MIDAS fue un rey de Frigia que
gobernó en el período entre el 740 a. C. y
el 696 a. C., aproximadamente.
Casado con una griega, fue el primer
rey extranjero que mandó un regalo al santuario de Delfos.
Probablemente, fue durante su reinado cuando Frigia adoptó el alfabeto
griego.
El reinado de Midas supone la mayor
época de esplendor de Frigia, que se
expandió al este, hasta la frontera con Urartu,
ocupando una extensa zona de Asia Menor.
Mantuvo relaciones comerciales con Asiria y Urartu, alcanzando el rey una
riqueza extraordinaria, que llamó la atención de los griegos, quienes le
dedicaron un espacio en la mitología.
Contemporáneo de Tiglath-Pileser III, Salmanasar V,
y Sargón II,
durante muchos años instigó levantamientos de los principados de Asia Menor
contra Asiria, apoyando a Hama, Karkemish, Tabal, Gurgum, Kummukhu y Meliddu, hasta que finalmente fue atacado
por Sargón II. Temeroso del poder del asirio, Midas le envió una embajada,
declarándose vasallo.
Después de los conflictos con Sargón
II, sufrió invasiones de los cimerios,
que destruyeron la capital Gordio. Según
la tradición, Midas se suicidó y así terminó el corto período
hegemónico de Frigia.
En la mitología griega, Midas era rey de Frigia, e hijo
de Gordias. Tenía una hija, Zoe.
Por su hospitalidad con Sileno, Dioniso le otorgó el poder de convertir en oro
todo cuanto tocara. Viendo que no podía comer los alimentos que a su contacto
quedaban transformados en dicho metal, pidió al dios que le liberara de su don,
para lo cual tuvo que bañarse en el río Pactolo,
que desde entonces contuvo arenas auríferas.
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