a los otros.
Dios no te preguntará cuántos amigos tuviste, pero te preguntará de cuántas gentes tu eras un amigo verdadero.
Dios no te preguntará lo que tu hiciste para proteger tus derechos, pero te preguntara lo que tu hiciste para proteger los derechos de otros.
Dios no te preguntará en qué vecindario viviste, pero preguntará cómo trataste a tus vecinos.
Dios no preguntará por el color de su piel, pero preguntará por el contenido de tu carácter.
Dios no te preguntará cuánto tiempo tus actos fueron igual que tus palabras, pero preguntará cómo muchas veces ellos no fueron igual a ellas.
Dios no te preguntará la longitud en metros cuadrados de tu casa, pero preguntará a cuántas gentes tu le has dado la bienvenida en tu casa.
Dios no te preguntará por la ropa extravagante que tuviste en tu armario, pero te preguntará cómo mucha de esas ropas ayudaron al necesitado regalándola.
Dios no te preguntará por tu posición social, pero te preguntará qué clase de posición social les demostraste a los demás.
Dios no te preguntará cuántas posesiones materiales tuviste pero te preguntará si ellas dictaron tu vida. Recuerda que yo te dije, "Regala lo que tienes, toma tu Cruz y sígueme"
Dios no te preguntará si tu salario era más alto, pero te preguntará si cediste en tu carácter para obtener ese salario.
Dios no te preguntará cuánto tiempo extraordinario has trabajado, pero preguntará si tu trabajaste tiempo extraordinario para tu familia y tus seres amados.
Dios no te preguntará cuántas promociones tu has recibido, pero preguntará cómo tu promoviste a los otros.
Dios no te preguntará si tenías título en tu trabajo, pero preguntará si tu realizaste tu trabajo con lo mejor de tu habilidad y sin título.
Dios no te preguntará lo que tu hiciste para ayudarte a ti mismo, pero te preguntara lo que tu hiciste para que ayudaras a los otros.
Dios no te preguntará cuántos amigos tuviste, pero te preguntará de cuántas gentes tu eras un amigo verdadero.
Dios no te preguntará lo que tu hiciste para proteger tus derechos, pero te preguntara lo que tu hiciste para proteger los derechos de otros.
Dios no te preguntará en qué vecindario viviste, pero preguntará cómo trataste a tus vecinos.
Dios no preguntará por el color de su piel, pero preguntará por el contenido de tu carácter.
Dios no te preguntará cuánto tiempo tus actos fueron igual que tus palabras, pero preguntará cómo muchas veces ellos no fueron igual a ellas.
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