ANÍBAL nació en Cartago, hoy
desaparecida, actual Túnez, en el 247 a. C. Murió en Bitinia, actual Turquía, en
el 183 a. C. Militar cartaginés. Hijo de Amílcar Barca, quien, según la
leyenda, le hizo jurar odio eterno a los romanos ante los dioses. Tras la
muerte de su padre 229 a.C. y el asesinato de su cuñado Asdrúbal 221 a. C.
Aníbal asumió la jefatura del ejército cartaginés, que ya entonces controlaba
el sur de Hispania. Desde su base de Cartago Nova la actual Cartagena, realizó
varias expediciones hacia el altiplano central y sometió a diversas tribus
iberas.
En el
219 a.C. destruyó Sagunto, ciudad aliada de Roma, y traspuso el Ebro, río en
que, siete años antes, cartagineses y romanos habían fijado el límite de sus
respectivas influencias en territorio peninsular; esta acción significó el
inicio de la Segunda Guerra Púnica 219-202 a. C.
En la
primavera del 218 a.C., Aníbal concedió a su hermano Asdrúbal el mando de las
tropas en Hispania y partió hacia Italia con un ejército de 60.000 hombres y 38
elefantes. Después de atravesar los Pirineos, y los Alpes, llegó a la llanura
del Po, donde derrotó a los romanos sucesivamente en Tesino y en Trebia, a
pesar de las numerosas bajas que había sufrido en el curso de la marcha.
Al año
siguiente, una nueva victoria, esta vez junto al lago Trasimeno, le dio el
control sobre la Italia central. Aplastado el ejército romano de Flaminio, Roma
quedó a merced del cartaginés, pero éste no se atrevió a asaltar las sólidas
murallas de la ciudad y prefirió dominar la Italia meridional. En agosto del
216 a.C., venció en Cannas a las tropas de Lucio Emilio Paulo y Marco Terencio
Varrón, cuyos efectivos duplicaban a los suyos.
No
obstante, lejos de sus bases de avituallamiento, sin posibilidad de recibir
refuerzos, ya que su hermano Asdrúbal había sido derrotado y muerto por Claudio
Nerón en la batalla de Metauro cuando se dirigía a socorrerle 207 a. C. y habiendo
fracasado en el intento de atraer a su causa a los pueblos itálicos sometidos
por Roma, el ejército de Aníbal quedó aislado e inmovilizado en la Italia
meridional durante varios años, situación que aprovecharon los romanos para
contraatacar.
Tras expulsar
a los cartagineses de la península Ibérica, el general romano Publio Cornelio
Escipión, llamado el Africano, desembarcó cerca de Cartago 203 a. C. hecho que
obligó a Aníbal a regresar a África, donde fue vencido en la batalla de Zama,
en el 202 a.C. A consecuencia de esta derrota, Cartago se vio obligada a firmar
una paz humillante, que puso fin al sueño cartaginés de crear un gran imperio
en el Mediterráneo occidental.
Con
todo, Aníbal, elegido sufeta para los años 197 y 196 a. C. intentó reconstruir
el poderío militar cartaginés, pero, perseguido por los romanos, hubo de huir y
refugiarse en la corte de Antíoco III de Siria, a quien indujo a enfrentarse
con Roma, mientras él negociaba una alianza con Filipo V de Macedonia. A raíz
de las victorias romanas sobre los sirios en las Termópilas 191 a. C. y en Magnesia
189 a. C. Aníbal huyó a Bitinia, donde decidió quitarse para evitar que el rey
Prusias lo entregase a Roma y ante la imposibilidad de encontrar un refugio en
que pudiera sentirse seguro.
Bajo la amenaza de ser entregado al embajador romano Tito Quincio Flaminino, Aníbal decidió suicidarse en el invierno del183 a. C. empleando un veneno que,
según se dice, llevó durante mucho tiempo en un anillo. A pesar de todo, no está del todo
claro cuál fue el año exacto de su muerte. Si, tal como Tito Livio sugiere, Aníbal murió en el 183 a. C.
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