Las BACANALES
eran fiestas en honor a Baco dios mitológico
romano del vino, del que procede el nombre o Dionisos su equivalente griego, en las que se
bebía sin medida. Las sacerdotisas organizadoras
de la ceremonia se llamaban bacantes y el nombre ha quedado asociado a las
orgías romanas. El culto primitivo era exclusivamente de mujeres para mujeres y
procedía del culto original al dios Pan.
Introducidas en Roma 200 a. C.
desde la Magna Grecia
o a través de la Etruria influida por Grecia, las bacanales se
celebraban en secreto y con la sola participación de mujeres en la arboleda de Simila,
cerca del monte
Aventino el 16 y 17 de marzo. Posteriormente, se extendió la
participación en los ritos a los hombres y las celebraciones tenían lugar cinco
veces al mes.
Una cortesana llamada Hispala Fecenia
reveló el secreto de estas prácticas a un joven que amaba, Publio Aebutio, para
protegerlo de su propia madre que quería iniciarlo en los misterios de Baco.
Siguiendo el consejo de Hispala,
Publio se negó a ser iniciado. Fue obligado por su madre y por el marido de
ella, pero buscó refugio con una de sus tías, la cual le aconsejó que le
contara esta historia al cónsul Postumio.
El cónsul decidió llevar a cabo una
investigación secreta. El Senado temió que, bajo la secta, se ocultase una
conspiración contra la República. Encargó a los cónsules informes
contra las bacanales y los sacrificios nocturnos, prometiendo recompensas a los
informantes y prohibiendo las reuniones de iniciados.
La
notoriedad de estas fiestas, donde se suponía que se planeaban muchas clases de
crímenes y conspiraciones políticas, provocó en 186 a. C. un decreto del Senado —el llamado Senatus consultum de Bacchanalibus, inscrito
en una tablilla de bronce descubierta en Calabria (1640) y actualmente en Viena— por el que las bacanales fueron prohibidas en toda Italia,
excepto en ciertas ocasiones especiales que debían ser aprobadas
específicamente por el Senado. Pese al severo castigo infligido a quienes se
sorprendiera violando este decreto, las bacanales no fueron sofocadas,
especialmente en el sur de Italia, durante mucho tiempo.
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