jueves, 4 de julio de 2013

EL VIOLÍN



El violín etimología: del italiano violino, diminutivo de viola o viella es un instrumento de cuerda frotada que tiene cuatro cuerdas. Las cuerdas se afinan por intervalos de quintas:

sol3

re4

la4

mi5
el número está indicado de acuerdo con el índice acústico internacional, que se utiliza en todo el mundo, según el cual el do central del piano es un do4[

La cuerda de sonoridad más grave es la de sol4, y luego le siguen, en orden creciente, el re5, la5 y mi6. En el violín la primera cuerda en ser afinada es la del la; esta se afina comúnmente a una frecuencia de 440 Hz, utilizando como referencia un diapasón clásico de metal ahorquillado o, desde finales del siglo XX, un diapasón electrónico. En orquesta y agrupaciones, el violín suele ser afinado a 442 Hz, ya que las condiciones del medio como la temperatura, o la progresiva distensión de las cuerdas hace que estas se desafinen, y para compensarlo se afinan algo por encima. El cuerpo del violín posee una forma abombada, con silueta estilizada determinada por una curvatura superior e inferior con un estrechamiento a la cintura en forma de C. Las tapas del violín se modelan con suaves curvas que proporcionan la característica de abovedado. Los aros, que van alrededor del violín dando la silueta, son de poca altura, el mástil posee cierto ángulo de inclinación hacia atrás respecto al eje vertical, longitudinal y se remata por un caracol llamado voluta. La estructura interna del violín la constituyen dos elementos fundamentales en la producción sonora del instrumento dados por la barra armónica y el alma. La barra armónica corre a lo largo de la tapa justo debajo de las cuerdas graves y el alma está ubicada justo debajo del pie derecho del puente donde se ubican las cuerdas agudas.

Las partituras de música para violín usan casi siempre la clave de sol, llamada antiguamente «clave de violín». El violín no posee trastes, a diferencia de la guitarra. Es el más pequeño y agudo de la familia de los instrumentos de cuerda clásicos, que incluye la viola, el violonchelo y el contrabajo, los cuales, salvo el contrabajo, son derivados todos de las violas medievales, en especial de la fídula.

En los violines antiguos las cuerdas eran de tripa. Hoy pueden ser también de metal o de tripa entorchada con aluminio, plata o acero; la cuerda en mi, la más aguda llamada cantino es directamente un hilo de acero, y, ocasionalmente, de oro. En la actualidad se están fabricando cuerdas de materiales sintéticos que tienden a reunir la sonoridad lograda por la flexibilidad de la tripa y la resistencia de los metales.

El arco es una vara estrecha, de curva suave, y construida idóneamente en la dura madera del palo Brasil o «de Pernambuco» Caesalpinia echinata, de unos 77 cm de largo, con una cinta de 70 cm constituida por entre 100 y 120 con un peso de unos 60 gramos según longitud y calibre crines de cola de caballo, siendo las de mejor calidad las llamadas "Mongolia", que provienen de climas fríos donde el pelo es más fino y resistente. Tal cinta va desde una punta a la otra del arco. Para que las cuerdas vibren y suenen de un modo eficiente, la cinta de cola de caballo del arco debe ser frotada adecuada y regularmente con una resina llamada colofonia en España se llama "perrubia", de "pez-rubia". También, actualmente muchas veces para abaratar costos, la crin blanqueda de caballo es sustituida por fibras vinílicas. El arco del violín tiene en la parte por la que es tomado un sistema de tornillo que al hacer desplazar la pieza por la cual se aferra un extremo de la cinta de crin hace que esta se tense o se distienda.

El violín es el instrumento más barato de su familia, pero también es el que llega a los precios más desorbitados.

Los violines se clasifican de acuerdo con su tamaño: el 4/4 cuya longitud suele ser de 14 pulgadas o 35,5 cm y su ancho máximo de 20 cm, y un alto de 4,5 cm es el más grande y es el utilizado por los adultos; le siguen violines de tamaño menor, destinados a jóvenes y niños, denominados 3/4, 2/4 y 1/4. Existe también un violín de tamaño 7/8, llamado también "Lady", que es utilizado por algunas mujeres o por varones adultos de manos pequeñas.

Sin embargo, la genealogía que lleva al violín actual es más compleja. Se encuentra en el frotamiento de las cuerdas del laúd y el rebab y su versión europea, el rabel, instrumentos difundidos en la Europa mediterránea durante la expansión medieval de los árabes. En Italia, a partir de la lira bizantina o el rebab, surgen los antecedentes más evidentes, tanto del violín como de la llamada viola de gamba; son tales precedentes la viola de arco nombre que se utilizaba para todo instrumento de cuerda frotada con arco, como el rebec o rabel, y que también recie las denominaciones de viela, vihuela, vihuela de arco, fídula y giga y la lira o viola da braccio, esta ya muy semejante a un violín o viola primitivos, aunque con el diapasón separando los bordones. Es en el siglo XVII que aparece el violín propiamente dicho, aunque con algunas diferencias respecto a la mayoría de los violines que se vienen fabricando desde el siglo XIX. La tapa superior y las tablas laterales se hacen de madera blanda, mientras que la tapa inferior se hace de madera dura. La ciudad de Cremona se hallaba entre un bosque de pinos madera blanda y uno de arces madera dura, por lo que estas maderas eran las usadas por los grandes maestros violeros. El arco ha sufrido muchas modificaciones. El modelo actual data del siglo XIX, cuando François Tourte le dio una curvatura cóncava, que en los modelos más primitivos era convexa, como la del arco de cacería.

Aunque en el siglo XVII el violín se encontraba bastante difundido en Italia, carecía de todo prestigio el laúd, la vihuela, la viela, la viola da gamba, la guitarra, la mandolina eran mucho más considerados. Sin embargo, Claudio Monteverdi es uno de los que descubren la posibilidad de las calidades sonoras del violín, y es por ello que lo usa para complementar las voces corales en su ópera Orfeo 1607. Desde entonces el prestigio del violín comienza a crecer. Hacia esa época comienzan a hacerse conocidos ciertos fabricantes de violines llamados aún luteros o lauderos, o luthiers más frecuentemente que violeros ya que inicialmente se dedicaron a la fabricación de laúdes. Así se hacen conocidos Gasparo Bertolotti de Saló, o Giovanni Maggini de Brescia, o  de Viena; sin embargo, una ciudad se hará celebérrima por sus lauderos especializados en la confección de violines: Cremona. En efecto, de Cremona son los justamente afamados Andrea Amati, Giuseppe Guarneri y Antonio Stradivari sus apellidos suelen ser más conocidos en su forma latinizada: Amatius, Guarnerius, Stradivarius. Durante el siglo XIX se destacaron Francois Lupot y Nicolas Lupot. Es a partir de entonces, y sobre todo con el barroco, que se inicia la Edad de Oro al parecer de allí en más perpetua del violín.

Desde entonces el violín se ha difundido por todo el mundo, encontrándose incluso como "instrumento tradicional" en muchos países no europeos, desde América hasta Asia. El violín es un instrumento protagonista en las orquestas, grupos de cámara etc. Especial atención ha recibido en la música árabe, en la que el ejecutante lo toca apoyado en la rodilla cual si fuera un chelo, y en la música celta irlandesa, donde el instrumento recibe el nombre de fiddle derivado del italiano fidula, y sus músicas derivadas como, en cierto grado, el country. Ha habido también grandes violinistas de jazz, como Stéphane Grappelli, Jean-Luc Ponty o Joe Venuti.

En cuanto al secreto de la sonoridad típica de los violines realizados por las familias Stradivarius y Guarneri, existen hoy diversas hipótesis que, más bien que excluirse, parecen sumarse; en primer lugar se considera que la época fue particularmente fría, motivo por el cual los árboles desarrollaron una madera más dura y homogénea. A esto se suma el uso de barnices especiales que reforzaban la estructura de los violines. También se supone que los troncos de los árboles eran trasladados por ríos cuyas aguas tenían un pH que reforzaba la dureza de las maderas; también influye un comprobado tratamiento químico acaso más que con el objetivo de la sonoridad, el de la conservación de los instrumentos, que reforzó la dureza de las tablas. Por último, ciertos violines Stradivarius tienen en sus partes internas un acabado biselado de los contornos en donde contactan las maderas, el cual parece beneficiar la acústica de estos violines.

Además del efecto logrado por el arco, se pueden conseguir otros efectos: pizzicato pellizcando las cuerdas como si se tratase de una guitarra, pero no con la misma posición, trémolo moviendo el arco arriba y abajo muy rápido, vibrato haciendo vibrar los dedos sobre las cuerdas, glissando moviendo la mano izquierda arriba y abajo sobre las cuerdas, collegno tocando con la parte de madera del arco, sul ponticello tocando prácticamente sobre el puente.

El violín consta principalmente de una caja de resonancia que posee elegantes y hermosas formas ergonómicas de sección oval con dos estrechamientos cerca del centro. Tal caja de resonancia está constituida por dos tablas: la tabla armónica y la tabla del fondo tradicionalmente hecha con madera de arce, las cubiertas laterales o aros y la tabla superior o tapa armónica tradicionalmente de madera de abeto blanco o rojo; la tapa se encuentra horadada simétricamente y casi en el centro por dos aberturas de resonancia llamadas "oídos" o "eses", ya que en el tiempo de su diseño se usaba aún en la escritura o imprenta la S larga, semejante a una "efe" cursiva pero sin el travesaño horizontal, y en desuso a partir del siglo XVIII. Por la misma razón, actualmente se tienden a llamar "efes".

En el interior de la caja se encuentra el alma del violín, que es una pequeña barra cilíndrica de madera dispuesta perpendicularmente entre la tapa y la tabla armónica del lado derecho del eje de simetría de la caja esto es: prácticamente abajo, hacia la derecha, de la zona en donde se apoya el puente, del lado contrario al alma, a lo largo de la cara interna de la tapa, se encuentra adherido con cola un listón llamado barra armónica. Tanto el alma como la barra armónica cumplen dos funciones: ser soportes estructurales el violín sufre mucha tensión estructural y transmitir mejor los sonidos dentro de la caja de resonancia.

La caja de resonancia tiene, en el violín de orquesta, 35,7 cm de longitud, y se encuentra orlada por rebordes en ambas tablas; tales rebordes cumplen, además de una función decorativa, la función de reforzar el instrumento.

Por fuera, la caja de resonancia se continúa por el mango o astil; el mástil o "mango" concluye en un clavijero, oquedad rectangular en la que se insertan las cuerdas anudadas y tensionadas allí mediante sendas clavijas para cada cuerda, las clavijas son como llaves simples de sección ligeramente conoidal; luego del clavijero, un remate llamado por su forma voluta aunque en ciertos casos la voluta se encuentra sustituida por otras formas, por ejemplo una cara humana o la figuración de una cabeza de león.

En cierto ángulo, las líneas de la voluta, en perspectiva, hacen una línea recta y continua con las cuerdas, especialmente mi y sol, y se juntan en el horizonte. Esto permite saber, cuando el violín está puesto en el hombro, cuándo se encuentra correctamente recto.

Sobre el mango se ubica el diapasón del violín o tastiera, este suele ser de ébano ya que esta madera produce ese sonido "Maderil" que los instrumentos de cuerda frotada requieren además el ébano es sumamente duro y denso por lo que la fricción de las cuerdas no daña el diapasón. En violines antiguos pueden encontrarse tastieras de marfil.

Sobre la tapa de la caja se encuentra el ponticello o puente el cual mantiene elevadas las cuatro cuerdas, en la parte posterior de la caja de resonancia, unida a ella por un nervio flexible que se engancha a un botón, se encuentra otra pieza tradicionalmente de madera de ébano de forma triangular llamada el cordal, como su nombre lo indica, el cordal sirve para retener las cuatro cuerdas, estas se apoyan en los siguientes puntos: los orificios del cordal, el ponticello, la cejilla ubicada sobre el astil y las clavijas.

Cuando se quiere atenuar el sonido, se aplica sobre el puente una especie de tabique llamado sordina.

Desde fines de siglo XIX es común añadir a la parte trasera de la caja de los violines una mentonera o "berbiquí" desmontable, aunque tal aditamento no es indispensable la invención de este añadido se atribuye a Louis Spohr; en cambio sí es de bastante importancia el barniz Tradicionalmente "gomalaca" diluida en alcohol con el cual se recubre, en su parte externa, a la mayor parte del violín.

La singular acústica del violín ha sido muy estudiada durante todo el siglo XX, destacándose las investigaciones del alemán Ernst Chladni, del cual deriva toda una formulación llamada esquema de Chladni.

Instrumento de singular resistencia, el violín suele requerir de pocos cuidados especiales. Cuando no se usa debe estar guardado en un estuche lo más hermético y acolchado posible, con la caja, la vara del arco y las cuerdas limpias, y las crines del arco levemente distendidas. El violín ha de estar al resguardo en todo lo posible para que no le afecte la humedad ni cambios bruscos de temperatura; por lo demás, sólo requiere una habitual limpieza con un paño seco, o bien con productos especialmente diseñados para ello. Las cuerdas suelen romperse por la tensión y la fricción; y por este motivo es conveniente que el violinista tenga un juego de cuerdas de repuesto. También suelen romperse los pelos de cola de caballo crines que constituyen la cinta del arco, por este motivo los que ejecutan con bastante frecuencia música con el violín se ven obligados a un recambio anual de las crines. Si se ejecuta el violín sin la mentonera, conviene usar un pañuelo en la parte del cuello y mentón en la cual se apoya el violín para evitar que el instrumento se vea afectado por la transpiración. En general ocurre que un violín "viejo" que haya sido bien ejecutado, suena mejor que un violín nuevo o con poco uso.

Una característica importante en el cuidado es que al guardar el violín durante un período largo de tiempo, este no debe quedar afinado, es decir, las cuerdas no deben quedar tensas. Esto se debe hacer si el instrumento va a ser transportado en avión, con los cambios de presión las cuerdas podrían romperse. Con esto, la estructura del violín no quedará sometida a una tensión innecesaria.

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