La GUILLOTINA fue la máquina utilizada para aplicar
la pena capital por
decapitación en
varios países europeos como Francia, Reino Unido, Bélgica, Suecia, Italia, la antigua República Federal de Alemania y
en la antigua República
Democrática de Alemania. Aunque esté asociada con la Revolución francesa de 1789, durante la cual se empezó a utilizar en Francia, se
utilizaba en otros países europeos desde el siglo XIII.
Aunque la decapitación manual,
mediante espada o hacha, se ha utilizado
desde tiempos remotos, la decapitación mecánica no parece ser tan antigua. Es
conocida por la fama que ganó a partir de 1792 durante la Revolución francesa con sus
decenas de miles de ejecuciones.
La guillotina tradicional consiste en
un armazón de dos montantes verticales unidos en su parte superior por un
travesaño denominado chapeau sombrero, que sostiene en
alto una cuchilla de acero con forma triangular con un lastre mouton de plomo de más de 60 kilogramos en su parte superior. En su parte
inferior se dispone un cepo de dos medias lunas, fenêtre, de las cuales la superior es móvil. Justo detrás de la
máquina hay una plancha de madera que actúa como báscula.
Hasta el siglo XX,
era común que la guillotina estuviera elevada sobre un cadalso y pintada de
rojo. Una ejecución puede completarse en menos de un minuto.
En un principio el corte de la hoja
era horizontal, pero debido a los fallos en las pruebas realizadas con
cadáveres se inclinó el filo para que cortase el cuello eficazmente. El reo es
acostado sobre la báscula posterior y empujado al trangallo o cepo, donde su
cuello queda aprisionado; el verdugo acciona un resorte y la cuchilla cae sobre
el cuello, separando la cabeza del tronco a la altura de la cuarta
vértebra cervical. La cabeza, ya separada, es recogida en un saco de cuero y no
en un cesto, como tantas veces se ha visto en películas.
Se cuenta que la inclinación de la
hoja de la guillotina habría sido recomendada por el propio Luis XVI que murió finalmente guillotinado en
la Revolución francesa. Esta leyenda se debe a la
relación que hace de los hechos el verdugo de París Charles-Henri Sanson ejecutor de Luis XVI en sus memorias
apócrifas redactadas y publicadas por su nieto en 1889.
Su nombre proviene del cirujano
francés Joseph Ignace Guillotin, diputado en la
Asamblea Nacional, que la recomendó para su uso en las ejecuciones en
sustitución de los métodos tradicionales; de ahí deriva el nombre de guillotina.
Sin embargo, no fue su inventor, puesto que máquinas parecidas ya se habían
utilizado en Bohemia durante el siglo XIII, Alemania llamada Fallbeil.
En Escocia
la Maiden de Edimburgo, Inglaterra el gibbet de Halifax y los Estados Pontificios desde el siglo XV.
En Italia se la conocía con el nombre mannaia,
según la descripción publicada en 1732 en Viajes a España e Italia, del padre
jesuita Jean-Baptiste Labat, y en el Voyageur français, del abate Joseph
Delaporte, publicado en 1777.
Para evitar a los condenados
sufrimientos inútiles, Guillotin propuso a la Asamblea octubre de 1789 la adopción de la
máquina, pero no fue escuchado. Insistió y pidió al secretario de la Academia
de Cirugía, el Doctor Antoine Louis, que diseñara una máquina basada en las ya
existentes en otros países europeos. La fabricación fue encargada al fabricante
de clavicordios alemán Tobías Schmidt, asesorado
por su amigo el verdugo de París Charles-Henri Sanson. En abril de 1792, fue ensayada primero
con ovejas y luego con cadáveres en el hospital de Bicêtre, en París. Antoine
Louis modificó la cuchilla horizontal por otra con forma oblicua, de mayor
efectividad en el corte.
La Asamblea Nacional adoptó el uso de
la guillotina a fin de que la pena de muerte fuera igual para todos, sin distinción de
rangos ni clase social. En efecto, hasta entonces sólo los miembros de
la aristocracia tenían el privilegio de ser ajusticiados sin agonía: eran
decapitados con una espada o un hacha. En un principio, Marat había apodado la
máquina Louison o Louisette
diminutivo femenino del nombre Louis. Se estima que unas 1119
personas fueron decapitadas en la Plaza de la Concordia durante la Revolución Francesa.
El primer ajusticiado de esta forma
fue un bandido de caminos llamado Nicolás Jacques Pelletier, el 27 de mayo de 1792. La última ejecución efectuada en
Francia con este método tuvo lugar el 10 de septiembre de 1977; el ajusticiado se
llamaba Hamida
Djandoubi y era un
inmigrante tunecino que había asesinado a su compañera.
La leyenda según la cual el doctor
Guillotin hubiese muerto guillotinado es falsa; falleció de un carbunco en su domicilio el 26 de marzo de
1814. Aparentemente el mito que ha existido sobre que Guillotín murió víctima
de su propio invento tuvo su origen en que una persona del mismo apellido fue
decapitada en Lyon.
El uso de la guillotina finalizó con
la abolición progresiva de la pena de muerte en Europa. En Suecia, la
guillotina dejó se ser utilizada en 1910, en Bélgica en 1918, en Alemania
Federal en 1949, y en la antigua República Democrática de Alemania en 1969.
Luego de sucesivas movilizaciones por parte de organizaciones de derechos
humanos y siguiendo
las recomendaciones del Consejo de
Europa y del Parlamento Europeo, la pena de muerte fue
abolida en Francia por el presidente de la República François Mitterrand en 1981. El 19 de febrero de 2007, el Parlamento
francés modificó la Constitución para que reflejara la abolición de la pena de
muerte.
En 1996, el demócrata estadounidense
Doug Teper, representante del Estado de Georgia, propuso sustituir la silla
eléctrica por la guillotina a fin de evitar todo sufrimiento al condenado y
permitir la donación de órganos. La propuesta fue rechazada por considerar que
la guillotina es un método salvaje por lo sangriento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario