La AMAPOLA es una
planta silvestre muy común que
casi todos conocemos y alegran muchas praderas y caminos en primavera.
Provienen de Asia, Europa y África, pero saltó a América donde ha sido muy
apreciada, sobre todo una de sus especies, como opiáceo en las regiones del
Amazonas, donde hoy por hoy se cultiva con usos medicinales, en el mejor de los casos.
Contiene
varios alcaloides, sobre todo concentrados en sus pétalos.
Los alcaloides son
compuestos químicos nitrogenados, derivados de los vegetales (y algunos
animales), que tienen distintas propiedades sobre nuestro organismo, sobre todo
sobre el sistema nervioso, por lo que estos compuestos son muy utilizados en
farmacopea. Algunos alcaloides muy conocidos son la cocaína, la nicotina, la
morfina.... Pues bien, los alcaloides de la amapola son rhoeadina, rearrubina y
reagenina, se encuentran en alta concentración en sus pétalos y tallo y tienen propiedades sedantes, por lo que es muy utilizada en casos de insomnio,
ansiedad, depresión, nerviosismo, etc.
También contiene mucílago, que es un antitusivo, y por eso y
su efecto calmante también se puede utilizar para paliar cualquier trastorno
derivado de una alteración nerviosa, por ejemplo, la tos seca, o algunos
dolores de estómago, o dolor de muelas.
Existen varios tipos de amapola, cada una con distintas características. Por ejemplo, de una especie de amapola, Papaver somniferum, se saca el opio, que contiene más de 20 alcaloides diferentes, entre los principales se encuentran papaverina, codeína y morfina (10%); este tipo de amapola es tóxica si se consume en exceso, y se distingue de la amapola común porque esta (adormidera) tiene las hojas de un color más rosáceo, en vez de color rojo intenso.
Las amapolas blancas o negras reciben su nombre por el color de sus semillas. Las semillas de la amapola negra (además de dar título a una canción de Calamaro) tienen un olor y sabor muy agradable, parecido a la almendra, por lo que se utiliza para aromatizar panes, dulces o ensaladas. Todas las semillas de la amapola, de cualquier tipo, son ricas en ácido linoléico y oléico, como el aceite de oliva, por lo que su consumo ayuda ligeramente a controlar el nivel de colesterol en sangre y el envejecimiento celular.
Existen varios tipos de amapola, cada una con distintas características. Por ejemplo, de una especie de amapola, Papaver somniferum, se saca el opio, que contiene más de 20 alcaloides diferentes, entre los principales se encuentran papaverina, codeína y morfina (10%); este tipo de amapola es tóxica si se consume en exceso, y se distingue de la amapola común porque esta (adormidera) tiene las hojas de un color más rosáceo, en vez de color rojo intenso.
Las amapolas blancas o negras reciben su nombre por el color de sus semillas. Las semillas de la amapola negra (además de dar título a una canción de Calamaro) tienen un olor y sabor muy agradable, parecido a la almendra, por lo que se utiliza para aromatizar panes, dulces o ensaladas. Todas las semillas de la amapola, de cualquier tipo, son ricas en ácido linoléico y oléico, como el aceite de oliva, por lo que su consumo ayuda ligeramente a controlar el nivel de colesterol en sangre y el envejecimiento celular.
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