La DROGA es, en el sentido amplio del término,
una sustancia química que
tiene efectos biológicos conocidos en humanos
o animales. Los alimentos son excluidos de esta definición a
pesar de sus efectos fisiológicos conocidos en la mayoría de las especies
animales.
El término droga, por influencia de
las definiciones en inglés, donde el término «drug» se emplea tanto para medicamentos como para drogas, puede
ser utilizado con todo fármaco o principio
activo de un medicamento,
elemento de origen biológico natural o producto obtenido de él por diversos
métodos, o sustancia producida artificialmente, que produce efectos en el sistema nervioso central. Puede modificar
el estado de ánimo produciendo placer e incluso, llegar a tener potencial de
abuso y perjuicio.
Por ejemplo, en farmacología,
una droga se define como «aquella sustancia química utilizada en el
tratamiento, curación, prevención o diagnóstico de enfermedades o para mejorar
de una forma u otra el bienestar físico o mental».
El término «droga psicoactiva» se
utiliza, especialmente en el ámbito de la medicina y farmacología,
como sinónimo de principio activo o fármaco, ya sea por extensión del
concepto o debido a la traducción literal del término inglés «drug», el cual no hace distinciones
entre los tres términos.
La definición original de la Organización Mundial de la Salud
refleja este uso genérico, sin embargo, la definición más específica indica que droga es el término más adecuado para
referirse a sustancias que se usan sin fines terapéuticos; alteran aspectos
afectivos, cognitivos y conductuales; pueden ser auto administradas; y pueden
inducir estados biológicos adaptativos en sus usuarios. Las drogas psicoactivas
más consumidas del mundo son el alcohol, la nicotina y la cafeína, sustancias legales en la
gran mayoría de países. Desde
esta última perspectiva, el sinónimo más adecuado para esta definición de droga
es sustancia psicoactiva.
Las drogas recreativas son sustancias
que se usan para obtener sensaciones de placer y no con fines medicinales. Las
drogas recreativas de uso común incluyen nuevamente el alcohol, la nicotina y
la cafeína, además de otras sustancias generalmente ilegales como derivados de
los opiáceos y las anfetaminas. Algunas drogas pueden causar, en mayor
o menor intensidad, adicción y
efectos secundarios. Muchas
drogas recreativas son ilegales, prohibiéndose su uso incluso para ensayos clínicos u otras aplicaciones médicas; existen
tratados internacionales, como la Convención Única sobre
Estupefacientes, que prohíben ciertas sustancias de forma global.
Desde su ilegalización, a mediados del
siglo XX,
numerosos países, destacando Estados
Unidos, iniciaron y aún prosiguen la llamada «guerra contra las drogas» destinada a
combatir el narcotráfico y la delincuencia organizada surgida
de la prohibición de estupefacientes.
Antes de las primeras civilizaciones
ya hay pruebas de que el hombre, conocía los efectos de ciertas plantas como la
adormidera del opio y las usaba. En todas las civilizaciones,
desde la asiria hasta la actual del siglo XXI, el ser
humano ha consumido todo tipo de drogas por distintos motivos, religiosos, rituales,
medicinales, hábitos o costumbres, por distracción, hedonismo,
etc.
En la cultura occidental la droga es
considerada un tema tabú, pero solo desde mediados del siglo XX,
que es cuando se dictaron las primeras leyes contra las diferentes drogas, si
bien algunos países y estados de EE.UU. han ido promoviendo una cierta apertura
y mayor tolerancia desde principios del siglo XXI.
Un ejemplo de prohibicionismo es la
conocida Ley seca,
mediante la cual se llegó a prohibir el alcohol en los Estados
Unidos. El experimento de la prohibición fracasó y fue el origen del
poder de ciertos grupos mafiosos que comenzaron traficando con esta droga, y
cuando fue legalizada, cambiaron a otras que seguían prohibidas. En la mayoría
de países de Europa Occidental, el tráfico y producción sigue penado, pero en
algunos casos su consumo o posesión de pequeñas cantidades se ha ido
despenalizando, pero sigue siendo sancionado.
A pesar de ser las dos sustancias que
más muertes provocan en las sociedades modernas, por su volumen de consumo, el alcohol y el tabaco no tienen el mismo estigma que las
restantes drogas, ya que son legales y su uso está aceptado socialmente y
regulado por la administración pública.
Debido a las prohibiciones globales de
determinadas drogas, la producción y distribución de estas está a cargo del
crimen organizado y cárteles del narcotráfico, que operan en distintas rutas
globales para su distribución desde sus centros de producción, situados
habitualmente en países subdesarrollados, hasta sus centros de consumo, que
normalmente son países desarrollados. Un informe de Naciones Unidas del año
2003 estimó que el comercio mundial de drogas generó una riqueza estimada en
321.600 millones de dólares estadounidenses, o lo que es lo mismo, el 1% del
PIB mundial generado ese año.
Las naciones del mundo, sobre todo
Estados Unidos, invierten miles de millones de dólares al año para intentar
frenar este mercado ilegal —se estima que sólo Estados Unidos invierte
anualmente 51.000 millones de dólares, aunque
según algunos informes, tras décadas de «guerra» estas políticas han fracasado
en sus intentos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario